En efecto, 101 km de auténtico suplicio.
De auténtica agonía que llegado este punto e inicio de crónica no sé por dónde
empezar. Si por la competición y todo lo que se derivo en ella, o entrar
directamente en materia y hablar de esa organización la cual llevó a cabo el
referido evento y de qué manera.
Vamos a empezar hablando de la competición
y entre ella os iré desgranando lo que fue la organización par mi en sí.
La misma os lo podéis imaginar de qué
manera la afrontábamos. Ilusionadísimos y a la vez cansadísimos porque
llevábamos en nuestras piernas de la semana pasada el Ultra Trail de 120 km
(Esperanza para David) lo cual derivo que la premisa principal en esta competición
era iniciarla y terminarla.
El equipo que nos juntamos para hacer
frente a tanta locura kilométrica, los de siempre, con algún cambio que otro en
el aspecto de nuevos compañeros que se unieron al grupo.
El día 11 de Mayo quedábamos a las 14:30
horas en la puerta de mi casa Andrés López, Mister Morcillo, Jesús Inglés, José
Zarco, Pedro Cayuela y un servidor. 6 auténticos "espartanos" que
cada uno y de la mejor manera posible iba hacer frente a tal recorrido.
Puestos en marcha, siendo en éste caso las
15:00 horas y siendo el horario establecido para la salida hacia la localidad
de Ronda, enseguida se hizo patente entre el grupo lo que iba a ser en sí el
viaje. Por delante nos separaban aproximadamente 5 horas para llegar a tierra
Santa y empezar a mentalizarnos lo que en breve íbamos a competir. Mientras
tanto en pleno recorrido las risas y comentarios se hacían patentes y el rato
que pasábamos juntos los 6 compañeros que íbamos en el interior del habitáculo
de mi vehículo lo pasábamos en grande.
Para desentumecer piernas, pasadas dos
horas de viaje parábamos en la primera venta que nos encontrábamos al paso (en
este caso la "Venta Rosales”. Ese tiempo de parada nos vino al pelo para
recargar las pilas y tomarnos un café.
Sin prisa pero sin pausa una vez ingerido
lo pedido, tomábamos de nuevo rumbo hacia ronda. En esta segunda parte del
viaje el grupo iba más tranquilo. Después de haber comido empanada traída por
Jesús Inglés, tarta de manzana y unos bizcochitos caseros hechos por mi mujer,
el estomago hacia su trabajo y lo que tocaba era relajarse y descansar un poco.
Así, poco a poco, nos íbamos dando paso
por tierras murcianas y andaluzas. Con unas vistas maravillosas de toda Sierra
Nevada a nuestro paso, que encima de todo a lo lejos y más alto sus cumbres se
vestían con una fina capa de nieve que te hacían trasladarte a ese lugar y
sentir lo maravillosos del lugar.
Sin parar ninguna otra vez, llegábamos a
nuestro destino a la hora (más o menos programada), las 20.00 horas en punto.
Ya en la entrada a Ronda se veía el devenir de gentío que estaban presentes en
la localidad y que iban hacer frente a la prueba. Bicicleta a dosier. Que digo
bicicletas. "Bicicletones", que a nuestro paso cuando adelantábamos
algún que otro vehículo portando a las mismas, el interior de nuestro coche se
transformaba en el mejor casino de la zona.
Nuestro gran "Crupier" Andrés
López" conocedor de la materia nos ponía en órbita y comenzaban las
apuestas para ver cuánto podía valer cada una de ellas, como acertar los
cambios que llevaban y de que marca eran. Como cuadros y marcas conocidas que
te ponían los pelos de punta, como también dimensiones de sus ruedas etc. Fue
un momento, que sin tener ni puta idea de bicicletas parecíamos el cuerpo
técnico de la casa "Specialicer".
Con los dientes súper largos de ver
tremendas máquinas, estacionábamos el vehículo en una zona un poco apartada del
lugar donde nos íbamos a quedar a dormir. Tengo que decir que aunque estaba un
poco apartado, el lugar donde se decidió estacionar el vehículo fue el
acertado para que en este caso y debido a la multitud en el lugar no se lo
llevara la grúa el vehículo por un mal estacionamiento.
Así bajamos todos nuestros bártulos. De
esa manera nos encaminábamos hacia el polideportivo de la localidad de Ronda
donde esa misma noche y la de la mañana siguiente íbamos a pernoctar allí.
Ya por las inmediaciones comenzábamos a
ver caras conocidas. Compañeros del Club Maratón Cartagena, amigos del Club
Correbirras. Circunstancia que nos hacían más cómoda la estancia en dicho lugar
al sentirnos como en casa al ver tanta gente conocida.
Ya en los preámbulos y en el interior del
polideportivo la primera función a llevar a cabo por el personal que llegábamos
allí, era la de recogida del dorsal. Ahí debo decir que fue cuando me di el
primer susto. Y diréis ¿porque? Pues muy fácil de decir, pero muy mal de
aceptar.
Como normal es, en toda competición antes
de recoger el dorsal, habían colocado una lista con todos los nombres de los
corredores que iban hacer frente a tal recorrido. Por grupos. Ciclistas, Dualitas
y marchadores. Bueno pues mi sorpresa fue cuando fui a buscarme y ver que mi
nombre no salía en dichas listas.
Buscándome y volviéndome a buscar vi que
mi nombre no aparecía y entrañaba para mi persona una gran preocupación. Me
venían a la cabeza preguntas como ¿y si ahora no puedo correrla?, ¿y si llegado
el caso todas mis ilusiones se veían truncadas por una mala gestión de la
organización?
Me ponía a pensar y veía claro que todos
los trámites a seguir para darme el dorsal en su día los hice como se tuvieron
que cumplimentar. Solo que esta vez (también he de decir que era la primera) no
tuve la vista de hacer lo que otros compañeros que ya tenían experiencia en
esto) y fue comprar la opción de que me mandaran a casa días antes los dorsales
y documentación requerida para poder afrontar tal carrera.
Bueno pues tremendamente preocupado (os lo
podéis imaginar) me puse al lado de mi compañero Pedro Cayuela y le comentaba
el problema. Él que no era parecido pero tenía que solventar un cambio de
nombre en su dorsal porque se lo habían cedido, me dijo; José yo voy a la mesa
de incidencias, pásate y comenta tu problema que tienen que tener solución a
ello. No es normal que no aparezcas habiendo pagado la inscripción.
De ésta manera me acerque hacia una de las
mesas que había en el lugar y me sacaban de dudas al momento. Había habido una
errata en la inscripción y datos personales. En este caso no sé cómo pudo ser,
pero el nombre que figuraba junto a mi D.N.I era el de JOSE RAMON MARTINEZ
MUÑOZ. Enseguida caí en la cuenta y le puse en conocimiento del legionario del
problema en cuestión. Quien relleno el formato se equivoco y la zona que
correspondía a apellidos míos, puso el nombre de mi calle en la cual resido.
En vez de Barberá Garrido, puso Martínez
Muñoz. Con diferente documentación que portaba en el momento para poder
identificarme y dar credibilidad a mis palabras, estas surtieron efecto y me
cedieron el dorsal número 1128 que desde un principio tenía asignado.
Diossssssssssssss que sensación cuando lo tuve en mis manos. Ahora sí que veía
claro que a la competición le íbamos hacer frente.
Enseguida y con el dorsal en la mano, el siguiente
paso era entrar hacia el Polideportivo y que nos asignaran un lugar para poder dormir.
Tuvimos que agruparnos todos porque en ese lugar te asignan sitio según vas llegando.
Entonces tuvimos que esperar a que los 6 del grupo tuvieran su dorsal y de esta
manera agruparnos como nos agruparon y las imágenes hablan por sí solas.
En el preámbulo a la entrada al interior
del polideportivo seguímos viendo a gente conocida. Una de las caras que más
ilusión me hizo ver fue la de nuestra amiga y compañrea "Vanesa".
Ella venía desde Granada y la lástima fue que no vino acompañada de otro de los
grandes como era nuestro amigo Marco.
Después otra tremenda sorpresa fue ver por
las inmediaciones al lugar a mi amigo "Dani" de "Mundo
Bici". Un momento especial por el tremendo respeto que me causa su
presencia. Ante mí tenía al dos veces campeón del mundo de trial. Compartimos
impresiones del momento y nos despedimos deseándonos suerte en nuestras
respectivas disciplinas (ya que él la iba afrontar en bicicleta) para la competición
del día siguiente.
Una vez dejado todo lo correspondiente a mochilas y puestas en el suelo esterillas y sacos de dormir, nos fuimos hacia el centro de la localidad para repostar y llenar los depósitos de glucógeno. En el lugar de meta de la competición os esperaba un auténtico oasis de delicatesen como pasta, ensalada de patatas y carne rebozada, todo ello junto con una buena coca cola bien fresca que hizo que la cena supera a gloria.
El lugar era un espectáculo. Calcular
que aproximadamente eran 7000 dorsales los que se habían repartido entre las
tres disciplinas. Y allí nos encontrábamos todos. Todos por una misma causa
comer, comer y comer para tener las suficientes energías al día siguiente y
recorrer sin desfallecimiento esos 101 km que nos separaban del objetivo que me
movía por esta competición. Terminar semejante esfuerzo para dedicarle dicho
triunfo a mi gran amigo, compañero y hermano Manuel Gómez Barranco. Más abajo
os contaré más detenidamente la dedicatoria de esta competición porque motivo
fue hacia dicha persona.
Una vez terminamos de cenar lo que tocaba
(sin escusas) era irnos a dormir. A descansar. A formatear el disco duro y
tener presente a lo que íbamos hacer frente a la mañana siguiente.
Ya dentro del Polideportivo, preparamos
todo para hacer frente a la noche y lo que nos salvo de tremendo algarabío y
nos hizo dormir a pierna suelta, fue que gracias a nuestro gran amigo y
compañero Andrés López (que nos puso entre aviso el día antes), los tapones
para los oídos. Eso fue un auténtico milagro. Porque era un ir y devenir de
gente que se hacía tremendamente incómodo el coger el sueño.
Pues sin ningún tipo de problema. Yo también
he de decir que tengo la facilidad de quedarme dormido encima del filo de una
espada (y sino que se lo pregunten a mi compañero Mister Morcillo), lo cual
hizo que la noche la durmiera del tirón, y momentos antes de que tocara la
corneta me despertara para grabar el citado momento.
Que recuerdos cuando vi al legionario
corneta en mano dirigirse hacia el punto asignado y tararear el " Quinto
levanta". Los recuerdos del pasado (la mili) me invadieron e hicieron que
me emocionara.
La diferencia de tiempos pasados, era que
realmente la corneta nos despertaba ella a nosotros, pero en esta ocasión y
debidos a los nervios del momento, fuimos nosotros la que la despertamos,
porque momentos antes de que comenzara a sonar, el polideportivo al completo
estaba en pie y con cámaras en mano para grabar el acontecimiento.
Ya operativos e uniformados, salimos a la
población con la intención de ingerir un buen desayuno ya que nos iba hacer
falta.
El sitio elegido para la ocasión una
cafetería de alto estandin (no cabería otra para tremendo grupo), por allí
pasaron, cafés con leche, agua con gas, bocadillos de jamón serrano con tomate,
colacaos, tarta de frutos secos y un sinfín de delicatesen que os puedo
asegurar que no teníamos escusas para en breves momentos ponernos en funcionamiento
como lo íbamos hacer.
Fue tremendo y buenísimo el desayunako que
nos pegamos. ¿Para repetir?, no sé, creo que no. Llegado el momento de pedir la
cuenta nos soplaron cerca de 65 eurakos. Menos mal que suena bien esta moneda,
porque si en el momento nos llegan a decir 10.800 pesetas, lo tenía claro. Se
lo había comentado al grupo. Me pido fregar los platos. ja ja ja.
En fin, lo dicho, que mereció la pena y
con el estómago repleto de buena comida nos dirigimos hacia el chiquero.
Concretamente hacia la entrada principal que daba acceso al interior de la
pista de atletismo y que iba a dar inicio la competición.
Os podéis imaginar la gente que nos íbamos
encontrando al paso y que todos se dirigían hacia el mismo lugar. Sin ser de la
zona, y habiendo estado por primera ven en Ronda, no había margen de error si
te dejabas arrastras por la muchedumbre hacia lo desconocido.
Una vez en la misma puerta, el primer
sello de control nos situaba ya en competición. Nos hacía ver que ya no había
marcha atrás. Bicicletas a doquier por todas partes y gente en la parte central
de la pista de atletismo te hacían ver que el sueño al que habías venido a
cumplir en breve iba a dar comienzo.
Saludos, abrazos, compañeros y amigos poco
a poco se iban congregando en el lugar. Todos al unísono y en una paz de armonía
nos deseábamos suerte para lo que en breve iba a dar comienzo.
Un sol implacable hacia acto de presencia
en todo lo alto. Un sol que te hacía presagiar que el recorrido al cual ibas
hacer frente, no iba a ser fácil en diferentes tramos del mismo.
Un sol de justicia que presagiaba lo que
después en plena competición (y os lo detallaré más tarde), hacia mella en
algún que otro corredor.
Puestos en línea de salida junto a casi
3000 participantes, el Sr. General de la Legión daba sus últimas palabras y
ánimos a la gente. Y con un Viva España, viva el Rey y viva la Legión, se daba
comienzo al gran sueño. A la gran competición a la cual habíamos venido a
realizar.
Todo el grupo al completo íbamos juntos.
Lo teníamos muy claro el objetivo a batir. En este caso y después de los 120 km
de Elche y 16 horas de recorrido, nuestra victoria en esta carrera sería llegar
a meta. Con el recorrido hecho y con un brindis por tal hazaña hacia un buen
amigo mío fallecido.
Poco a poco nos adentrábamos en la
población de Ronda con un ritmo cómodo. Inclusive en esos primero compases de
la competición tuve el auténtico privilegio de poder correr al lado de uno
(para mí) de los más grandes en el mundo de carreras de ultra fondo. El gran
"Súper Paco". 83 años en su carnes y el colega en los primeros km de
la competición iba a 6 minutos el mil.
Yo flipaba y a la vez me emocionaba de dicho momento. Verlo como desarrollaba y
cambiaba de ritmo en determinados momentos de la carrera, me hacían ver e
ilusionarme, de que llegado el momento y el día de mañana, como mínimo querría
ser como él. Ni más ni menos.
Porque lo pienso y es cuando me emociono
de verdad al pensar si Dios me da bendita bendición para llegado el momento y
dicha edad, pueda afrontar (como él lo hizo) una competición de dicha envergadura
y dureza extrema.
Como os decía en líneas arriba, poco a
poco nos adentrábamos en un sin fin de caminos, veredas, subidas y bajadas que
te hacían ver que lo principal en esos primeros momentos de la carrera, era no
excederte en el ritmo y asegurar.
Puestos ya en ruta y contando con la
inestimable colaboración de nuestra amiga y compañera "Vanesa" el
recorrido se iba haciendo fácil. Disfrutábamos, nos reíamos y inclusive tramos
de sentirnos unos auténticos privilegiados por poder compartir juntos este
momento.
Pero todo no iba a ser un coser y cantar.
El primer aviso de que la cosa no iba a ser como lo esperado, fue cuando
llegamos a la altura de un punto de abastecimiento de agua y nos dimos cuenta
los que allí nos encontrábamos presentes con una temperatura de infierno total,
que para abastecer a todos los que llegábamos teníamos una simple manguera. Un
solo surco de agua para poder rellenar Camal Pack y botellines. Todo un
espectáculo impensable para una competición de tanta relevancia.
Yo llegado ese punto me preguntaba que no
podía ser posible lo que estaba viendo. Que no podía estar más de lo
estrictamente necesario parado para repostar y continuar con la marcha.
Bueno, pues ahí como nos confiamos al
inicio de la prueba al ver que en dicha ruta íbamos a disponer de 20 puntos de
abastecimiento, tuve que aguantar el tirón y esperar cerca de 20 minutos para
poder recargar mis niveles de líquido y poder continuar con lo que me esperaba
por delante.
Ahí (como os decía) comenzaba a
preguntarme cosas que no entendía como, "no puede ser", es vergonzoso
que para tanta gente se disponga de una sola manguera" etc... Pero la
sorpresa mayor llego cuando a la altura de un punto de abastecimiento de
líquido (acuarios y agua) al intento de coger dos vasos de agua, un Legionario
me dijo muy seguro y rotundo: SOLAMENTE COJA UN VASO POR PERSONA que sino el
resto de sus compañeros se verán perjudicados. Me dije para mí,
"joderrrrrrrrrrrrrrrrr ¿donde me he metido? Esto creo que va a ser un
auténtico infierno.
Pero lo mejor de todo y lo que me
repateaba de la cuestión era, que los vasos de agua que proporcionaba la
organización (no eran "tinajas" de 10.000 litros), ni botijos
repletos del mejor agua de la zona, Nóoooooooooooooo, se trataba de un simple
vaso de plástico de color blanco corto en su dimensión, que me hacía recordar
que con uno de esos, en mis mejores días y jornadas laborales es donde me tomo
mi cortado mañanero.
En fin, continuamos con la ruta y no quise
dar más importancia al tema. Aguantando un calor extremo, (que debo decir que
era implacable para los más débiles), seguimos hacia adelante. Seguros en
nuestro camino y bebiendo en todo momento para no entrar en síntomas de deshidratación.
Otro punto cúspide de la competición se
dio pasado el km 30 aproximadamente. Ahí mis niveles de liquido iban
escasos y pasando a la altura de un puesto donde habían un par de legionarios,
observe como había agua, y con mi intención de beber en el momento y poder
saciar mi sed, uno de ellos se dirigía hacia mí y me dijo: " aquí no podéis
beber, este es un tramo de incidencias, así que seguir corriendo y en el
siguiente punto de abastecimiento bebéis si os hace falta".
Para que llegara ese punto el cual hacía
referencia nuestro amigo el legionario, quedaban aproximadamente unos 5 km. Y
es cuando me pregunte de nuevo a mí mismo. Para esta gente
"incidencias" que será. Porque para mí llegado el caso (y es de lo
que se trataba) faltándome agua como me faltaba, era beber y reponer fuerzas
para afrontar el siguiente tramo.
En fin, que a partir de ahí ya para mí la
competición tomo otro sentido. Ya no tenía la misma ilusión que al comienzo.
Estaba viendo cosas que me constaba comprender. Inclusive tramos donde
parábamos a beber algo, y estos legionarios tenían unas tiendas de campaña que
en según qué lugares habían unas sombras que hacían que personas extenuadas por
el tremendo calor que estábamos soportando se cobijaran en dicho tramo, y de
nuevo a la voz de "ese sitio no es para vosotros sino para los legionarios
y lo que tenéis que hacer es salir de ahí y seguir corriendo", hizo que en
varias ocasiones a partir de ahí (y no es todo lo que todavía me tocaba
presenciar en primera persona), sopesara si merecía la pena seguir hacia
adelante con semejante caciquismo.
Yo os puedo asegurar que he estado en
diferentes competiciones donde el trato, la corrección y la amabilidad primaban
por encima de todas las cosas. En esta competición me he encontrado todo lo
contrario. Gente como si le fastidiara estar ahí y hacer la labor que llevaba a
cabo.
Tuve que apretarme los dientes y seguir
hacia adelante. Mi gente y el resto de compañeros me hacían ver que no merecía
la pena sufrir más de lo estrictamente necesario. Pero si es verdad que ya
empezabas a escuchar frases como "si se creen que voy a volver a
competirla la llevan clara", "estos a mí no me ven más el pelo"
etc.
Así fuimos acumulando kilómetros y
kilómetros con tramos fáciles y otros un poquito más complicados. La gente a
partir del kilómetro 35 y cuando comenzábamos a subir la primera pendiente
exigente ya comenzaban a mostrar síntomas de flaqueza. Ya se veían los primeros
tirones, los primero mareos y los primeros apartados en la cuneta que
presagiaban que no podían continuar hacia adelante con la competición.
El equipo al completo y en este caso yo
(que era la primera vez que hacia esta competición) nos preguntábamos lo mismo,
si llegado a ese punto, y viendo lo que teníamos por delante todavía cómo iba a
terminar la cuestión.
Pues sufriendo, riendo, y volviendo a
sufrir, tramos los cuales se hacían interminables le dábamos paso, para
adentrarnos en subidas escarpadas y muy complicadas de bajar por la acumulación
y sobre carga llevada a ese momento en las piernas, como auténticas pistas larguísimas
que no tenían ningún punto de sombra donde cobijarte. Y auténticos valles con
un color verde que te hacían (y valga la paradoja) disfrutar del paisaje y de qué
manera.
Lo que me salvo de la tremenda calor fue
que días antes compre una gorra que portaba una zona la cual te protegía la
nuca. Eso fue para mí, mano de santo. Por cualquier punto de agua que pasaba la
mojaba al completo y me la volvía a poner. No tuve durante todo el trayecto
ningún síntoma de calor extenuante del que te hace presagiar que de un momento
a otro te puede dar un pagaron del 15.
Uno de los momentos especiales de la ruta
fue cuando llegamos a la localidad de "Setenil" y no lo dudamos en
ningún instante. El grupo al completo nos metimos en el interior de un
establecimiento denominado "La tasca" y realizando una parada
técnica, nos tomamos un quito de cerveza que nos vino de maravilla junto a unas
olivas buenísimas.
Ese momento fue especial. Fue el que hace
que todo lo que has pasado hasta ese momento se te olvide y vuelvas a disfrutar
de todo eso que estás viviendo en esos momentos.
Con un brindis por lo realizado, nos
dábamos paso de nuevo a la carrera para afrontar los últimos 41 km de la
competición. Para mí y dosificar en kilometraje me dije a mi mismo para
motivarme: "vamos José que te queda menos de una maratón".
Menuda maratón me esperaba. Diossssssss
que duro lo que nos tocaba afrontar todavía. En el km 61 nos esperaba un oasis
de comida fría. Este punto en concreto para mí fue el mejor punto de
abastecimiento de toda la ruta. Sin ningún tipo de problema todo lo que pedias
te daban. Sándwich de jamón york y queso, chocolate, coca cola, agua,
powuerade. Todo un manjar que una vez ingerido tu cuerpo te lo agradecía y con
creces.
Desde estas líneas a ese grupo de gente. A
esos auténticos legionarios quiero darles las gracias. Por las miradas
transmitidas y el sustento del momento. Fue tremendo para poder afrontar el
último tramo. El último suplicio.
Desde ahí ya lo que nos tocaba afrontar
era un auténtico calvario para mi persona. Hasta llegar al kilómetro 78 que era
otro punto de comida y en este caso de los fuertes, lo que nos fuimos
encontrando fueron auténticas subidas y escabrosas bajadas. De asfalto,
larguísimas y muy pronunciadas. Que hacían que tus piernas al completo por
momentos de desestabilizaran y te hicieran creer que de un momento a otro te
caerías al suelo.
Como pudimos fuimos solventando dicho
tramo. Uno mejor que otros pero al final, todos juntos que eso es lo que nos
valía.
En el horizonte comenzábamos a divisar lo
que se nos presentaba. El final del día y la entrada en breve de la noche.
Sacando nuestros frontales nos preparábamos para una nueva odisea. Aunque por
la experiencia vivida no sé si decirte que para mí fue mejor que oscureciera, a
que siguiera de día, y de esta manera seguir presenciando en su totalidad lo
que nos venía en breve y teníamos delante.
Poco a poco, continuábamos y seguíamos
venciendo tramos interminables para llegado el momento ver a lo lejos unas
luces las cuales nos anunciaban la entrada en breve en el interior del
acuartelamiento general de la Legión.
Sin palabras ese momento. Otro de los
buenos de la ruta. Los aplausos, los ánimos se hacían patentes en las caras de
los allí presentes. Y en el interior del comedor toda una tremenda gente
la cual a nuestro paso y con la bandeja en la mano nos obsequiaba con lo que le
pedíamos. (En su mayoría y se noto tremendamente, los que nos servían gente
civil).
Arroz tres delicias, carne empanada, coca
cola, fruta y un dulce de chocolate que tuve el privilegio de poder repetir
gracias a un niño que los repartía. Desde aquí, a ese tremendo grupo, a esa
tremenda gente con una calidad humana impresionante muchas gracias. Era el
último punto de comida fuerte que nos íbamos a encontrar antes de llegar a la
meta.
Exactamente nos encontrábamos en el
kilómetro 78 de la ruta y las fuerzas comenzaban a decaer a cada
kilómetro que dábamos paso. Si esta maravillosa gente no nos hubiera tratado
como lo hicieron, el resto de camino por afrontar hubiera sido (hablo por mi
parte) insostenible. Gracias una vez más por vuestra amabilidad.
En este tramo, el grupo antes de entrar ya
lo había hablado. La estrategia a seguir era que comeríamos corriendo. Que no
pararíamos ni un instante para llegar cuanto antes a nuestro destino. Pero
fueron muchas las circunstancias que se dieron una vez llegamos al interior del
comedor del acuartelamiento para que allí pernoctáramos durante un buen rato.
El calor humano. La necesidad de descansar
por todo lo caminado. Y en mi caso una sorpresa que me hizo inmensamente feliz
y fue coincidir de nuevo y por esos parajes con otro de los grandes del mundo
del Ultra Fondo. Mi gran amigo y compañero "Victor Cerdá". El Vallaí
(como a él y a mí en mi caso), le gusta que le digan.
Fue un momento impresionante. Cambio de
opiniones. Sensaciones hasta lo conseguido, y lo más importante aún, como
íbamos y como nos encontrábamos para afrontar lo último que teníamos delante.
Él en este caso ya me ponía en antemano
que todavía nos quedaba batirnos contra una de las cumbres estrella del
recorrido. En este caso se trataba de subir a todo lo alto de una Ermita. Él en
este caso me decía que llevara cuidado y ante todo fuera consecuente con el
esfuerzo requerido. Que asegurara y que diera sentido a mi único objetivo en
este caso y como primera competición que se me daba en Ronda. Que no era otra
cosa que llegar a meta y brindarle tremenda victoria a mi gran amigo perdido
"Manuel Gómez Barranco".
De ahí pase a otra y grata sorpresa. Ver
la entrada en el comedor de mi gran maestro "Juande". Os podéis
imaginar el momento. Tremendo abrazo nos dimos (como venimos acostumbrados) y
tremenda alegría me daba de tenerlo a mi lado. Él (sabio en todos los
aspectos), en el km 60 descansaba un poquito más que el resto del grupo para
cambiarse calcetines y recuperarse al completo del cansancio sumado hasta ese
momento.
También decir que se unió en ese momento a
la cena, nuestra compañera de fatigas y gran ultra fondista "Vanesa".
Tremenda campeona y como se lo curro en la competición. Dejándola nosotros
todavía cenando y marchándonos de nuevo hacia la ruta. Ella aproximadamente en
el km 88 nos dio paso y de qué manera.
Como me alegré de verla. Que inteligente y
sabia que fue. Como supo sopesar sus sensaciones y llegado el caso apretar
donde se tenía que apretar. Desde éstas líneas "Vanesa" felicidades
por tu competición.
Ingerido todo lo que calculábamos que nos
cabía en el interior de nuestro organismo y un poco más (por si acaso las
fuerzas nos volvían a pasar una mala jugada), de ahí repetir en lo concerniente
a otro nuevo dulce de chocolate. Emprendíamos la marcha ya completamente de
noche hacia esa cima. Hacia esa cumbre y que por todos era sabido que era
bastante dura. "La Ermita".
Aquí como anteriormente os decía y
escribía en líneas arriba, es cuando di gracias que fuera completamente de
noche. Yo y mi haz de luz. Eso era en lo único que me tenía que centrar. Y también
en no perder a mi grupo. Por lo demás a lo lejos, en lo más alto, se divisaba
lo que aparentemente parecía ser una luz y hasta allí había que subir.
Chino, china, paso a paso, metro a metro,
fuimos ascendiendo hasta lo más alto. Se me hizo durísimo. Y si durísimo se me
hizo el ascenso no te digo nada el descenso. Hubo un tramo mientras subíamos
que me aleje de mi grupo. De mi gente. De mis compañeros que hasta ese momento
habían estado junto a mí en el recorrido.
Necesitaba estar solo. Reciclar todo el dolor
que tenía presente en todo mi cuerpo y preferentemente en mis piernas. Todo
ello necesitaba transformarlo para una única causa. Seguir caminando y
olvidarme del resto. Pues así lo hice y parece ser que funciono hasta que
llegue abajo del todo y me encontré con otro nuevo puesto de control y avituallamiento.
Lo que viví, presencie y sentí en este
punto de avituallamiento no tiene palabras y os diré porque. Para situaros, os
diría (más o menos) que nos encontrábamos por el kilómetro 85 de ruta. Imaginároslo.
Bien, ahí en concreto mis existencias en lo concerniente a líquido eran
mínimas, escasas. Os podéis imaginar llegado a la altura de la mesa y donde
estaban vasitos repletos de agua y powuerade cual fue mi intención, sabiendo
que me quedaban todavía por delante 15 km para finalizar tremendo calvario.
Fui a coger dos vasos de agua del tirón
para bebérmelos como si la vida me fuera en ello. Y cuál fue mi tremenda
sorpresa? El escuchar como un legía de los allí presentes con voz categórica,
marcial y de ultimátum me dijo: "Como cojas dos vasos de agua te quito tu
pasaporte y te descalifico. Uno por persona que estamos en crisis".
Joderrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr,
Diosssssssssssssssssssssssss, ese puto soniquete, esa mierda de serenata me perseguía
desde el km 10 y llegado a ese momento ( aproximadamente 14 horas de ruta), me
dieron ganas de mandarlo todo a tomar por el culo e irme a casa. Pero no podía.
No debía y tenía que ver cumplido mi sueño. Me decía a mí mismo, que todo
camino en esta vida no era fácil, y uno de ellos lo estaba presenciando en
primera persona y tenía que vencerlo.
Bueno pues apretando una vez más los
dientes y quedándome mirando a la cara a tremendo miserable mi contestación fue
la siguiente. "Bueno gracioso, porque mira que me has caído en gracia y me
encantaría que me acompañaras hasta el final del recorrido. Dame un vaso de powuerade
y de esta manera recargare azúcares". Al loro que no os lo vais a creer.
Cuando me dispuse a beber de esa bebida isotónica mi sorpresa y a la vez
indignación fue notar que lo habían mezclado con agua. Lo escupí porque me dio
un asco tremendo. No me pude contener y dirigiéndome hacia los presentes les
dije que lo que no tenían era vergüenza. Las risas y comentarios del momento
por parte de su grupo fueron las oportunas. El que suscribe ya ni se indigno a
mirar hacia atrás. Dejaba lo que creía ser un mal sueño para dar sentido a mi
lucha. A mi pasión por el deporte y a finalizar una vez más lo que me había
propuesto.
Ya no podía más. Pensé que hasta podían
haber puesto una cámara oculta para grabar el momento, porque no me lo podía
creer. Esa idea de mezclar la bebida isotónica con agua fue lo que culmino en
lo referente a ilusión y respeto sobre estos personajes llamados "legionarios"
lo que hizo que ya me dijera a mí mismo "Una vez nada más, santo
Tomás".
Y cuando digo personajes (lo digo por
estos en concreto) y los cuales me encontré en el referido punto y otros de la
ruta.
De esta competición saco claro los dos
tipos de militares que me encontré. Por una parte me encontré a auténticos
legionarios que a nuestro paso (y lo digo principalmente por la entrada en el
acuartelamiento donde cenamos y previos a la salida), marcialmente nos
saludaban con un respeto y admiración que se me ponían los pelos de punta. Yo
en esos momentos me decía a mí mismo, estos sí José, estos son los auténticos.
Los que están aquí por devoción y porque les gusta entregarse al prójimo
(inclusive poniendo su vida en peligro) sin pedir nada a cambio.
Y luego están los famosos "Lejías".
A esos son los que me refiero. Esos personajes que viven en un mundo el cual es
irreal. Esos que están puteados durante todo un santo año, y llega esta carrera
e intentan justificarse con su trato y prepotencia hacia el resto de corredores
que allí nos encontrábamos presentes.
No es normal todo lo que presencié. Me
hicieron ver que de los 20 puntos de avituallamiento que contaba la prueba, en
16 (como mínimo) habían colocado a la estirpe, a los desahuciados. A los que
realmente no aman el deporte y los que no saben lo que es enfrentarse a dicha
prueba con la climatología reinante y tratar a la gente de la manera que lo hizo.
Lo siento pero no puedo expresarme de otra manera. Les recuerdo que nosotros éramos
únicamente corredores. No legionarios y no nos debíamos a un trato de esa
manera.
He corrido, he entrenado y he competido en
pruebas las cuales me he encontrado de todo. Pero el calor humano. El trato con
la gente. La amabilidad y el saber que si te pasa algo tienes a un equipo por
ti. Yo en este caso, y en esta prueba no lo sentí. Vi más que nada una
obligación. Un estar ahí por cojones porque es para lo que has venido. De cara
a futuras competiciones, restringiría la presencia militar en muchos tramos y
daría paso a la gente de los pueblos. Esa sí que fue la auténtica compañera de
fatigas. Esa si fue la que nos recargo los niveles de motivación al completo.
Pueblos los cuales a nuestro paso, nos salían y nos hacían entrega de agua con
mangueras. Cervezas, Coca-Colas y en pocas palabras lo que necesitáramos.
Con eso es con lo que me quedo. Con esa
tremenda gente civil de Ronda y pueblos por los cuales paso la carrera. La
gente de Setenil impresionante. Y esos profesionales del bar la
"Tasca" chapó. Desde éstas líneas otra vez 1.000.000 de gracias.
Y todo esto lo digo, porque es intolerable
el haber presenciado por mi persona tremendo trato por parte de algunos
legionarios hacia el resto de corredores y que hacíamos si cabe decirlo
la prueba aún más grande de lo que es.
Es vergonzoso que una organización de esa
índole, con la experiencia que cuentan ( porque a mis espaldas me traje una
camiseta que figuraba su XV edición), que no dejara entre aviso y días antes,
que debido a la crisis (según ellos porque lo repitieron hasta la saciedad), y
mira que los participantes habíamos pagado el módico precio de 50 euracos
para dar sentido a tal competición. Y que en el transcurso de la misma, los avituallamientos
se vieran mermados de la manera que se vieron.
Yo sabiéndolo para venideras y futuras competiciones
(y esta os puedo asegurar que no), lo tendré en cuenta y me llevaré comida a
mis espaldas como siempre lo he hecho y que hasta ahora nunca me ha fallado.
Bueno prosiguiendo en todo lo concerniente
al último tramo de la ruta. Lo que nos tocaba afrontar ya en el aspecto del
terreno no era muy duro. Tramos de carretera nacional que te hacían recuperarte
de los tramos pasados donde la pisada no se hacía estable. Y de ahí hasta la
vereda de un camino y llegar al km 91 para pasar por ese penúltimo avituallamiento
antes de entrar en la meta.
Ese paso para mí después de la experiencia
vivida fue fugaz. No cogí ni bebí nada. Ni en ese ni en el que me encontré en
el km 96´3. Y mira que mi compañeros me llegaron a decir que tenía café. Me dio
igual. Desde la bajada de la ermita y el encontronazo que tuve con los otros
legionarios, mi único cometido era restar y restar kilómetros a la prueba para
llegar lo antes posibles a mi destino, y finalizar con tremenda prueba.
A lo lejos. En todo lo alto y
completamente a oscuras, divisaba lo que parecía ser la localidad de Ronda. Sus
luces nos anunciaban en todo lo alto que en breve tendría delante de mí la
famosa cuesta del "Cachondeo".
Tremendo empedrado. Tremenda verticalidad.
Y tremenda exigencia de tramo. Me acorde en ese mismo momento de mi maestro
"Juande" el cual me dijo tramo atrás, que llegado a ese punto el
objetivo era subirlo trotando. Que él siempre lo había hecho y este año no iba
a ser menos. Desde aquí mi enhorabuena por tal hazaña. Yo maestro no pude. En
mi recuerdo te lleve y te veía delante mía trotando lo cual me daba fuerzas
para acabarlo como lo estaba acabando, sin más.
De esa manera, y abstraído de la
realidad, cuando me fui a dar cuenta escuche una voz la cual me decía que nos
encontrábamos apenas 500 metros de la meta. Ahí reaccioné de nuevo y fue cuando
saque mi cámara., mi "pequeñica" como yo le digo para que dejara
constancia del momento. Ahí todos los dolores existentes desaparecieron para
dar entrada a una alegría y sensación interna que con palabras me tiraría horas
y horas para detallarla.
De ahí, junto con los aplausos de los
conciudadanos que nos íbamos encontrando a nuestro paso, sumado al silencio de
la noche de Ronda, pasábamos por el puente (conocido como el balcón del
"coño) y nos dirigíamos en línea recta hacia la tan ansiada y esperada
meta.
Ahí comenzaba acordarme de mi gran amigo
Manuel Gómez Barranco. Ahí comenzaba a olvidárseme todo lo sufrido en toda la
carrera, para dar paso a un éxtasis de emoción y sensaciones que me hacían
sentirme el hombre más feliz de la tierra.
Ahí me encontraba junto a mis hermanos y
compañeros de ruta pasando la línea de meta y dejando constancia de ello
mediante imágenes y ahí me daba cuenta sin creérmelo que habíamos conseguido
nuestro sueño.
Bueno pues creyendo que todo mal había
pasado. Que ya no tenía que presencia nada que pudiera herir a mis sentidos.
Estando en línea de recogida de camiseta técnica y la cual te hacían entrega
una vez finalizabas la competición con su correspondiente sellado de pasaporte.
Vi y escuche junto al resto de corredores que allí nos encontrábamos presente
una situación, que a día de hoy la pienso todavía y no comprendo.
Como os decía, en línea de recogida de
camiseta técnica observábamos como un competidor (en este caso creo entender
que se trataba de un duatleta) exigía que se le hiciera entrega de dicha
camiseta ya que él había terminado su prueba.
Al parecer ( y no digo que no tuvieran la
razón la organización), dicho compañero no había entrado en tiempo. Un
legionario allí presente y el cual tenía la potestad de hacer dicha entrega de
la camiseta, le anunciaba al citado compañero, que por el hecho de no haber
entrado en tiempo no le iba a poder hacer entrega de su esperado trofeo.
Porque líneas aparte, os puedo decir que
en plena competición a la cual haces frente y una vez la acabas. Cuando te
hacen entrega de la camiseta o detalle de rigor, da constancia de lo
conseguido.
Os puedo decir (y es opinión personal) que
he tenido competiciones a las cuales he hecho frente que antes de finalizarla
me han hecho entrega de la camiseta correspondiente y cuando he llegado a meta
me ha faltado algo. No es lo mismo y quién compite sabe a lo que me refiero.
Bueno pues volviendo a lo de antes y
refiriéndome a lo de no querer darle por parte de la organización a nuestro
compañero de su camiseta de rigor, este hizo de que sintiera defraudado,
inclusive manifestando alguna que otra frase subida de tono. Lo que derivo (y
eso fue lo que nos sorprendió) que de una mesa ajena a la situación y regentada
(por lo que parecía ser un capitán de la legión), porque en su pecho se
divisaban 3 estrellas en fila y completamente uniformado, éste de un salto y a
la voz de " Tu, dame tu pasaporte y vete a tomar por el culo y a correr a
tu casa", Nos hicieran ver que esta gente estaba completamente
desorbitada. Loca. Fuera de sí.
Como puede ser que después de 15 horas y
media de competición por parte de lo que se supone que es un mando con
consideración ( y se de lo que hablo) se dirija hacia uno de los corredores de
la manera que lo hizo.
Todos los allí presentes nos dirigimos
hacia semejante "Leónidas", (lo digo por su barbita bien estructurada
y perfilada que poseía), y le decíamos que tampoco era para expresarse de esa
manera. Que se tranquilizara y sopesara la situación. En fin, una vez más debo
decir que vergonzoso.
Pues con mi camiseta de rigor y las
emociones a flor de piel por lo conseguido y no por lo vivido, nos tocaba
reponer fuerzas comiendo.
Pasamos por comedores y nuestras bandejas
repletas de comida nos dirigimos hacia la mesa más cercana y desde allí
comencemos a devorar todo lo que se nos ofrecía.
No sin antes decir, que nos llevábamos
otra sorpresa cuando a pie de barra pedimos un par de cervezas y estas una vez
puestas nos dijeron que había que pagarlas. Diossssssssssssssssss. Negocio puro
y duro. En fin que se va hacer nos dijimos para nosotros. Tenía claro que una
de esas rubias costara lo que costara tenía que pasar por mi gaznate y
brindarme a mí mismo semejante logro en pensamiento con mi gran compañero
Manuel Gómez Barranco. Por lo conseguido.
De ahí y cerca ya de las 3 y media de la
madrugada nos habríamos paso por la población de Ronda hasta llegar de nuevo a
nuestros aposentos y los cuales íbamos a dar gracias. Dentro del interior del
polideportivo y con la cama hecha, nos duchábamos y esperábamos que amaneciera
para recoger todo con lo que habíamos venido y marcharnos hacia nuestra
queridísima Cartagena.
TRACK DE LA RUTA: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2849104
Al final fueron cerca de 15 horas y media el recorrido realizado para superar esos 101 km de infarto.
Al final fueron cerca de 15 horas y media el recorrido realizado para superar esos 101 km de infarto.
Toda esta competición cobraba un sentido
especial dos días antes de que se llevara a cabo la misma.
Lo digo porque de una manera fortuita e
inesperada nuestro amigo y hermano Manuel nos dejaba al sufrir un accidente de
tráfico. Sobre estas líneas no quiero entrar en detalles de cómo sucedió todo.
Pero si quiero dejar constancia de lo gran
persona, deportista y amigo mío que era. No puede asistir a su sepelio, porque
fue la mañana de todos los preparativos para venirnos a Ronda. Pero tenía claro
que desde que saliera desde la localidad de Cartagena hasta llegar a Ronda y
regresar de nuevo, lo iba a tener presente siempre conmigo.
En mi vida. En mi aspecto deportivo desde
su ausencia ha habido un antes y un después. Y lo digo, porque a partir de
ahora y en cada una de las competiciones que haga frente siempre lo llevare
conmigo. Él ha sido partícipe de muchas alegrías nuestras y triunfos
conseguidos, y desde aquí, nadie iba a quitarme dicho sueño.
Por eso en tramos los cuales tuve que
afrontar y que se me hicieron eternos. Su presencia. Sus ánimos y carisma, se
hicieron patentes en mi memoria. Dándome fuerzas donde no las tenía. Sintiendo
como me empujaba en tramos los cuales no podía hacer frente (sobre todo
el último y del empedrado).
Ahí notaba como me decía al oído (como en
otras ocasiones y en cuerpo presente) "vamos hermano que lo tenemos
conseguido". "Vamos que estamos fuertísimos y esta gente no va a
poder con nuestro sueño". Por eso al final del recorrido y entrando en
meta, todo para mí en concreto cobraba sentido. Podía brindárselo. Podía
otorgarle semejante esfuerzo. Porque él junto a mí, fuimos los auténticos protagonistas
de semejante reto.
Desde aquí decirte que te quiero Manuel. Lo sabes. Desde donde estés se que tu luz brillará aún más para todos los que te queríamos y de esta manera siguirás mostrándonos el camino como tú solo sabias hacerlo.
Por lo demás (y espero no haberos aburrido
mucho), deciros que gracias por vuestros comentarios dejados en crónicas
pasadas. Gracias por como os portáis conmigo y los elogios que escucho cuando
os saludo personalmente.
Os recuerdo que todo esto no sería posible
sin vuestra presencia. Sin vuestra entrega y sobre todo vuestra amistad
sincera. Gracias por formar parte de esta gran familia llamada
"deporte" y que cada uno en su justa medida afronta de la mejor
manera.
Bijainnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
Bijainnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn
Hola Jose Ramón.
ResponderEliminarSoy Brau
Me has emocionado con tu relato de la prueba.
ERES GRANDE. MUY GRANDE.
Enhorabuena.
Brau para mí sabes que siempre has sido y serás un punto de referencia en el aspecto deportivo. Que vengan de ti esas palabras y las dejes escritas en mí crónica es todo un lujo que no voy a olvidar nunca.
ResponderEliminarGracias y a seguir haciendo lo que nos gusta, que es disfrutar de todo este maravilloso mundo llamado deporte. Cuídate y nos vemos pronto