lunes, 11 de junio de 2012

Entrada en boxes y rectificado de la maquinaria.

Esta semana no puedo decir que haya sido de las mejores de mi vida en el aspecto deportivo. El motivo de reafirmarme en lo que digo es porque no he podido entrenar por la montaña las veces que me hubiera gustado.

El lunes pasado comenzábamos la semana con unas sensaciones buenísimas. Nada de dolor en ninguna parte de mi cuerpo. Siguiendo con la pauta establecida en la semana, ese día lo completaba con dos pedazo de sesiones de ciclo indoor junto a mi equipo que me hacía disfrutar de lo lindo.



Deseando que llegara el martes para dar de nuevo sentido a una de las cosas que más me gusta que es correr por la montaña, quedaba a las 09:00 horas con mi gente en este caso en el campamento base 2 (casa de Andrés López en Galifa). Allí nos dábamos cita corredores de alto nivel. Más que de alto nivel como muchos nos define, más diría yo, alto nivel en el aspecto del género humano. Andrés López, Tony Garnés, Antonio Funes, Daniel Campos, Mister Morcillo, un servidor y un compañero nuevo que se sumaba al grupo apodado "Cuco".

Impresionante las sensaciones obtenidas al darle la mano. El colega íntimo amigo de nuestro maestro de ceremonias Andrés López, de profesión es torero. Joder con el "maestro de espadas" como está. Nunca mejor dicho y como anillo al dedo me viene, como un toro como un morlaco de las mejores ganaderías que tenemos en nuestro país. Hablemos de un auténtico "Jandilla". Tremendo. Con unas "zapas" de asfalto me hubiera gustado que lo hubierais visto bajando por toda una vertiente nueva que abrimos hasta llegar a la zona conocida como Boletes.



En fin, con semejante cartel de corredores nos dábamos cita para dar comienzo desde la casa de Andrés para coger dirección hacia lo más alto del Monte de la Muela. 

Os puedo asegurar que ese principio de específico ya presagiaba lo que iba a ser el entrenamiento del día. Tremendo. Como disfrutaba viendo a semejantes bichos al lado mío y corriendo. Risas, comentarios de pasadas y futuras competiciones hacía que nos adentráramos en todo un paraje de auténtico valor paisajístico.



Así de esta manera y poco a poco y mucha cabeza, ascendíamos por tremendas vertientes que nos hacía poner la maquinaria a punto para enfrentarnos en breve a un nuevo reto, a una nueva vía de ruta que nos tenía preparada Andrés López y que en este caso la íbamos a bautizar como el camino del "Muflón".

Con los pelos de punta de ver que todo iba a las mil maravillas, conseguíamos llegar al cruce que determinaba seguir por la cara opuesta a la muela hasta llegar al altiplano para bajar por el empedrado hasta la Casa del Comandante", o subir toda una vertiente hasta llegar a las Antenas de la Muela.



En este caso el camino a elegir estaba claro. Dirección hacia el cruce del altiplano de la casa del comandante. Toda esa vertiente para mi (y no me cansaré nunca de repetirlo) impresionante. En alguno de sus tramos he de reconocer que es bastante técnica pero con cabeza y sabiendo en todo momento dónde vas a colocar el siguiente pie, no vas a tener ningún tipo de problema en solventar tremenda vereda. 

Solo decirte que con las vistas que te vas a encontrar, te va a merecer la pena semejante sacrificio. Es otra de las posibilidades que te da tremenda montaña de realizar. No va a ser siempre subir y bajar por el mismo lugar. En este caso lo mejor aún estaba por llegar.





Ya casi arriba, nos deteníamos para reagruparnos con los compañeros y justo antes de llegar al altiplano referido en líneas arriba, Andrés nos situaba y nos hacía observar una vertiente de bajada la cual según nos anunciaba nos iba a llevar hasta la mismísima zona conocida como Boletes.

Diossssssssssssssssss, que maravilla. La lástima no haberla grabado para que la hubierais visto mejor. Pero no preocuparse que la tengo pendiente para futuros entrenamientos.

Mejor así, primero saber lo que me voy a encontrar y más adelante con total seguridad mostraros lo que para mí y escribiendo estas líneas fue una etapa épica.



La bajada he de deciros que alucinante. Para que os hagáis una idea fueron aproximadamente 35 minutos bajando por toda una vertiente que te hacía ser diminuto ante tanta maravilla arbórea y rocosa.

De donde terminaba el camino ni os hablo. Buenooooooooooo siiiiiiiiiiiiiiiiiii, espectacular. Llegada a Cala Aguilar (que como comprenderéis) y eso si está grabado, el baño fue obligatorio, deseado y agradecido por todo el grupo.



Vaya capuzón  que nos metimos. Las sensaciones recordando el momento me hacen sentirme tremendamente feliz. Con tan poco cuanto se consigue a veces. Sin más. Aproximadamente 10 km de ruta que llevábamos más ese baño el cuerpo y mente se reiniciaron al momento.

Bueno hubo hasta compañeros (en concreto uno) que no se lo pensó dos veces y como recién venido al mundo se lanzo al agua. Qué bueno. Eso hizo que por parte del que suscribe y alguno más (previo stop de cámara para no herir más las sensibilidades de los que observan estas crónicas), hicieran los mismo. 



No hay palabras para describir la sensación de bañarte con mallas a bañarte como tu madre te trajo al mundo (vamos lo que se conoce vulgarmente como "en pelotas". Buenísimo. Otra vez las dudas venían al caso y nos hacían pensar de querer permanecer en dicho lugar hasta que el día finalizara. 

Las ganas de correr no te venían a la cabeza en esos momentos. Os lo puedo asegurar. Lo único que te apetecía era capuzarte y volverte a capuzar para que esa sensación que te embargaba una vez te zambullías en las profundidades de nuestro queridísimo y amado Mar Mediterráneo permanecieran en tu subconsciente durante el resto del día. Que te puedo asegurar que después de casi una semana y escribiendo estas líneas me acuerdo y siento ese silencio y olor a vida de nuevo dentro de mi cuerpo.



Bueno, volviendo a la realidad y escuchando a otros compañeros como nos decían "estamos a gusto ¿eh?, pero tendremos que ir pensando en irnos ¿no?. No es por joder el momento (que es especial), pero quiero que tengáis en cuenta que todo lo que hemos bajado ahora nos tocará subirlo. Y cuanto más nos relajemos más jodido y tremendo será arrancar la maquinaria para subir lo que nos quedaba por subir (que no era poco).

Desde donde nos encontrábamos la ruta a seguir era subir desde la misma cala por su vertiente principal hasta justo el cruce de la casa del comandante. Una vez allí, dar inicio a otra tremenda y no menos exigente subida por el empedrado hasta llegar al altiplano de la Muela. Todo un subidón del quince nunca mejor dicho.



Pues como lo peor es conocerse y el respeto entre nosotros es mutuo, falto solo esas palabras mágicas para reiniciar el sistema operativo de todo el grupo y al unísono nos salíamos todos del agua y después de secarnos en su totalidad emprendíamos la subida referida.

Aquí he de decir, que gracias a Andrés López dicha subida se hizo más interesante. Yo la he bajado y subido ya unas cuantas veces, pero no de la manera que en esta ocasión lo íbamos hacer. 

Andrés igual que nuestro compañero (Inglés, no presente en este específico), lo llevan en la sangre. Y de cada tramo o cada específico hacen que el mismo (aún siendo por caminos conocidos) estos se disfruten de diferente manera.



Conclusión, Andrés en tramos en concreto acortaba el camino haciéndolo más complicado y exigente por que atravesaba tramos en línea recta. Conllevando en ello situaciones que te hacían pensar que te encontrabas en otra zona y no en esa en concreto.

Que lujo y cuanto lo vamos ha echar de menos. Y digo lo vamos ha echar de menos porque en breve nuestro compañero se va para las Américas. Si, si, como lo escucháis. Se va mínimo para dos años los cuales para mí y de ante mano os puedo asegurar que se me van hacer pesadísimos.

Me alegro mucho por Andrés y su mujer Flori. Es un nuevo reto que se les brinda y como valientes que son se van a luchar a otro continente. Desde aquí, seguiré en contacto con él para que siga transmitiéndome toda su sabiduría y saber estar en la montaña. 



Os puedo asegurar que es un lujo correr, disfrutar y entrenar junto a él por la montaña. Es una seguridad tan tremenda que tienes cuando va a tu lado, que un entrenamiento de los buenos, sin él todavía no lo concibo. En fin, me pongo melancólico y no paro. Que sabe él de sobra lo que le deseo en esta nueva aventura, pero que cuanto antes este de nuevo con nosotros mejor. ja ja ja. Siiiiiiiiiiiiiii egoistaaaaaaaaaaaaaaaa.

Volviendo a la realidad del entrenamiento que llevábamos a cabo y casi en todo lo alto del altiplano de la muela, observaba a mis compañeros de ruta y hacia mí mismo me decía, joder que afortunado soy de poder compartir todos estos momentos ante semejantes personajes, amigos y sobre todo compañeros de fatiga.



Cuando no uno, era otro el que en tramos en concreto tiraban del grupo. Dani en momentos, Morcillo en según qué tramos, Antonio con su fuerza la cual lo caracteriza, Cuco insaciable, el que suscribe a rebufo y resoplando por tremendo nivel observado, y Andrés que voy a decir de Andrés. Parecía un gato jugando con un ratón antes de comérselo. Más rápido más lento, esperando, acelerando, en fin lo que anteriormente os decía, sin palabras. Yo creo que la fuerza en las piernas se la da el tatuaje de Fredi. Yo creo que va a ser eso, porque otra explicación no tiene. ja ja ja.



Así y ya en todo lo alto, de la muela tocaba reagrupar a los compañeros y dejarnos caer por casi el mismo tramo por el cual al inicio del entrenamiento ascendíamos.

En este caso solo la primera parte fue la misma. Llegado a un punto la bajada que nos tocaba afrontar era tremenda y exigente. Ahí poníamos de nuevo en marcha la cámara para grabar el momento. Las imágenes hablan por sí solas.



Ahí os daréis cuenta el nivelazo de semejantes bestias. Yo flipando y disfrutando del momento. Así poco a poco llegábamos a nuestro campamento base 2. Y después de unas cervezas bien frías que nos tenía preparadas Andrés (y en este caso sin alcohol), dábamos por terminado el específico en cuestión, con una tremenda alegría que ni el mejor sorteo de navidad con premio incluido nos podía ofrecer.

Llegado al final del camino nuestro GPS marcaba una ruta de 16 km los cuales habíamos empleado de tiempo en su realización de 2 horas y 40 minutos.


M I E R C O L E S  6  DE JUNIO:

Aquí he decir que de nuevo volvían las oscuras golondrinas anidar mi nido. En este caso lo digo porque al levantarme sentía unas molestias en una de mis rodillas (en este caso la izquierda) que me hacían presagiar que algo bueno no estaba pasando por mi cuerpo en esos momentos.

No entendía el dolor de donde procedía.  En el específico del día anterior las sensaciones llevadas a cabo antes, durante y tras la finalización del mismo fueron buenísimas. Es más durante toda la tarde no había sentido dolor ni molestia alguna.



Sé que hubo tramos del entrenamiento que fueron bastantes exigentes (llegándose a equiparar a tramos de competiciones reales), pero los mismos se hicieron por las sensaciones del momento. Por no sentir dolor alguno y ver que estábamos en estado óptimo para de nuevo ser quién éramos.

En fin, que una vez más me quedaba en el dique seco. No quería arriesgar más de lo necesario y por la tarde llamaba a mi compañero Mister Morcillo para decirle que anulaba el entrenamiento de la mañana del jueves y del resto de la semana.



Bueno pues tengo que decir que llegado este preciso momento y después de casi una semana después de que comenzaran las citadas molestias, estas aún persisten. He dejado como último día (o mejor dicho como ultimátum), el día de mañana. Si al levantarme siento molestias, después de haber estado 5 días con antiflamatorios, masajes y hielo en la zona dañada, me iré a que mi compañero y fisio (Antonio Ibarra), me eche un vistazo y vea lo que pueda tener.

Estoy preocupado porque las molestias (o mejor dicho aún) el dolor que siento, está determinado en una zona en concreto de la rodilla. Quiero decir que en un punto en concreto de esta me toco y me duele. 





No es molestias. Si profundizo en el punto exacto, me duele tremendamente. Y eso es lo que me ha hecho ver que algo no marchaba bien. Pero bueno como siempre digo, vamos a ser optimistas y vamos a dejar que el que siempre me ha sabido sacar de la estacada lo haga de nuevo.

Por lo pronto para paliar el mal (entre comillas), me he comprado en el día de hoy (11/06/12), un bañador para mañana irme a la piscina y hacer algún específico de los buenos de natación. De esta manera volveré a recordar tiempos pasados (en este caso del mundo del triatlón) los cuales me harán disfrutar de nuevo de un deporte el cual tenía olvidado. Así de esta manera los específicos llevados a cabo en el ámbito de carrera por montaña los vamos a cambiar por natación, para no perder potencia aeróbica.





Sin más os podéis imaginar el resto de semana como fue. Jueves, viernes, sábado y domingo, descanso total. Exceptuando las clases de rigor de  ciclo que sabéis que para mí son sagradas.

Esta semana que entra, no voy a correr (bueno mejor dicho) voy a aguantar sin correr, hasta pasado el Jueves. Así volveré a ver cómo me encuentro. Que es lo que siento. Y sobre todo si no noto dolor alguno mientras corro.

Gracias una semana más por seguir mis crónicas. Por estar ahí como lo estáis, y por dejarme tantos mensajes de apoyos en mi facebook ante la lesión que presento.



Dentro de poco estaremos de nuevo en la lucha y volveremos a disfrutar de todo esto. Os prometo que la ruta que hicimos el martes pasado y no pude dejar constancia de ella, será la primera que haré de nuevo para grabar semejante tramo.

Feliz semana y ante todo felices entrenamientos.

1 comentario:

  1. Que suerte y que zona de entrenos teneis y con el agua al lado para darse un remojon a mitad del entreno, eso no tiene precio, pa que luego venga un hijo puta y le meta fuego??? y tu con tu lesion, animo y a por ella. Un saludico.

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