Esta semana no puedo decir que haya sido
de las mejores de mi vida en el aspecto deportivo. El motivo de reafirmarme en
lo que digo es porque no he podido entrenar por la montaña las veces que me
hubiera gustado.
El lunes pasado
comenzábamos la semana con unas sensaciones buenísimas. Nada de dolor en
ninguna parte de mi cuerpo. Siguiendo con la pauta establecida en la semana,
ese día lo completaba con dos pedazo de sesiones de ciclo indoor junto a mi
equipo que me hacía disfrutar de lo lindo.
Deseando que
llegara el martes para dar de nuevo sentido a una de las cosas que más me gusta
que es correr por la montaña, quedaba a las 09:00 horas con mi gente en este
caso en el campamento base 2 (casa de Andrés López en Galifa). Allí nos dábamos
cita corredores de alto nivel. Más que de alto nivel como muchos nos define,
más diría yo, alto nivel en el aspecto del género humano. Andrés López, Tony
Garnés, Antonio Funes, Daniel Campos, Mister Morcillo, un servidor y un compañero
nuevo que se sumaba al grupo apodado "Cuco".
Impresionante las
sensaciones obtenidas al darle la mano. El colega íntimo amigo de nuestro
maestro de ceremonias Andrés López, de profesión es torero. Joder con el
"maestro de espadas" como está. Nunca mejor dicho y como anillo al
dedo me viene, como un toro como un morlaco de las mejores ganaderías que
tenemos en nuestro país. Hablemos de un auténtico "Jandilla".
Tremendo. Con unas "zapas" de asfalto me hubiera gustado que lo
hubierais visto bajando por toda una vertiente nueva que abrimos hasta llegar a
la zona conocida como Boletes.
En fin, con
semejante cartel de corredores nos dábamos cita para dar comienzo desde la casa
de Andrés para coger dirección hacia lo más alto del Monte de la Muela.
Os puedo asegurar
que ese principio de específico ya presagiaba lo que iba a ser el entrenamiento
del día. Tremendo. Como disfrutaba viendo a semejantes bichos al lado mío y
corriendo. Risas, comentarios de pasadas y futuras competiciones hacía que nos
adentráramos en todo un paraje de auténtico valor paisajístico.
Así de esta manera
y poco a poco y mucha cabeza, ascendíamos por tremendas vertientes que nos
hacía poner la maquinaria a punto para enfrentarnos en breve a un nuevo reto, a
una nueva vía de ruta que nos tenía preparada Andrés López y que en este caso
la íbamos a bautizar como el camino del "Muflón".
Con los pelos de
punta de ver que todo iba a las mil maravillas, conseguíamos llegar al cruce
que determinaba seguir por la cara opuesta a la muela hasta llegar al altiplano
para bajar por el empedrado hasta la Casa del Comandante", o subir toda
una vertiente hasta llegar a las Antenas de la Muela.
En este caso el
camino a elegir estaba claro. Dirección hacia el cruce del altiplano de la casa
del comandante. Toda esa vertiente para mi (y no me cansaré nunca de repetirlo)
impresionante. En alguno de sus tramos he de reconocer que es
bastante técnica pero con cabeza y sabiendo en todo momento dónde vas
a colocar el siguiente pie, no vas a tener ningún tipo de problema en solventar
tremenda vereda.
Solo decirte que
con las vistas que te vas a encontrar, te va a merecer la pena semejante
sacrificio. Es otra de las posibilidades que te da tremenda montaña de
realizar. No va a ser siempre subir y bajar por el mismo lugar. En este caso lo
mejor aún estaba por llegar.
Ya casi arriba,
nos deteníamos para reagruparnos con los compañeros y justo antes de llegar al
altiplano referido en líneas arriba, Andrés nos situaba y nos hacía observar
una vertiente de bajada la cual según nos anunciaba nos iba a llevar hasta la
mismísima zona conocida como Boletes.
Diossssssssssssssssss,
que maravilla. La lástima no haberla grabado para que la hubierais visto mejor.
Pero no preocuparse que la tengo pendiente para futuros entrenamientos.
Mejor así, primero
saber lo que me voy a encontrar y más adelante con total seguridad mostraros lo
que para mí y escribiendo estas líneas fue una etapa épica.
La bajada he de
deciros que alucinante. Para que os hagáis una idea fueron aproximadamente
35 minutos bajando por toda una vertiente que te hacía ser diminuto ante tanta
maravilla arbórea y rocosa.
De donde terminaba
el camino ni os hablo. Buenooooooooooo siiiiiiiiiiiiiiiiiii, espectacular.
Llegada a Cala Aguilar (que como comprenderéis) y eso si está grabado, el
baño fue obligatorio, deseado y agradecido por todo el grupo.
Vaya capuzón
que nos metimos. Las sensaciones recordando el momento me hacen sentirme
tremendamente feliz. Con tan poco cuanto se consigue a veces. Sin más.
Aproximadamente 10 km de ruta que llevábamos más ese baño el cuerpo y mente se
reiniciaron al momento.
Bueno hubo hasta
compañeros (en concreto uno) que no se lo pensó dos veces y como
recién venido al mundo se lanzo al agua. Qué bueno. Eso hizo que por parte del
que suscribe y alguno más (previo stop de cámara para no herir más las
sensibilidades de los que observan estas crónicas), hicieran los mismo.
No hay palabras
para describir la sensación de bañarte con mallas a bañarte como tu madre te
trajo al mundo (vamos lo que se conoce vulgarmente como "en pelotas".
Buenísimo. Otra vez las dudas venían al caso y nos hacían pensar de querer
permanecer en dicho lugar hasta que el día finalizara.
Las ganas de
correr no te venían a la cabeza en esos momentos. Os lo puedo asegurar. Lo
único que te apetecía era capuzarte y volverte a capuzar para que esa sensación
que te embargaba una vez te zambullías en las profundidades de nuestro
queridísimo y amado Mar Mediterráneo permanecieran en tu subconsciente durante
el resto del día. Que te puedo asegurar que después de casi una semana y
escribiendo estas líneas me acuerdo y siento ese silencio y olor a vida de
nuevo dentro de mi cuerpo.
Bueno, volviendo a
la realidad y escuchando a otros compañeros como nos decían "estamos a
gusto ¿eh?, pero tendremos que ir pensando en irnos ¿no?. No es por joder el
momento (que es especial), pero quiero que tengáis en cuenta que todo
lo que hemos bajado ahora nos tocará subirlo. Y cuanto más nos relajemos más
jodido y tremendo será arrancar la maquinaria para subir lo que nos quedaba por
subir (que no era poco).
Desde donde nos
encontrábamos la ruta a seguir era subir desde la misma cala por su vertiente
principal hasta justo el cruce de la casa del comandante. Una vez allí, dar
inicio a otra tremenda y no menos exigente subida por el empedrado hasta llegar
al altiplano de la Muela. Todo un subidón del quince nunca mejor dicho.
Pues como lo peor
es conocerse y el respeto entre nosotros es mutuo, falto solo esas palabras
mágicas para reiniciar el sistema operativo de todo el grupo y al unísono nos
salíamos todos del agua y después de secarnos en su totalidad emprendíamos la
subida referida.
Aquí he de decir,
que gracias a Andrés López dicha subida se hizo más interesante. Yo la he
bajado y subido ya unas cuantas veces, pero no de la manera que en esta ocasión
lo íbamos hacer.
Andrés igual que
nuestro compañero (Inglés, no presente en este específico), lo llevan en la
sangre. Y de cada tramo o cada específico hacen que el mismo (aún siendo por
caminos conocidos) estos se disfruten de diferente manera.
Conclusión, Andrés
en tramos en concreto acortaba el camino haciéndolo más complicado y exigente
por que atravesaba tramos en línea recta. Conllevando en ello situaciones que
te hacían pensar que te encontrabas en otra zona y no en esa en concreto.
Que lujo y cuanto
lo vamos ha echar de menos. Y digo lo vamos ha echar de menos porque en breve
nuestro compañero se va para las Américas. Si, si, como
lo escucháis. Se va mínimo para dos años los cuales para mí y de ante mano
os puedo asegurar que se me van hacer pesadísimos.
Me alegro mucho
por Andrés y su mujer Flori. Es un nuevo reto que se les brinda y como
valientes que son se van a luchar a otro continente. Desde aquí, seguiré en
contacto con él para que siga transmitiéndome toda su sabiduría y saber estar
en la montaña.
Os puedo asegurar
que es un lujo correr, disfrutar y entrenar junto a él por la montaña. Es una
seguridad tan tremenda que tienes cuando va a tu lado, que un entrenamiento de
los buenos, sin él todavía no lo concibo. En fin, me pongo melancólico y no paro.
Que sabe él de sobra lo que le deseo en esta nueva aventura, pero que cuanto
antes este de nuevo con nosotros mejor. ja ja ja. Siiiiiiiiiiiiiii
egoistaaaaaaaaaaaaaaaa.
Volviendo a la
realidad del entrenamiento que llevábamos a cabo y casi en todo lo alto del
altiplano de la muela, observaba a mis compañeros de ruta y hacia mí mismo me
decía, joder que afortunado soy de poder compartir todos estos momentos ante
semejantes personajes, amigos y sobre todo compañeros de fatiga.
Cuando no uno, era
otro el que en tramos en concreto tiraban del grupo. Dani en momentos, Morcillo
en según qué tramos, Antonio con su fuerza la cual lo caracteriza, Cuco
insaciable, el que suscribe a rebufo y resoplando por tremendo nivel observado,
y Andrés que voy a decir de Andrés. Parecía un gato jugando con un ratón antes
de comérselo. Más rápido más lento, esperando, acelerando, en fin lo que
anteriormente os decía, sin palabras. Yo creo que la fuerza en las piernas se
la da el tatuaje de Fredi. Yo creo que va a ser eso, porque otra explicación no
tiene. ja ja ja.
Así y ya en todo
lo alto, de la muela tocaba reagrupar a los compañeros y dejarnos caer por casi
el mismo tramo por el cual al inicio del entrenamiento ascendíamos.
En este caso solo
la primera parte fue la misma. Llegado a un punto la bajada que nos tocaba
afrontar era tremenda y exigente. Ahí poníamos de nuevo en marcha la cámara
para grabar el momento. Las imágenes hablan por sí solas.
Ahí os daréis
cuenta el nivelazo de semejantes bestias. Yo flipando y disfrutando del
momento. Así poco a poco llegábamos a nuestro campamento base 2. Y después de
unas cervezas bien frías que nos tenía preparadas Andrés (y en este caso sin
alcohol), dábamos por terminado el específico en cuestión, con una tremenda
alegría que ni el mejor sorteo de navidad con premio incluido nos podía
ofrecer.
Llegado al final
del camino nuestro GPS marcaba una ruta de 16 km los cuales habíamos empleado
de tiempo en su realización de 2 horas y 40 minutos.
M I E R C O L E S
6 DE JUNIO:
Aquí he decir que
de nuevo volvían las oscuras golondrinas anidar mi nido. En este caso lo digo
porque al levantarme sentía unas molestias en una de mis rodillas (en este caso
la izquierda) que me hacían presagiar que algo bueno no estaba pasando por mi
cuerpo en esos momentos.
No entendía el
dolor de donde procedía. En el específico del día anterior las
sensaciones llevadas a cabo antes, durante y tras la finalización del mismo
fueron buenísimas. Es más durante toda la tarde no había sentido dolor ni
molestia alguna.
Sé que hubo tramos
del entrenamiento que fueron bastantes exigentes (llegándose a equiparar a
tramos de competiciones reales), pero los mismos se hicieron por las
sensaciones del momento. Por no sentir dolor alguno y ver que estábamos en
estado óptimo para de nuevo ser quién éramos.
En fin, que una
vez más me quedaba en el dique seco. No quería arriesgar más de lo necesario y
por la tarde llamaba a mi compañero Mister Morcillo para decirle que anulaba el
entrenamiento de la mañana del jueves y del resto de la semana.
Bueno pues tengo
que decir que llegado este preciso momento y después de casi una semana después
de que comenzaran las citadas molestias, estas aún persisten. He dejado como
último día (o mejor dicho como ultimátum), el día de mañana. Si al levantarme
siento molestias, después de haber estado 5 días con antiflamatorios, masajes y
hielo en la zona dañada, me iré a que mi compañero y fisio (Antonio Ibarra), me
eche un vistazo y vea lo que pueda tener.
Estoy preocupado
porque las molestias (o mejor dicho aún) el dolor que siento, está determinado
en una zona en concreto de la rodilla. Quiero decir que en un punto en concreto
de esta me toco y me duele.
No es molestias.
Si profundizo en el punto exacto, me duele tremendamente. Y eso es lo que me ha
hecho ver que algo no marchaba bien. Pero bueno como siempre digo, vamos a ser
optimistas y vamos a dejar que el que siempre me ha sabido sacar de la estacada
lo haga de nuevo.
Por lo pronto para
paliar el mal (entre comillas), me he comprado en el día de hoy (11/06/12), un
bañador para mañana irme a la piscina y hacer algún específico de los buenos de
natación. De esta manera volveré a recordar tiempos pasados (en este caso del mundo
del triatlón) los cuales me harán disfrutar de nuevo de un deporte el cual
tenía olvidado. Así de esta manera los específicos llevados a cabo en el ámbito
de carrera por montaña los vamos a cambiar por natación, para no perder
potencia aeróbica.
Sin más os podéis
imaginar el resto de semana como fue. Jueves, viernes, sábado y domingo,
descanso total. Exceptuando las clases de rigor de ciclo que sabéis que
para mí son sagradas.
Esta semana que
entra, no voy a correr (bueno mejor dicho) voy a aguantar sin correr, hasta
pasado el Jueves. Así volveré a ver cómo me encuentro. Que es lo que siento. Y
sobre todo si no noto dolor alguno mientras corro.
Gracias una semana
más por seguir mis crónicas. Por estar ahí como lo estáis, y por dejarme tantos
mensajes de apoyos en mi facebook ante la lesión que presento.
Dentro de poco
estaremos de nuevo en la lucha y volveremos a disfrutar de todo esto. Os
prometo que la ruta que hicimos el martes pasado y no pude dejar constancia de
ella, será la primera que haré de nuevo para grabar semejante tramo.
Feliz semana y
ante todo felices entrenamientos.
Que suerte y que zona de entrenos teneis y con el agua al lado para darse un remojon a mitad del entreno, eso no tiene precio, pa que luego venga un hijo puta y le meta fuego??? y tu con tu lesion, animo y a por ella. Un saludico.
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