sábado, 8 de diciembre de 2012

I FALCO TRAIL CIUDAD DE CEHEGÍN 2012




Todo auguraba que la competición de hoy iba a ser diferente. Todo pintaba que iba a ser especial. Y he de decir que no nos hemos equivocado en ello.
Especial que digamos (para mí no lo ha sido), bueno sí, (y luego más abajo os explicaré porque).


Pero de momento me quedo, que ha habido un punto que he llegado a pensar en abandonar la prueba.

Pero bueno, rebobinemos y comencemos desde el principio.

Esta prueba. Esta competición que se anunciaba como 1ª FALCO TRAIL en la localidad de Cehegín (Murcia), debo decir que nos llamó y mucho la atención nada más verla anunciada a mí y parte del equipo de la BDM X-TREM.

En el día de hoy, nos hemos podido dar cita a ella, nada más que Mister Morcillo y el que suscribe.

La semana pasada hacíamos frente a otra competición ( y en este caso bastante exigente), como era la Sureste Trail de Cartagena.

A muchos de nuestros compañeros, dicha competición, les habían dejado secuelas, y era preferible no arriesgar y quedarse en casa descansando.

Eso y otros que como es el caso de nuestro compañero Antonio Funes y Amparo, se han ido a correr los 60 km de Chiva. Esa ausencia para mí persona está más que justificada.

A lo que íbamos. Como os decía, la competición en la cual nos centramos en esta crónica, nos llamaba mucho la atención. Principalmente por los km de su recorrido. Que en este caso a primera instancia se anunció como que eran 33, y luego mayor sorpresa para nosotros cuando nos enteramos que serían en este caso 40 km.

Hasta ahí todo perfecto. Como siempre, el día previo a la competición me ponía en solfa y en comunicación con mi Mister Morcillo para concretar hora y lugar de salida hacia dicha localidad.

A las 05:45 horas de esta mañana (8-12-12), emprendíamos ruta hacia lo desconocido. Hacia una localidad (que desde mi punto de vista me da vergüenza decirlo), no había estado nunca. 40 años en Murcia, y nunca me ha dado por ir a visitar tremendas localidades y ciudades tan preciosas como la que nos concierne en este caso. Y más si cabe aún decir, todos sus esplendorosos paisajes.

A las 07:05 horas llegábamos a los aparcamientos del albergue. Por cierto, una antigua estación de trenes reconstruida para tal fin, y he de decir que era auténticamente preciosa.

Debajo del vehículo ya la primera consigna estaba clara. Recogida de dorsales. A mí en este caso y para realizar dicha competición se me asignó el dorsal núm. 49.

Una vez con los dorsales en nuestras manos, de camino al vehículo de nuevo nos dimos cuenta del frio que hacía por las inmediaciones de la ciudad de Cehegín. Diosssssssssss. Bárbaro. 

Y más bárbaro aún si cabe decirlo, cuando a nuestro paso ( y viendo antes al resto de participantes tapados hasta las orejas), como hacía acto de presencia uno con pantalón corto y camiseta sin mangas. Oleeeeeeeeeeeeeee. 

Cuando lo hemos visto, no ha faltado decir mucho para entre nosotros entenderlo.  Éste por lo menos es de los extrarradios de Bilbao. Ja ja ja.

Ya con los dorsales implantados en nuestras camisetas de competición de la BDM X-TRE FM, nos colocábamos zapatillas y visionábamos por última vez la mochila la cual nos íbamos a llevar consigo para afrontar tan dura prueba.

Todo al pelo. No faltaba nada. GPS, cámara de fotos y GO-PRO. Geles, gominolas y barritas energéticos junto con las dos correspondientes (e inseparables para mí), dos botellas de isotónico, para de esta manera, saber que en un momento dado de la competición, si llegado el caso fuera necesario, tendría víveres para poder avituallarme yo solo.

Preparados para la batalla, hemos vuelto a las inmediaciones del Albergue. Allí ya hemos comenzado a encontrarnos con compañeros y amigos dispuestos (ellos también), hacer frente a tal preciosa carrera. 

Fernando, junto a su inseparable Esther Sánchez. Eugenio y su colega, Súper Foski y su grupo, y así un sinfín de amigos que a nuestro paso íbamos saludando.

Ya en las afueras de la cafetería del albergue, comenzábamos a calentar. Apenas 20 minutos nos separaban para la salida de la carrera. Para mí, y ante tanto frio, primordial y necesario.

Ha habido otras competiciones que apenas hemos calentado por la temperatura del lugar y por la larga distancia a la cual íbamos hacer frente. Pero en esta ocasión y para asegurar, lo hemos hecho consecuentemente para evitar males mayores.

Al ser una prueba que se iba a combinar junto a senderistas, sabíamos que el grado de dificultad del recorrido no iba a ser muy duro. Sabia (por competiciones pasadas de esta índole), que en su mayoría iba a ser bastante rápida. 

Y sabido lo sabido y vivido lo vivido, he de decir que estábamos en lo cierto. Por eso era calentar bien desde su comienzo.

En los preámbulos del calentamiento hemos tenido el gran honor de saludar a grandes deportistas. Corredores que para mí son punto de referencia como es Oscar La Torre, Foski y Saler. Pedazo de máquinas. Uffff. Eso para mí son otros niveles.

Faltando dos minutos para la salida de la prueba (8:00) ya todos los participantes nos agrupamos en la línea marcada como de inicio, para escuchar como por parte de un espiker lugareño y a voz en micro, nos decía: 10-9-8-7-6-5-4-3-2-1, paffff, la fiesta está servida.

Ahí estábamos de nuevo y en este caso junto al grupo de cabeza. Hoy las sensaciones que traía eran bastante buenas.

Después de las pasadas competiciones las cuales no me habían dejado buen sabor de boca, hacíamos unos cambios sobre la alimentación y en el día de hoy, íbamos a llevarlo a cabo. 

Eso y gracias a los consejos de mi gran amigo y querido ANTONIO IBARRA. (No me olvido Antonio de lo que me dijiste). Sal José, lo que te hace falta son sales para tus calambres, y no de bebidas isotónicas.

He estado a punto de vender mi casa e irme a las Salinas de Torrevieja a vivir a ver si sal no me faltaba hermano. Creo que iba a ser el primero que me iba a tomar el café de buena mañana con sal en vez de con azúcar. Ja ja ja.

Pero como os decía las sensaciones que llevaba eran tremendas. Y así ha sido mi inicio de competición, tremendo. Delante de mí y apenas a doscientos metros, grupo de cabeza y manteniendo ritmo.

En este caso el que suscribe se posicionaba junto a dos corredores (que uno de ellos debo decir que ya lo conocía), y me servía como punto de referencia.
Bueno pues hasta ahí, todo perfecto. Todo perfecto hasta que hemos llegado al km 10 de carrera.

Metros atrás, por una indisposición me he visto obligado a parar para orinar (anda que no me he acordado luego de mi José Luís cuando me dijo que él se lo hacía encima). Diosssssssssss, tendría que haberlo hecho (si, si, sé que es una guarrada, pero para algo están luego las duchas). 

Y lo digo, porque previo a que me he parado para solventar preciado momento, ha hecho que con los que iba hasta ese momento se me fueran.

No te das cuentas el ritmo que llevas en competición hasta que te paras. Muchacho, cuando me he reincorporado, como no sabía del terreno, al pararme a orinar lo he hecho justo en todo lo alto de un cortado. 

Circunstancia que ha dado, que los dos compañeros que llevaba delante tomaran cartas en el asunto y los perdiera.

Pero que los perdiera, que no los he vuelto a ver.  Y cuando digo que no los he vuelto a ver, lo digo porque adentrándonos en el km 10 de competición me he perdido.

Es la primera vez que me ha pasado en una competición. No te digo nada la cara que se te queda cuando te das cuenta. Y más aún por las sensaciones llevadas a cabo hasta ese momento.

Sé que era el km 10 de competición y aún delante nuestra teníamos mucha carrera, pero yo, y más en el día de hoy, se de lo que os hablo.

Bueno pues después de bajar, (calculo yo un km cuesta abajo), y llegar a un segundo cruce donde no divisaba ningún tipo de señalización como los que me había encontrado previo a esa perdida en carrera, me hacía parar y retroceder en el camino.

Os podéis imaginar las sensaciones. El momento ha sido (para mí tremendo), ya toda la maquinaria comenzaba a trastocarse y más si cabe decirlo, en el ámbito de coco. Y no es el de Barrio Sésamo. Ja ja.

Retomado el terreno y llegado de nuevo al resto de corredores, emprendíamos una tremenda subida que hacía que me motivara de nuevo y comenzara a adelantar a todos lo que me iba encontrando a mi paso.

Inclusive tuve la ocasión y disfrute de saludar a Esther Sánchez que en esos mismos momentos hacia acto de aparición sobre el terreno.

Pues a ritmo y puesto en competición de nuevo, intentaba depurar todos los malos royos que me venían en ese momento y pensaba. Sacando lo positivo y no dándole más importancia al tema, todo parecía perfecto hasta llegado al km 19 de carrera.

Ahí (si, si, se lo que me vais a decir, o mejor aún lo que estaréis pensando), GILIPOLLAS, por perderme de nuevo.

Otra vez metros y metros de senda en solitario (me creía el vencedor de la prueba). Creo que anduve  otro kilómetro bosque adentro. Hasta por hacerlo más complicado, estuve a punto de caerme.

A partir de ahí, mi calvario comenzaba y de qué manera. Palabras como Inútil, cenutrio, desgraciado, te está bien empleado. Todo

Bueno pues con tremendo shock psicológico, retomaba el camino hasta intentar de nuevo darme con el resto de corredores. Y más si cabe, con el resto de senderistas que ya hacía un rato que los habíamos alcanzado.

Durante todo ese trayecto lo tenía claro. Estaba roto psicológicamente y no me encontraba agusto para seguir corriendo.

Siempre he dicho que lo importante es disfrutar antes que competir. Pero si eso lo sumas y las dos vertientes las puedes llevar a cabo, es cuando logramos lo que queremos y nos consideramos unos privilegiados.

En esta competición no se había dado el caso. Por tremendas sensaciones no me veía con ganas de seguir. Más que abandonar, quería parar y dejar de correr. No me motivaba ya el seguir compitiendo. 

Tanto esfuerzo no merecería la pena y había que ser consecuente ante tal momento.

Pues llegando al camino donde me iba a encontrar al resto de participantes y con las ideas bastante claras de no seguir corriendo. 

Hizo acto de presencia en el lugar una persona a la cual en el día de hoy le debo que haya terminado (y corriendo) esta prueba.

Ella sin duda (y lo escribo con mayúsculas), es la GRAN ESTHER SÁNCHEZ. Al verme que me había equivocado de nuevo, no ha podido aguantarse en esbozar una sonrisa y decirme; ¿ qué te pasa hoy Bijain?. Yo ante tal pregunta y momento he sido claro.

Ahí toda duda, todo temor, todo aquello que metros atrás había pensado. Se esfumaba por ese inmenso bosque para transformarlo en una afirmación rotunda.

Esther, lo tengo claro. Ya lo he entendido todo. Hoy (y si tu quieres), termino la competición a tu lado.

Así ha sido (y cuanto me alegro por ello). Por ello y que ella me haya dejado compartir tremendos momentos y 20 km por esos parajes.

Os puedo decir, que si no llega aparecer en esos momentos Esther, esos últimos 20 km se me hubieran hecho interminables. Agónicos. Pero al aparecer con ella e ir en todo momento a su estela, ha hecho que todo cobre otro sentido.

He vuelto (y de qué manera), a disfrutar de pleno de la prueba. Ella, lo difícil me lo ha hecho fácil. Porque me afirmo en lo mismo, y no me cabe la menor duda que hubiera sucedido, que si me llego a quedar solo en la carrera, por lo menos me pierdo unas 14 veces yo solo.

Con ella ha sido todo coser y cantar. Bueno algún que otro tramo nos ha hecho dudar pero toda elección cogida por parte de ella para seguir en ruta, ha sido la perfecta.

No había tenido el placer de compartir un tramo de carrera a su lado nunca después de todos estos años que corremos en carrera. Pero debo decir que es tremenda. Es una auténtica máquina. 

Verla como sube, verla (más aún si cabe decirlo) como baja, que había momentos que se me descolgaba y tenía que imprimir un poco más el ritmo para que no se me fuera.

Eso y que llegado a un punto se unían a nosotros dos compañeros de órdago como son Pedro y Jesús. Ellos (de esa maravillosa y tremenda ciudad como es Lorca), nos han hecho fácil el camino también.

Han sido bastantes km juntos y la verdad que entre uno y otros los hemos llevado de las mejores maneras.

Hasta a Jesús por parte mía y después de escucharlo que se aquejaba de una de sus caderas, le hemos proporcionado una pichica de gato, que le ha venido al pelo y así me lo ha hecho saber una vez hemos entrado en meta.

Pues como os decía, km a km, senda arriba y senda abajo, vertientes escarpadas y acantilados de empedrados, con cruces por caminos y paso por un rio (que debo decir que hasta nos hemos tenido que introducir de lleno dentro de él para vencer un tramo, solo los pies), y una vez lo hemos hecho (antes con tremendas dudas),  luego he de decir que hemos estado tremendamente agradecidos por ello, ya que las sensaciones de frescor en los pies se agradecían.

Así, de esta manera continuábamos y a lo lejos ya divisábamos el pueblo. Un gran manto de color blanco de casas, que me hacían acordarme de una canción de mi queridísimo Serrat titulada Pueblo Blanco.

Bueno, ese momento y otro que hemos pasado por delante de una vaquería en la cual y a distancia se olía a estiércol. Ahí, me ha venido otra canción de él, de su Cd de Miguel Hernández.

Pues con el pueblo cada vez más cerca y adentrándonos en el asfalto previo a la entrada de nuevo a la ciudad de Cehegín, saltaban todas las alarmas en el momento. Mi gopro, se quedaba sin batería. Ahí me he dicho para mí, “Y UNA MIERDA ME VOY YO A QUEDAR CON LAS GANAS DE GRABAR A ESTHER ENTRANDO EN META COMO PRIMERA CLASIFICADA DE ESTA PRUEBA”.

Menos mal, que me había echado mi cámara de fotos. “La pequeñica”. Con la que en tiempos remotos comenzamos a grabar todas estas locuras y sensaciones. Pues no me lo he pensado y se lo he dicho a Esther, vamos a grabar el momento que no es para menos. 

La he sacado de mi bolsillo de la mochila, que siempre he dicho que me compre ese tipo de modelo de salomón porque me venía al pelo, y puesta en grabación y cogidos de la mano en alto entrábamos por la línea de meta con un tiempo de 4h.21 minuto.

Uffff. Qué alegría me ha dado vivir ese momento. Una vez más Dios me ha otorgado ese placer de poder sentir al lado de otra persona de las mejores energías que existen y que a mí me llenan.

Os hablo de la energía de la FELICIDAD PLENA. De esa felicidad la cual te hace sentirte diferente al resto el cual nunca se ha visto inmerso en una competición de estas.

Eso y que iba junto a Esther Sánchez. Una de las grandes, y la parienta de un gran amigo mío. FERNANDO te felicito por tremenda mujer que tienes a tu lado.

Ya una vez en meta me he encontrado con otra persona la cual no me he quitado de la cabeza en toda la competición. 

Os hablo de mi inseparable e inestimable Mister Morcillo. Uffffffffffff, cuando me ha dicho que se ha quedado el 9º de la General bajando el tiempo de ejecución de carrera de 4 horas. (en total 3h56 mtos). Sin palabras me he quedado.

Al comentar que me había perdido, él también ha sido rotundo. Yo también me he perdido junto a un grupo pero hemos tenido bastante suerte.

Mi hermanico apenas hace tres años corría. Y hoy se ha clavado el 9º de la general. Que grande que es y cuanto lo admiro. Él lo sabe ya a estas alturas. Pero es mucho lo que aprendo a su lado. 

Es un auténtico titán sin miedo a todo lo que se le presenta. Con eso es con lo que me quedo. Bueno con eso y sus ojitos azules. Ja ja ja. Siempre lo he dicho, es mi Paul Newman Cartagenero.

Ya lo único que nos quedaba era recoger la bolsa del corredor y comernos (que previo habían anunciado), un buen plato de paella con conejo “DE CAMPO”, junto a una gran cerveza.

Dentro de lo que cabe y pasado lo pasado, me quedo con que todo sufrimiento, todo malestar y toda duda en carrera, una vez entrado por la línea de meta se solventan. Se volatiliza. Desaparece por completo y eso es lo maravilloso de la competición.

Eso es lo que más me gusta. Ver que otro reto ha sido conseguido. Y más cuando preguntas en línea de meta al resto de participantes y te dicen que en sus GPS les han salido 39 km. A mí. Casi 33. Pero ya no me quejo. 

Ya no digo nada al respecto. Solo que gracias. Que gracias por haberme hecho pasar tremendo momento. Que gracias por haber hecho que mi sueño se haya visto cumplido de ver que ante la adversidad y con un punto de referencia (como ha sido el de Esther), hayamos terminado la carrera y de esta forma.

A G R A D E C I M I E N T O S:


ESTHER SANCHEZ: Bijainnnnnnnnnnnnnnnnnnn, amarra el pony. Ja ja ja. Que te voy a decir a estas alturas que no sepas Esther. Que te estoy tremendamente agradecido por haberme hecho disfrutar de otra manera.

Y más te estoy agradecido por el detalle previo a la entrada en línea de meta, que al preguntarte si querías hacerlo sola por el momento y porque te lo merecías como primera clasificada de la prueba, no lo has dudado y has sido rotunda, ¿Qué dicessssssss?? 

Entramos juntos que para eso nos lo hemos currado. GRACIAS de verdad. Un beso y un fuerte abrazo para FERNANDO. (ahhhhhh?? Se me olvidaba), en 40 km la colega se ha tomado un gel solamente. Lo que yo te diga, UNA MAQUINA.

EUGENIO Y SU COLEGA: Gracias por los ánimos vertidos hacia mi persona en plena competición y cuando hemos coincidido al haberme perdido. Un fuerte abrazo y felicidades a ambos por vuestra competición.

OSCAR LA TORRE y su PADRE: Gracias por compartir junto a nosotros ese pedazo de plato de paella. Gracias Oscar por todo lo que me transmites como deportista, pero si cabe más aún decirlo, como persona. Un fuerte abrazo para ti y tu padre (El Gran Jefe).

JESUS y PEDRO: A esos compañeros de Lorca decirles que nunca olvidaré esta competición. Ha sido un placer compartir parte de ella a vuestro lado y eso siempre lo llevaré conmigo. GRACIAS

A LOS HIJO PUTAS MAL NACIDOS, que en plena competición se han dedicado a quitar parte de señalizaciones para que el resto de corredores nos perdiéramos. A esos en concreto en el día de hoy y en línea de meta me hubiera gustado echármelos a la cara.

Desgraciados. Hay que ser bastardo para llegar a un punto  y joder una prueba de esta manera. Yo, cogía un rollo de esos de coca cola y con la medida justa parte de un lado se lo introducía por el culo y el resto se lo sacaba por la boca. CABRONESSSSSSS.

ORGANIZACIÓN. De ella solamente debo decir que chapó. Gracias por el trato. Gracias por como durante toda la prueba y en diferentes avituallamientos nos habéis tratado. Pero si tengo que poner un PERO a esta prueba lo pondré por el tema del señalamiento.

A parte de lo que en líneas arriba he comentado. Desde mi punto de vista ( y mi más absoluta modestia), considero que hubieran hecho falta más voluntarios en puntos determinantes de la prueba.

Esa circunstancia se que en venideras competiciones serán solventadas. A parte, deciros que si no pasa nada el año que viene me tendréis de nuevo con vosotros.

Todo mal y toda molestia, tengo que decir que ha sido paliada con esas tremendas paellas de arroz con conejo, que os habéis currado para que a cada participante una vez finalizada la prueba, no le faltara un buen plato, junto a un gran pan de campo. Por cierto BUENÍIISIIIIMMMOOOOOO. 

Antes de dar por finalizada esta crónica quisiera agradecer al resto de compañeros que hemos coincidido en el día de hoy y en referida prueba, sus muestras de cariño hacia mi persona.

Son muchos los que se acercan y me saludan y me dicen que gracias a los vídeos, crónicas y comentarios en facebook me siguen a diario.

Gracias, porque por ello seguimos en la brecha. Por ello hacemos lo que hacemos y cada vez más motivado.

Lo que para mí en su día comenzó como un juego ya os puedo decir que forma parte de mi vida. Es un concepto de vida el cual me encanta llevar a cabo de la manera que lo hago.

Y más si llegado el caso, cuando os saludo personalmente lo hacéis de la manera que lo hacéis y radiando en vuestros rostros esa felicidad que a mí me embarga.

Un abrazo en especial a PEPE y al compañero de Caravaca. (que yo pa los nombres mira que soy negado)

BIJAINNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNN DE BUENOS ENTRENAMIENTOS Y COMPETICIONES OS DESEO.

NOTA: Por problemas de espacio en la red, no he podido colocar ninguna fotografía de esta competición. Espero subsanar el problema pronto y restablecerla como siempre se ha mostrado.

El vídeo de la competición ya lo colgaremos más adelante. Mientras tanto os dejo con estas sensaciones.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Competición de la Yeti Trail 2012






Antes que nada y dar de nuevo comienzo a una nueva crónica deportiva, deciros que os estoy eternamente agradecido por las muestras de cariño vertido por todos vosotros hacia mi persona, en todo momento antes, durante y después de la competición.

Adentrándonos ya de nuevo en una nueva competición llamada YETI TRAIL 2012, transcurrida en una sierra de mi tierra a la cual amo profundamente y llamada SIERRA ESPUÑA. El pasado 17 de este mes de Noviembre se llevo a cabo en un paraje de ensueño. Ante nosotros  teníamos delante una nueva batalla transformada en 44 km y un desnivel en positivo de casi 2.300 metros.

El día de autos se presentaba de las mejores maneras posibles. A pesar (días atrás) que se anunciara que iba a hacer mal tiempo (en este caso transformado en mucho frio), he de decir que el día que nos salió era precioso. En su  justa medida, perfecto para afrontar la competición y de las mejores maneras.

En ruta nos poníamos en marcha a las 05:45 horas, Mister Morcillo, Ángel Mayor, un servidor y Daniel Campos junto a Cecilia en otro vehículo, emprendíamos la marcha hacia la localidad de Mazarrón al objeto de recoger al último componente de la BDM X-TREM FM, llamado José Luís. Una vez llegáramos a la localidad donde se iba a disputar la prueba allí nos encontraríamos con otro y de los buenos brigadistas llamado Antonio Funes y Amparo.



A las 07:25 horas en punto llegábamos al Berro. La verdad sea dicha, que llegábamos con el tiempo justo. No teníamos muy bien calculado el terreno y apenas nos separaban del inicio de la prueba 35 minutos para vernos ya inmersos y de pleno en ella.

Os podéis imaginar nada más bajar del coche como saltaron las alarmas. Rápidamente preparábamos todo para que no echar nada en falta en plena carrera.

De ahí, y una vez todo comprobado y vestidos con los mejores ropajes para la ocasión, cogimos dirección hacia la mesa de recogida de dorsales.



Según nos íbamos adentrábamos en el interior de la localidad y llegábamos a su plaza principal donde estaba montado todo el tinglado, ya se respiraba a competición y de la buena. A demás de comenzar a ver caras conocidas que a nuestro paso se estrechaban con un choque de manos y un Bijaín por saludo.

Con mi dorsal ya asignado, (en este caso el 155), ya veía que no había marcha atrás. Nunca lo había pensado. Pero para mí ese preciso momento es el que ya determina que estás dentro de la carrera.

Ya todo hacía presagiar (y no se sabía de qué manera), que el que suscribe y mi grupo el cual nos habíamos dado cita, nos íbamos a enfrentar al temido Yeti.  Esta competición, para mí era la primera vez que la competía. Siempre al ser la primera, ésta te genera muchas dudas de cómo se va a poder afrontar.

Pero como lo principal lo llevábamos a cabo, no había problemas para correrla. Y digo lo de llevarlo a cabo, porque en mi cabeza en ese mismo momento y el cual ponía por primera vez mi piel en la pedanía del Berro, lo que tenía claro era, que a lo que había venido era a correr la competición y terminarla.


Una vez con el dorsal en la mano, no encontrábamos viejos camaradas por las inmediaciones. Auténticos espartanos los cuales reunidos y juntados, nos fotografiábamos, para inmortalizar el referido y precioso momento.

Antonio Ibarra y la gran Inma Tomba, nuestro queridísimo Antonio Funes y su amada Amparo, Vicente, Manuel, el Gran Joven Jesualdo, Pablo Manteca y el insuperable Jesús de Molina de Segura. Allí estábamos todos. Al completo, para en breve y de lleno, unos bien a la mini yeti y nosotros a la larga, ponerse en parrilla de salida y dar lo mejor de nosotros.

Pasado el corralillo de rigor, y comprobado por parte de la organización que todos portábamos lo requerido  para el momento, (cortavientos para la ocasión), nos íbamos adentrándonos delante de la línea de salida para en breve escuchar el ansiado y querido cañonazo, el cual de nuevo daría rienda sueltas a nuestras emociones.

Os puedo asegurar que allí, no hubo cañonazo ni música motivante que te diera ese empujón y abertura a tal maravillosa competición. Eso sí, había una única persona, que apenas se le oía y entendía nada y con un pequeño megáfono en su mano, que en un momento dado nos dimos cuenta los que estábamos más atrás, que la competición había dado comienzo, porque todos los que nos precedían y estaban delante, habían comenzado a correr sin descanso.



En ese momento me dije para mí, mientras ponía en funcionamiento mi cámara, "Joder con la crisis", ni un puto silbato o pistoletazo de salida que nos situé, si lo llego a saber me traigo de mi casa y sobrante de la pasada noche veraniega de San Juan, un MORTERO que me había sobrado, y con él, doy por seguro que todos al completo se hubieran dado cuenta que la fiesta había comenzado.

Para mí son detalles, que puede ser que para otros sean nimios, pero para los que estamos ahí, previo a la salida, hace que todo se transforme y tú te motives como nadie.

Pero qué le vamos hacer "Si yo nací en el mediterráneo", (uyyyyyyyyyyyy perdón, se me ha ido la pinza).



Ja, ja, ja. Como os decía, ya corriendo todos, nos encontrábamos en los primeros comicios de la prueba y a pesar de su comienzo (y en mi caso), súper motivado. Lo único que nos quedaba por entonces y en esos precisos momentos era asegurar y asentarse en carrera para no dejarnos llegar y que al final de la competición se pagara tal esfuerzo.

Ese inicio de prueba es determinante, crucial para que el resto de la competición se desarrolle como lo esperado. Si en ese inicio vas por encima de tus posibilidades a final del trayecto (os puedo asegurar), que os quedareis sentado. Aquí en las carreras os puedo asegurar que las imprudencias se pagan. Vayan si se pagan. Es de la única manera que todos (y yo me incluyo) aprendemos.

Aproximadamente a partir del km 4 de competición, ya nos habíamos asentado en carrera. Delante de mí llevaba a mi inseparable e inestimable amigo y hermano, Mister Morcillo. El cual (debo decir y sigo asombrándome a diario de cómo va evolucionando en el mundo de la carrera. Pues bien, delante mía Mister Morcillo marcaba un ritmo muy sabio. Desde hace tiempo vengo diciendo que es mi auténtico GPS. Día a día me lo demuestra y de las mejores maneras.



Situado en recorrido y sin ya ningún corredor delante nuestra que nos impida asegurar nuestro ritmo mientras corríamos, las sensaciones iníciales de competición eran buenísimas, más bien tremendas. Empezaba a sentir que todo el trabajo hecho hasta ese momento (en relación a los entrenamientos y volumen de carga), comenzaban a dar sus resultados.

Hubo muchos tramos que fueron compartidos junto a otros corredores. Inclusive al igual que nosotros adelantábamos, se nos adelantaba y se perdían por el horizonte.

El terreno que nos íbamos encontrando estaba húmedo. Habían zonas de subida donde teníamos que prestar especial interés donde poníamos los píes porque el resbalón estaba asegurado. Había que llevar mucho cuidado.



Al paso del primer avituallamiento nos dimos cuenta que éstos iban a ser más bien escasos. Solamente nos encontrábamos agua. Yo como siempre, y sobre esas distancias, siempre llevo conmigo mi inseparable mochila. Prefiero que me sobre a no echar en falta algo. Tener la cabeza completamente despejada sin pensar en nada más que seguir corriendo, es muy importante, para que en un momento dado te haga falta algo, y no tengas nada que echarte a la boca.

Poco a poco y al ritmo impuesto por Mister Morcillo y yo, nos íbamos adentrando en el más profundo del valle de Sierra Espuña. Con unos caminos, veredas y paisajes maravillosamente bellos. Referente a los paisajes deciros, que los que nos daba tiempo observarlos, que fue más bien poco tiempo porque bastante teníamos con mirar al suelo y saber donde se pisaba para asegurarnos no caernos mientras corríamos.

Tramos los cuales se disfrutaba de un silencio el cual se podía cortar con un cuchillo. Solamente tú pisada a nuestro paso. Y con unos tremendos olores a vida, que hacía que tu y el resto de corredores que coincidías en esos momentos, perdieras el sentido y juntos disfrutarais por una sola causa. Correr por la montaña.

La primera parte de la competición para mí fue muy buena. Los primeros 22 km de competición me sentía pletórico y con una fuerza inconmensurable. Inclusive en un tramo en concreto tuve la oportunidad y placer de estrecharme en un tremendo abrazo con el temible YETI.



Eso, y coincidir durante unos kilómetros de carrera, junto a la primera clasificada femenina (Bárbara). Primera clasificada en ese momento y posteriormente ganadora de la carrera absoluta femenina.

Nunca lo puse en duda a su paso y al verla. Inclusive se lo llegue a decir, y ella (que tiene la gran modestia la cual solamente poseen las grandes campeonas) me decía; ya veremos, ya veremos, que queda aún mucha carrera. 

Tenía razón. Quedaba mucho aún por delante. Pero por conforme la veía, no había duda alguna que alcanzaría la meta como primera clasificada.

Y he de decir que no me equivoque, y al enterarme me alegre tremendamente por su triunfo una vez llegado a meta y saber que ella había pasado por ella como triunfante de la prueba.



Aunque debo decir (que ahí, tenía el corazón partido), porque la 2ª clasificada de la prueba era la Gran Inma Tomaba. Pero ambas  tienen ese tremendo don, que una vez finalizada la prueba, queden como queden, se estrechan en un tremendo saludo y entre ellas se felicitan por lo conseguido. FELICIDADES GUAPÍSIMAS. Es mucho lo que me aportáis cuando os veo corriendo.

Afrontando ya la segunda parte del recorrido y pasada la Fuente del Hilo, para mí todo empezó a volverse más fácil. A pesar de lo llevado y acumulado hasta ese momento (que no era moco de pavo), ese nuevo tramo el cual nos iba a llevar hasta la finalización de la prueba, para nosotros era ya conocido. 

Semanas atrás nos juntábamos con Pedro La Jaima y Fran Fuertes en la zona, y con un recorrido de 25 km, nos situaban en los tramos más duros y los cuales en el día de hoy íbamos hacer frente.



Por ello y a sabiendas de lo que nos íbamos a enfrentar en breve, amarrábamos el pony para asegurar y hacer frente al temido cortafuegos.

Y vaya si lo hubo. Momento que vino en el km 29 de la carrera. Delante de nuestros ojos, línea de cortafuego a avizor y ascendente hasta el infinito y más allá.

Desde ese mismo punto kilométrico hasta el 35 de competición, nos tocaba solventarlo como fuera y cuesta arriba en la mayoría de sus tramos, incluyendo varios tramos de difícil ejecución por su máxima verticalidad, como era llegar hasta lo más alto de ese primer tramo del cortafuegos, y luego hacer frente a la senda del caracol, que más que senda parecía una pared la cual te hacía presagiar que en breve instantes tenías que sacar de tu mochila piole y pies de gato.



Pues a pesar de ser dicha zona bastante dura, yo he de decir que la ejecute motivadísimo y sin mucho cansancio al respecto (modestamente). Me asombraba de las sensaciones que tenía en mis piernas y como respondían las mismas a dicho ascenso.

Kilómetros atrás, adelantaba a mi compañero Mister Morcillo, el cual y llegado a la senda del caracol lo escuchaba como me decía de nuevo, "vamos hermano". Al verlo que lo tenía a una curva de mí, no dude en esperarlo y afrontar juntos todo ese último tramo de competición y coronar su cima.

La compenetración entre ambos llegado ese momento era absoluta. No había pique ninguno y si un porque en el momento. Que era seguir con las mismas sensaciones y seguir ascendiendo adelantado a nuestro paso a demás corredores y senderistas que nos íbamos encontrando.



De esta maravillosa manera, emprendíamos dirección hacia la cota más alta de la competición. A lo lejos ya se divisaba el alto del MORRÓN DE ALHAMA.

Ahí, ahí compañeros deciros que comenzaba mi auténtica competición. A partir de ese tramo todo lo que hasta ese lugar había sido precioso y con unas sensaciones de órdago, se convertía en un auténtico calvario e infierno. Ahí comenzaba mi auténtica competición contra yo mismo. El efecto YOYO hacía acto de presencia para situarnos.

Inesperadamente (y no lo había sentido en la vida compañeros), me  comenzaban a surgir una clase de tirones y calambres por todo mi cuerpo como (femoral, gemelos y aductores), que eso no era lo que me asustaba del momento. Lo que me paralizo e hizo inclusive que me detuviera era, que esos tirones se pasaron también a la zona de los cuádriceps y esa sensación si os puedo asegurar que hasta ese momento no la había vivido.





En esos precisos momentos que empezaba a sentirme mal, comenzábamos también a encontrarnos a nuestro paso (y en este caso de descenso) a corredores de la mini Yeti. Los cuales cuando el que suscribe alzaba la mirada y veía por donde estaban bajando, para mí mismo me decía, que me resultaría imposible (no subir por el referido tramo), sino bajar por los calambres que presentaba.

Lo digo porque ya me costaba la vida levantar una pierna y la otra para seguir el paso, pues si le añadíamos posteriormente descender toda aquella inmensa pared. Me parecía irrealizable.

Bueno, pues inclusive en algún que otro tramo rezando (que os debo decir que no es la única vez que lo he hecho), arriba del Morrón de Alhama me esperaba mi gran hermano Mister Morcillo., para a su paso darme la última de las golosinas energéticas que nos quedaban.



Una vez ingerida la misma, lo que tocaba era emprender el descenso por donde justo lo habíamos ascendido antes. Afrontábamos los últimos 9 kilómetros de carrera y en este caso cuesta abajo. No sé que fue peor para mí, si subir o bajar en este caso.

Días atrás (como en líneas arriba os hacía mención), el Gran Pedro La Jaima, nos ponía en conocimiento que a partir de dicho momento no iba a darse ya ninguna dificultad. Que los primeros km que nos encontraríamos de descenso, transcurrirían por una senda un poquito escarpada pero que rápido saldría a una pista arbolada de pinos, la cual nos conduciría atravesando una rambla hasta la línea de meta.

Pues lo que se suponía que para mí iba a ser lo más fácil, se convirtió en un verdadero infierno. Pronto me di cuenta de ello y llevando a Mister Morcillo a mis espaldas y a ritmo, no lo dude ni un instante al ver los síntomas que presentaba. Le dije que continuara a su ritmo. Que hiciera su carrera y que por mí no se preocupara, que esta guerra iba conmigo y la iba a librar a solas.



Iba roto. Con unas malas sensaciones, las cuales no quería que perjudicaran a mi Morcillo. Si me hubiera sentido bien. Si las sensaciones hubieran sido las correctas, no lo hubiera dudado ni un segundo en pegarme a su lado, y si hubiera podido aguantarle el ritmo  (porque he de deciros que ya está intratable), hubiera entrado junto a él por la meta. Hubiera sido para mí un auténtico placer, verlo ahí a mi lado y como uno de los grandes.

Pero me resulto imposible por el ritmo impuesto. Para ver si remitían mis calambres ya solo en carrera, me saque media barrita que me quedaba de Vitargo y energética. A primer bocado, y al ir a guardármela de nuevo en mi bolsillo y adelantando a otro corredor, éste al momento y a mi paso me dijo; "ME DAS UN TROZO"? Vaya si te doy compañero pensé. Sin dudarlo un instante y sabiendo que más abajo me encontraría el último de los avituallamientos, se la di entera. Lo que me quedaba para que pudiera reponerse del momento.

Sé que si me la pidió era porque tremendamente la necesitaba. Esa circunstancia me trasladaba a competiciones pasadas y en este caso a nuestro último RETO de este año, ( Los 120 km por una buena causa), que fue correr desde Cartagena a Elche sumándole una vez llegáramos a dicha localidad la media maratón que allí se celebraba.

Pues en un tramo de esa competición y calculo yo que llevaríamos aproximadamente 110 km en el lomo y sin nada que echarnos a la boca, cuando de repente y por arte de magia nos dimos cuenta como uno de los corredores que nos precedía portaba a sus espaldas un paquetito de Kit Kat de chocolate.

Os podéis imaginar el momento. Ni el mejor caviar ruso del momento nos hubiera entrado mejor. Uno del grupo no lo dudo ni un instante, se acerco al compañero y sin conocerlo de nada le dijo cual era nuestra situación y si nos lo daba.

No lo dudo. Cuanto le estamos agradecidos por ello. Enteretico que nos lo dio. Cuatro barritas de chocolate que se convertían en el mejor manjar del momento. Reponiéndonos las pilas para poder completar nuestra hazaña. Sin conocerlo, siempre le estaremos eternamente agradecidos.

Por ello en esta competición y viviendo como anillo al dedo, el recuerdo de nuevo se hizo patente en mi persona. Por ello no lo dude, porque estaba en deuda con el destino y esa la mejor de las maneras para sentirme agradecido. Que no quita que si mañana se me presentase el momento haría lo mismo. Por supuesto. Es lo que nos diferencia del resto de los mortales. Compartir sin esperar nada a cambio.

Continuando y con las fuerzas en su justa medida llegaba a ese último avituallamiento. Ahí me daba cuenta que alimento no me hacía falta. Aunque creo recordar que alguna que otra galleta de chocolate príncipe me comí acompañado de un gran trago de acuarios.

Pero bebida, ufffffffffff, iba bajo límites y recargue de nuevo todos mis botellines. Ahí en ese justo momento empecé a entenderlo todo. Ya sabía el motivo de mis calambres y tirones. Me había deshidratado al ponerme demasiada ropa para afrontar la prueba.

Pensándolo, en gran parte de la competición pasé mucha calor. Guantes, manguitos gorro, bufff de terciopelo y camiseta técnica de interior, hicieron que mis niveles corporales se activaran más de lo normal y tuviera mucha calor en gran parte del recorrido.

Pero os puedo asegurar que pasado lo pasado, vivido lo vivido y sufrido lo que sufrí, no me arrepiento de nada de lo hecho. Al contrario, me alegro tremendamente porque esta es de las únicas manera que se crece interiormente y se aprende.

Lo que si doy gracias es a Dios, por haberme otorgado una vez más el poder de llegar a meta y terminar la competición sin consecuencias. Que las pudo haber y muy jodidas. En líneas más abajo ya os diré porque.

Dejando ya el último avituallamiento como os decía, y escuchando como llegaba mi compañero Antonio Funes a él, éste no dudaba ni un instante en reclamarme a los allí asistentes y que nos abastecían de bebida y comida, que le sirvieran un plato de magra con tomate y una de calaramares. ja ja ja ja j. Es tremendo mi Rambo. Qué bueno.

Desde ese mismo momento nos tocaba afrontar una parte no difícil pero si muy complicada por cómo se presentaba de mojado el terreno.

Resbaladizo es poco. Parecía más bien, una pista de patinaje , sumado que entre medias te encontrabas piedras de diferente tamaña y a cual (sino llevabas cuidado) tenías cojones a tragarte.

Esa senda me hacía trasladarme a km atrás de esta misma carrera y visualizar de nuevo otra tremenda bajada y en este caso con una tubería de por medio.

¿Alguien da más dije?, Ufff, menos mal que ahí en ese tramo iba fresco como el queso tierno. Pude solventarlo sin ningún tipo de problemas.

Bueno por deciros, que a punto estuve de caerme, pero me salvo una bendita arqueta puesta a mis paso. Vamos, que ni pinta me dije.

Pues solventado todo ese tramo e introduciéndonos en la citada pista forestal la cual en líneas arriba comentábamos, para afrontar los últimos km de la prueba, a mi lado se me ponía el de la magra con tomate y los calamares. Joderrr le dijo yo cuando lo vi aparecer. Ni se te repiten hermano. Vas fino, fino. Ja.

Antonio Funes y un servidor emprendíamos ese último recorrido y en mi caso asegurando adentrándonos en la zona conocida como la Rambla de las Brujas. Y vaya si vimos brujas. Un par de ellas de los dos talegazos que me metí mientras transitaba por ella.

Al introducirnos en dicha rambla y al no encontrarnos ya desniveles considerables de por medio, mi zancada se acomodaba al terreno, hasta que llegado el caso y no sabiendo ni porque ni de qué manera, me nombraban muy a pesar mío, de nuevo Concejal de Urbanismo de la zona del Berro.

Tremenda ostia, la primera que me pegué. Ahí he de decirlo, sin duda, que quien me salvo del momento y me saco de tal atolladero para que no me quedara postrado sobre el terreno, fue mi queridísimo RAMBO.

Ese fue mi verdadero Ángel de la guarda en esta competición. Después de tremendo pellejazo mis sensaciones del momento fueron que parecía que todo mi cuerpo por momentos se iba a desmontar sin pensárselo.

Nada más aterrizar en el suelo, le dije que por favor y rápido me levantara. Que notaba como me acalambraban todos mis músculos. No se salvaba ninguno. Desde el dedo meñique hasta el último pelo de mi coronilla.

Que sensaciones de verdad. Os digo que fue tremendo. Que mal momento ahora que lo pienso. Puesto en pié de nuevo y dolorido por todos y cada uno de mis costados, reseteaba el disco duro (como de costumbre), y viendo que solamente era dolor lo que presentaba y algún que otro corte en una de mis manos (izquierda), le dije a Antonio Funes que continuábamos.

Así fue, y así lo hicimos, pero lo inesperado fue en este caso ( e inaudito porque nunca me había pasado), aunque siempre dicen que ha y una primera vez, y en este caso dábamos constancia de nuevo de ello, pasado unos metros, me pegaba un segundo pellejazo . 

Este no sé si por suerte del destino o porque salió así, si lo grabe. Sin palabras me quedo cada vez que lo observo. Solamente doy gracias de nuevo a mi gran salvador, el cual sin dudarlo de nuevo se paro y me dijo; "CHACHO TU QUE TE HAS PROPUESTO EN EL DÍA DE HOY?, ENSEÑARLES AL RESTO DE CORREDORES LAS MIL FORMAS DE CAERTE Y NO HACERTE DAÑO Y SEGUIR CORRIENDO?. Ja ja ja ja. Eso fue lo que me curo del momento. Eso fue lo que me hizo salir de la situación. Eso y la mala ostia que me entro al ver que de nuevo me había ido al suelo.

Magullado, dolorido, y con las fuerzas por los suelos. Lo que no me faltaron en esos momentos (que considero que era importantísimo), fueron huevos para terminar lo que horas antes habíamos dado comienzo,

Y vaya si lo terminemos. Y para mí de las mejores maneras que se podían dar. Junto a mi salvador y entrando juntos por la línea de meta.

Sé que vendrán nuevas y mejores competiciones. Sé que habrá mil entradas de nuevo en metas. Pero esta, si mi corazón se compone de 1000 cuartas, ya va guardado de por vida en una de ellas.

Fue especial y emocionante. Mágico diría yo . La verdad que veo las imágenes y me emociono por lo conseguido y transmitido durante toda la ejecución de la carrera y más en ese final de etapa.

En fin, ya pasada la línea de meta y viendo el tiempo empleado (5h42mtos), tampoco me puedo quejar. Ha sido tremenda y épica la hazaña que hemos conseguido. Jamás pensaba terminar dicha competición de esta manera. Pero una vez finalizada la misma, digo a voz en grito, que ha merecido la pena.

Una vez ya en línea de meta, allí nos esperaban los nuestros. En primer lugar nuestro incombustible Javier Martínez mateo (fotógrafo oficial de la Brigada). Después ya los vítores y abrazos junto con saludos a doquier, eran por nuestros Yeclanos, componentes de Roller Master y resto de amigos y compañeros que habíamos participado tanto en la mini yeti como en la grande.

Plataco de migas, junto con una buena cerveza, nos situaba de nuevo en la vida. Nos congratulaba y nos bendecía por tremendo triunfo personal conseguido.

En línea de meta cuando volví a ver los míos, Mister Morcillo y Ángel Mayor, la alegría se acrecentaba más aún si cabe. De verlos a ellos también tremendamente felices por lo logrado.

Por lo demás deciros que ha merecido la pena toda esta locura. Que estoy deseando que sea el año que viene para volverlo a repetir, pero en este caso la Challenger entera.

AGRADECIMIENTOS:

Antes que nada ni a nadie, a nuestro JAVIER MTEZ. Nuestro cámara el cual siempre ha estado junto a nosotros sin ningún tipo de ánimo de lucro. Gracias hermano. Sabes que me tienes para lo que te haga falta. Un fuerte abrazo.

PEDRO LA JAIMA y FRAN FUERTES: Gracias a estos dos compañeros por otorgarnos el placer dos semanas antes de la competición de poder entrenar por dicho paraje y a su lado. De esta manera y gracias a ellos, en todo momento estábamos situados en competición sabiendo en cada momento a lo que nos íbamos a enfrentar. Que os puedo asegurar que es muy importante,

BÁRBARA JUDIT: Gracias guapísima por otorgarme el inmenso placer de correr a tu lado. De sentir tus zancadas detrás mías, y posteriormente tu respiración una vez me adelantabas. Tremenda y súper motivante verla como desarrollaba cadencia en plena subida al pozo de las Nieves. FELICIDADES por partida doble.

LOS YECLANOS: Que voy a decir de mi otra gran familia. De mis amigos Los Yeclanos. Blas, Manuel y tremendo grupo el cual los acompañaban. Gracias por ese pedazo de dulce que quitaba el sentido y te hacía ponerte de nuevo en parrilla de salida para afrontar una nueva competición por la carga calórica ingerida. UN ABRAZO.

Componentes de la BDM X-TREM FM. Gracias Mister Morcillo. Gracias Ángel Mayor, Antonio Funes y tu Amparo. Si no llega a ser por ella, todavía estoy por esos parajes intentando abrocharme la cordonera.
De nuestro (Alluyipegu), no podemos olvidarnos tampoco por tremenda gesta conseguida. Un fuerte abrazo José Luís.

JUANDE: Como siempre y las competiciones que hago frente si tu no estás maestro, para mí no es lo mismo. Por ello pido que en cada una de las competiciones a las cuales haga frente pueda tenerte delante para disfrutarla a tu lado. Un beso a Conchi  y tremendo abrazo para ti.

ANDRES MOLINER y mi MAGO CORCÍN: A ellos y desde la distancia americana decirles que los he llevado conmigo en los tramos más jodidos. Sobre todo en el cortafuegos y las imágenes del momento darán fe de ello. Estoy deseando teneros cerca y volver a disfrutar juntos de nuestros específicos. Cuidaros que para mí sois muy grandes.

FRAN NORTES: Gracias por las instantáneas compañero. Un fuerte abrazo yn os vemos en la próxima.

MANUEL BARRANCO: Desde lo más alto. Desde ese lugar en el que se que te encuentras. Decirte que te he sentido muy cerca al coronar el Morrón de Alhama. Hermano desde tu ausencia en cada competición que llevo a cabo, de cada cuatro latidos que mi corazón da, uno de ellos es tuyo. Fíjate si te siento y me acuerdo de tú. Como se que tu también te acuerdas y cuidas de mi en cada una de mis competiciones. Gran parte de que pudiera terminar la competición fue tuya y lo sé. Sé que teniendo al lado tuyo a nuestro jefe supremo llamado JESUS, le dijiste; maestro ayúdalo y que termine lo que ha comenzado. GRACIAS MANOLICO. Te quiero.

Y para finalizar a MI FAMILIA. A mis dos hijos (Daniel y Marcos), Sin ellos todo esto no podía ser posible. Y sobre todo, por mi mujer Alicia (La cerillica). 

Gracias mi vida por estar siempre ahí, y saber entenderme como me entiendes. Con mis subidas y bajones. No todos los días salen soleados para mi persona, y ella es la única que sabe situarme y darme ese calor que solamente el SOL sabe otorgarme. TE QUIERO. 

NOTA: De la organización decir, que un plato de comida y una buena ducha gratis no se le niega a nadie. Por lo demás , dentro de lo que cabe, perfecto.

ENLACE DEL VÍDEO DE LA COMPETICIÓN:

https://www.youtube.com/watch?v=etkHCBNeEFM&list=UUrEasi4OKO04Kx57BqOTpxA&index=1&feature=plcp