Antes que nada y dar de nuevo comienzo a una nueva
crónica deportiva, deciros que os estoy eternamente agradecido por
las muestras de cariño vertido por todos vosotros hacia mi persona, en todo
momento antes, durante y después de la competición.
Adentrándonos ya de nuevo en una nueva competición
llamada YETI TRAIL 2012, transcurrida en una sierra de mi tierra a la cual amo
profundamente y llamada SIERRA ESPUÑA. El pasado 17 de este mes de Noviembre se
llevo a cabo en un paraje de ensueño. Ante nosotros teníamos delante una
nueva batalla transformada en 44 km y un desnivel en positivo de casi 2.300
metros.
El día de autos se presentaba de las mejores maneras
posibles. A pesar (días atrás) que se anunciara que iba a hacer mal tiempo (en
este caso transformado en mucho frio), he de decir que el día que nos salió era
precioso. En su justa medida, perfecto para afrontar la competición y de
las mejores maneras.
En ruta nos poníamos en marcha a las 05:45 horas,
Mister Morcillo, Ángel Mayor, un servidor y Daniel Campos junto a Cecilia en
otro vehículo, emprendíamos la marcha hacia la localidad de Mazarrón al objeto
de recoger al último componente de la BDM X-TREM FM, llamado José Luís. Una vez
llegáramos a la localidad donde se iba a disputar la prueba allí nos
encontraríamos con otro y de los buenos brigadistas llamado Antonio Funes y
Amparo.
A las 07:25 horas en punto llegábamos al Berro. La
verdad sea dicha, que llegábamos con el tiempo justo. No teníamos muy bien
calculado el terreno y apenas nos separaban del inicio de la prueba 35 minutos
para vernos ya inmersos y de pleno en ella.
Os podéis imaginar nada más bajar del coche como
saltaron las alarmas. Rápidamente preparábamos todo para que no echar nada en
falta en plena carrera.
De ahí, y una vez todo comprobado y vestidos con los
mejores ropajes para la ocasión, cogimos dirección hacia la mesa de recogida de
dorsales.
Según nos íbamos adentrábamos en el interior de la
localidad y llegábamos a su plaza principal donde estaba montado todo el
tinglado, ya se respiraba a competición y de la buena. A demás de comenzar a
ver caras conocidas que a nuestro paso se estrechaban con un choque de manos y
un Bijaín por saludo.
Con mi dorsal ya asignado, (en este caso el 155), ya
veía que no había marcha atrás. Nunca lo había pensado. Pero para mí ese
preciso momento es el que ya determina que estás dentro de la carrera.
Ya todo hacía presagiar (y no se sabía de qué manera),
que el que suscribe y mi grupo el cual nos habíamos dado cita, nos íbamos a
enfrentar al temido Yeti. Esta competición, para mí era la primera vez
que la competía. Siempre al ser la primera, ésta te genera muchas dudas de cómo
se va a poder afrontar.
Pero como lo principal lo llevábamos a cabo, no había
problemas para correrla. Y digo lo de llevarlo a cabo, porque en mi cabeza en
ese mismo momento y el cual ponía por primera vez mi piel en la pedanía del
Berro, lo que tenía claro era, que a lo que había venido era a correr la
competición y terminarla.
Una vez con el dorsal en la mano, no encontrábamos
viejos camaradas por las inmediaciones. Auténticos espartanos los cuales
reunidos y juntados, nos fotografiábamos, para inmortalizar el referido y
precioso momento.
Antonio Ibarra y la gran Inma Tomba, nuestro
queridísimo Antonio Funes y su amada Amparo, Vicente, Manuel, el Gran Joven
Jesualdo, Pablo Manteca y el insuperable Jesús de Molina de Segura. Allí
estábamos todos. Al completo, para en breve y de lleno, unos bien a la mini
yeti y nosotros a la larga, ponerse en parrilla de salida y dar lo mejor de
nosotros.
Pasado el corralillo de rigor, y comprobado por parte
de la organización que todos portábamos lo requerido para el momento,
(cortavientos para la ocasión), nos íbamos adentrándonos delante de la línea de
salida para en breve escuchar el ansiado y querido cañonazo, el cual de nuevo
daría rienda sueltas a nuestras emociones.
Os puedo asegurar que allí, no hubo cañonazo ni música
motivante que te diera ese empujón y abertura a tal maravillosa competición.
Eso sí, había una única persona, que apenas se le oía y entendía nada y con un
pequeño megáfono en su mano, que en un momento dado nos dimos cuenta los que
estábamos más atrás, que la competición había dado comienzo, porque todos los
que nos precedían y estaban delante, habían comenzado a correr sin descanso.
En ese momento me dije para mí, mientras ponía en
funcionamiento mi cámara, "Joder con la crisis", ni un puto silbato o
pistoletazo de salida que nos situé, si lo llego a saber me traigo de mi casa y
sobrante de la pasada noche veraniega de San Juan, un MORTERO que me había
sobrado, y con él, doy por seguro que todos al completo se hubieran dado cuenta
que la fiesta había comenzado.
Para mí son detalles, que puede ser que para otros
sean nimios, pero para los que estamos ahí, previo a la salida, hace que todo
se transforme y tú te motives como nadie.
Pero qué le vamos hacer "Si yo nací en el mediterráneo",
(uyyyyyyyyyyyy perdón, se me ha ido la pinza).
Ja, ja, ja. Como os decía, ya corriendo todos, nos
encontrábamos en los primeros comicios de la prueba y a pesar de su comienzo (y
en mi caso), súper motivado. Lo único que nos quedaba por entonces y en esos
precisos momentos era asegurar y asentarse en carrera para no dejarnos llegar y
que al final de la competición se pagara tal esfuerzo.
Ese inicio de prueba es determinante, crucial para que
el resto de la competición se desarrolle como lo esperado. Si en ese inicio vas
por encima de tus posibilidades a final del trayecto (os puedo asegurar), que
os quedareis sentado. Aquí en las carreras os puedo asegurar que las
imprudencias se pagan. Vayan si se pagan. Es de la única manera que todos (y yo
me incluyo) aprendemos.
Aproximadamente a partir del km 4 de competición, ya
nos habíamos asentado en carrera. Delante de mí llevaba a mi inseparable e
inestimable amigo y hermano, Mister Morcillo. El cual (debo decir y sigo
asombrándome a diario de cómo va evolucionando en el mundo de la carrera. Pues
bien, delante mía Mister Morcillo marcaba un ritmo muy sabio. Desde hace tiempo
vengo diciendo que es mi auténtico GPS. Día a día me lo demuestra y de las
mejores maneras.
Situado en recorrido y sin ya ningún corredor delante
nuestra que nos impida asegurar nuestro ritmo mientras corríamos, las
sensaciones iníciales de competición eran buenísimas, más bien tremendas.
Empezaba a sentir que todo el trabajo hecho hasta ese momento (en relación a
los entrenamientos y volumen de carga), comenzaban a dar sus resultados.
Hubo muchos tramos que fueron compartidos junto a
otros corredores. Inclusive al igual que nosotros adelantábamos, se nos
adelantaba y se perdían por el horizonte.
El terreno que nos íbamos encontrando estaba húmedo.
Habían zonas de subida donde teníamos que prestar especial interés donde
poníamos los píes porque el resbalón estaba asegurado. Había que llevar mucho
cuidado.
Al paso del primer avituallamiento nos dimos cuenta
que éstos iban a ser más bien escasos. Solamente nos encontrábamos agua. Yo
como siempre, y sobre esas distancias, siempre llevo conmigo mi inseparable
mochila. Prefiero que me sobre a no echar en falta algo. Tener la cabeza completamente
despejada sin pensar en nada más que seguir corriendo, es muy importante, para
que en un momento dado te haga falta algo, y no tengas nada que echarte a la
boca.
Poco a poco y al ritmo impuesto por Mister Morcillo y
yo, nos íbamos adentrando en el más profundo del valle de Sierra Espuña. Con
unos caminos, veredas y paisajes maravillosamente bellos. Referente a los
paisajes deciros, que los que nos daba tiempo observarlos, que fue más bien
poco tiempo porque bastante teníamos con mirar al suelo y saber donde se pisaba
para asegurarnos no caernos mientras corríamos.
Tramos los cuales se disfrutaba de un silencio el cual
se podía cortar con un cuchillo. Solamente tú pisada a nuestro paso. Y con unos
tremendos olores a vida, que hacía que tu y el resto de corredores que coincidías
en esos momentos, perdieras el sentido y juntos disfrutarais por una sola
causa. Correr por la montaña.
La primera parte de la competición para mí fue muy
buena. Los primeros 22 km de competición me sentía pletórico y con una
fuerza inconmensurable. Inclusive en un tramo en concreto tuve la
oportunidad y placer de estrecharme en un tremendo abrazo con el temible YETI.
Eso, y coincidir durante unos kilómetros de carrera,
junto a la primera clasificada femenina (Bárbara). Primera clasificada en ese momento
y posteriormente ganadora de la carrera absoluta femenina.
Nunca lo puse en duda a su paso y al verla. Inclusive
se lo llegue a decir, y ella (que tiene la gran modestia la cual solamente
poseen las grandes campeonas) me decía; ya veremos, ya veremos, que queda aún
mucha carrera.
Tenía razón. Quedaba mucho aún por delante. Pero por
conforme la veía, no había duda alguna que alcanzaría la meta como primera
clasificada.
Y he de decir que no me equivoque, y al enterarme me
alegre tremendamente por su triunfo una vez llegado a meta y saber que ella
había pasado por ella como triunfante de la prueba.
Aunque debo decir (que ahí, tenía el corazón partido),
porque la 2ª clasificada de la prueba era la Gran Inma Tomaba.
Pero ambas tienen ese tremendo don, que una vez finalizada la
prueba, queden como queden, se estrechan en un tremendo saludo y entre ellas se
felicitan por lo conseguido. FELICIDADES GUAPÍSIMAS. Es mucho lo que me aportáis
cuando os veo corriendo.
Afrontando ya la segunda parte del recorrido y pasada
la Fuente del Hilo, para mí todo empezó a volverse más fácil. A pesar de lo
llevado y acumulado hasta ese momento (que no era moco de pavo), ese nuevo
tramo el cual nos iba a llevar hasta la finalización de la prueba, para
nosotros era ya conocido.
Semanas atrás nos juntábamos con Pedro La Jaima y Fran
Fuertes en la zona, y con un recorrido de 25 km, nos situaban en los tramos más
duros y los cuales en el día de hoy íbamos hacer frente.
Por ello y a sabiendas de lo que nos íbamos a
enfrentar en breve, amarrábamos el pony para asegurar y hacer frente al temido
cortafuegos.
Y vaya si lo hubo. Momento que vino en el km 29 de la
carrera. Delante de nuestros ojos, línea de cortafuego a avizor y
ascendente hasta el infinito y más allá.
Desde ese mismo punto kilométrico hasta el 35 de
competición, nos tocaba solventarlo como fuera y cuesta arriba en la mayoría de
sus tramos, incluyendo varios tramos de difícil ejecución por su máxima
verticalidad, como era llegar hasta lo más alto de ese primer tramo del
cortafuegos, y luego hacer frente a la senda del caracol, que más que senda
parecía una pared la cual te hacía presagiar que en breve instantes tenías que
sacar de tu mochila piole y pies de gato.
Pues a pesar de ser dicha zona bastante dura, yo he de
decir que la ejecute motivadísimo y sin mucho cansancio al respecto
(modestamente). Me asombraba de las sensaciones que tenía en mis piernas y como
respondían las mismas a dicho ascenso.
Kilómetros atrás, adelantaba a mi compañero Mister
Morcillo, el cual y llegado a la senda del caracol lo escuchaba como me decía
de nuevo, "vamos hermano". Al verlo que lo tenía a una curva de mí,
no dude en esperarlo y afrontar juntos todo ese último tramo de competición y
coronar su cima.
La compenetración entre ambos llegado ese momento era
absoluta. No había pique ninguno y si un porque en el momento. Que era seguir
con las mismas sensaciones y seguir ascendiendo adelantado a nuestro paso a
demás corredores y senderistas que nos íbamos encontrando.
De esta maravillosa manera, emprendíamos dirección
hacia la cota más alta de la competición. A lo lejos ya se divisaba el alto del
MORRÓN DE ALHAMA.
Ahí, ahí compañeros deciros que comenzaba mi auténtica
competición. A partir de ese tramo todo lo que hasta ese lugar había sido
precioso y con unas sensaciones de órdago, se convertía en un auténtico
calvario e infierno. Ahí comenzaba mi auténtica competición contra yo mismo. El
efecto YOYO hacía acto de presencia para situarnos.
Inesperadamente (y no lo había sentido en la vida
compañeros), me comenzaban a surgir una clase de tirones y calambres por
todo mi cuerpo como (femoral, gemelos y aductores), que eso no era lo que me
asustaba del momento. Lo que me paralizo e hizo inclusive que me detuviera era,
que esos tirones se pasaron también a la zona de los cuádriceps y esa sensación
si os puedo asegurar que hasta ese momento no la había vivido.
En esos precisos momentos que empezaba a sentirme mal,
comenzábamos también a encontrarnos a nuestro paso (y en este caso de descenso)
a corredores de la mini Yeti. Los cuales cuando el que suscribe alzaba la
mirada y veía por donde estaban bajando, para mí mismo me decía, que me
resultaría imposible (no subir por el referido tramo), sino bajar por los
calambres que presentaba.
Lo digo porque ya me costaba la vida levantar una
pierna y la otra para seguir el paso, pues si le añadíamos posteriormente
descender toda aquella inmensa pared. Me parecía irrealizable.
Bueno, pues inclusive en algún que otro tramo rezando
(que os debo decir que no es la única vez que lo he hecho), arriba del Morrón
de Alhama me esperaba mi gran hermano Mister Morcillo., para a su paso darme la
última de las golosinas energéticas que nos quedaban.
Una vez ingerida la misma, lo que tocaba era emprender
el descenso por donde justo lo habíamos ascendido antes. Afrontábamos los
últimos 9 kilómetros de carrera y en este caso cuesta abajo. No sé que fue peor
para mí, si subir o bajar en este caso.
Días atrás (como en líneas arriba os hacía mención),
el Gran Pedro La Jaima, nos ponía en conocimiento que a partir de dicho momento
no iba a darse ya ninguna dificultad. Que los primeros km que nos
encontraríamos de descenso, transcurrirían por una senda un poquito escarpada
pero que rápido saldría a una pista arbolada de pinos, la cual
nos conduciría atravesando una rambla hasta la línea de meta.
Pues lo que se suponía que para mí iba a ser lo más
fácil, se convirtió en un verdadero infierno. Pronto me di cuenta de ello y
llevando a Mister Morcillo a mis espaldas y a ritmo, no lo dude ni un instante
al ver los síntomas que presentaba. Le dije que continuara a su ritmo. Que
hiciera su carrera y que por mí no se preocupara, que esta guerra iba conmigo y
la iba a librar a solas.
Iba roto. Con unas malas sensaciones, las cuales no
quería que perjudicaran a mi Morcillo. Si me hubiera sentido bien. Si las
sensaciones hubieran sido las correctas, no lo hubiera dudado ni un segundo en
pegarme a su lado, y si hubiera podido aguantarle el ritmo (porque he de
deciros que ya está intratable), hubiera entrado junto a él por la meta.
Hubiera sido para mí un auténtico placer, verlo ahí a mi lado y como uno de los
grandes.
Pero me resulto imposible por el ritmo impuesto. Para
ver si remitían mis calambres ya solo en carrera, me saque media barrita que me
quedaba de Vitargo y energética. A primer bocado, y al ir a guardármela de
nuevo en mi bolsillo y adelantando a otro corredor, éste al momento y a mi paso
me dijo; "ME DAS UN TROZO"? Vaya si te doy compañero pensé. Sin dudarlo
un instante y sabiendo que más abajo me encontraría el último de
los avituallamientos, se la di entera. Lo que me quedaba para que pudiera
reponerse del momento.
Sé que si me la pidió era
porque tremendamente la necesitaba. Esa circunstancia me trasladaba a
competiciones pasadas y en este caso a nuestro último RETO de este año, ( Los
120 km por una buena causa), que fue correr desde Cartagena a Elche sumándole
una vez llegáramos a dicha localidad la media maratón que allí se celebraba.
Pues en un tramo de esa competición y calculo yo que
llevaríamos aproximadamente 110 km en el lomo y sin nada que echarnos a la
boca, cuando de repente y por arte de magia nos dimos cuenta como uno de los
corredores que nos precedía portaba a sus espaldas un paquetito de Kit Kat de
chocolate.
Os podéis imaginar el momento. Ni el mejor caviar ruso
del momento nos hubiera entrado mejor. Uno del grupo no lo dudo ni un instante,
se acerco al compañero y sin conocerlo de nada le dijo cual era nuestra
situación y si nos lo daba.
No lo dudo. Cuanto le estamos agradecidos por ello.
Enteretico que nos lo dio. Cuatro barritas de chocolate que se convertían en el
mejor manjar del momento. Reponiéndonos las pilas para poder completar nuestra
hazaña. Sin conocerlo, siempre le estaremos eternamente agradecidos.
Por ello en esta competición y viviendo como anillo al
dedo, el recuerdo de nuevo se hizo patente en mi persona. Por ello no lo dude,
porque estaba en deuda con el destino y esa la mejor de las maneras para
sentirme agradecido. Que no quita que si mañana se me presentase el momento
haría lo mismo. Por supuesto. Es lo que nos diferencia del resto de los
mortales. Compartir sin esperar nada a cambio.
Continuando y con las fuerzas en su justa medida
llegaba a ese último avituallamiento. Ahí me daba cuenta que alimento no me
hacía falta. Aunque creo recordar que alguna que otra galleta de chocolate príncipe
me comí acompañado de un gran trago de acuarios.
Pero bebida, ufffffffffff, iba bajo límites
y recargue de nuevo todos mis botellines. Ahí en ese justo momento empecé
a entenderlo todo. Ya sabía el motivo de mis calambres y tirones. Me había deshidratado
al ponerme demasiada ropa para afrontar la prueba.
Pensándolo, en gran parte de la competición pasé mucha
calor. Guantes, manguitos gorro, bufff de terciopelo y camiseta técnica de
interior, hicieron que mis niveles corporales se activaran más de lo normal y
tuviera mucha calor en gran parte del recorrido.
Pero os puedo asegurar que pasado lo pasado, vivido lo
vivido y sufrido lo que sufrí, no me arrepiento de nada de lo hecho. Al
contrario, me alegro tremendamente porque esta es de las únicas manera que se
crece interiormente y se aprende.
Lo que si doy gracias es a Dios, por haberme otorgado
una vez más el poder de llegar a meta y terminar la competición sin
consecuencias. Que las pudo haber y muy jodidas. En líneas más abajo ya os diré
porque.
Dejando ya el último avituallamiento como os decía, y
escuchando como llegaba mi compañero Antonio Funes a él, éste no dudaba ni un
instante en reclamarme a los allí asistentes y que nos abastecían de bebida y
comida, que le sirvieran un plato de magra con tomate y una de calaramares. ja
ja ja ja j. Es tremendo mi Rambo. Qué bueno.
Desde ese mismo momento nos tocaba afrontar una parte
no difícil pero si muy complicada por cómo se presentaba de mojado el terreno.
Resbaladizo es poco. Parecía más bien, una pista de
patinaje , sumado que entre medias te encontrabas piedras de diferente tamaña y
a cual (sino llevabas cuidado) tenías cojones a tragarte.
Esa senda me hacía trasladarme a km atrás de esta
misma carrera y visualizar de nuevo otra tremenda bajada y en este caso con una
tubería de por medio.
¿Alguien da más dije?, Ufff, menos mal que ahí en ese
tramo iba fresco como el queso tierno. Pude solventarlo sin ningún tipo de
problemas.
Bueno por deciros, que a punto estuve de caerme, pero
me salvo una bendita arqueta puesta a mis paso. Vamos, que ni pinta me dije.
Pues solventado todo ese tramo e introduciéndonos en
la citada pista forestal la cual en líneas arriba comentábamos, para afrontar
los últimos km de la prueba, a mi lado se me ponía el de la magra con tomate y
los calamares. Joderrr le dijo yo cuando lo vi aparecer. Ni se te repiten
hermano. Vas fino, fino. Ja.
Antonio Funes y un servidor emprendíamos ese último
recorrido y en mi caso asegurando adentrándonos en la zona conocida como la
Rambla de las Brujas. Y vaya si vimos brujas. Un par de ellas de los dos
talegazos que me metí mientras transitaba por ella.
Al introducirnos en dicha rambla y al no encontrarnos
ya desniveles considerables de por medio, mi zancada se acomodaba al terreno,
hasta que llegado el caso y no sabiendo ni porque ni de qué manera, me
nombraban muy a pesar mío, de nuevo Concejal de Urbanismo de la zona del Berro.
Tremenda ostia, la primera que me pegué. Ahí he de
decirlo, sin duda, que quien me salvo del momento y me saco de tal atolladero
para que no me quedara postrado sobre el terreno, fue mi queridísimo RAMBO.
Ese fue mi verdadero Ángel de la guarda en esta
competición. Después de tremendo pellejazo mis sensaciones del momento fueron
que parecía que todo mi cuerpo por momentos se iba a desmontar sin pensárselo.
Nada más aterrizar en el suelo, le dije que por favor
y rápido me levantara. Que notaba como me acalambraban todos mis músculos. No
se salvaba ninguno. Desde el dedo meñique hasta el último pelo de mi coronilla.
Que sensaciones de verdad. Os digo que fue tremendo.
Que mal momento ahora que lo pienso. Puesto en pié de nuevo y dolorido por
todos y cada uno de mis costados, reseteaba el disco duro (como de costumbre),
y viendo que solamente era dolor lo que presentaba y algún que otro corte en
una de mis manos (izquierda), le dije a Antonio Funes que continuábamos.
Así fue, y así lo hicimos, pero lo inesperado fue en
este caso ( e inaudito porque nunca me había pasado), aunque siempre dicen que
ha y una primera vez, y en este caso dábamos constancia de nuevo de ello,
pasado unos metros, me pegaba un segundo pellejazo .
Este no sé si por suerte del destino o porque salió
así, si lo grabe. Sin palabras me quedo cada vez que lo observo. Solamente doy
gracias de nuevo a mi gran salvador, el cual sin dudarlo de nuevo se paro y me
dijo; "CHACHO TU QUE TE HAS PROPUESTO EN EL DÍA DE HOY?, ENSEÑARLES AL
RESTO DE CORREDORES LAS MIL FORMAS DE CAERTE Y NO HACERTE DAÑO Y SEGUIR
CORRIENDO?. Ja ja ja ja. Eso fue lo que me curo del momento. Eso fue lo que me
hizo salir de la situación. Eso y la mala ostia que me entro al ver que de
nuevo me había ido al suelo.
Magullado, dolorido, y con las fuerzas por los suelos.
Lo que no me faltaron en esos momentos (que considero que era importantísimo),
fueron huevos para terminar lo que horas antes habíamos dado comienzo,
Y vaya si lo terminemos. Y para mí de las mejores
maneras que se podían dar. Junto a mi salvador y entrando juntos por la línea
de meta.
Sé que vendrán nuevas y mejores competiciones. Sé que habrá
mil entradas de nuevo en metas. Pero esta, si mi corazón se compone de 1000
cuartas, ya va guardado de por vida en una de ellas.
Fue especial y
emocionante. Mágico diría yo . La verdad que veo las imágenes y me emociono por
lo conseguido y transmitido durante toda la ejecución de la carrera y más en
ese final de etapa.
En fin, ya pasada
la línea de meta y viendo el tiempo empleado (5h42mtos), tampoco me puedo
quejar. Ha sido tremenda y épica la hazaña que hemos conseguido. Jamás pensaba
terminar dicha competición de esta manera. Pero una vez finalizada la misma,
digo a voz en grito, que ha merecido la pena.
Una vez ya en
línea de meta, allí nos esperaban los nuestros. En primer lugar nuestro incombustible
Javier Martínez mateo (fotógrafo oficial de la Brigada). Después ya los vítores
y abrazos junto con saludos a doquier, eran por nuestros Yeclanos, componentes
de Roller Master y resto de amigos y compañeros que habíamos participado tanto
en la mini yeti como en la grande.
Plataco de migas,
junto con una buena cerveza, nos situaba de nuevo en la vida. Nos congratulaba
y nos bendecía por tremendo triunfo personal conseguido.
En línea de meta
cuando volví a ver los míos, Mister Morcillo y Ángel Mayor, la alegría se
acrecentaba más aún si cabe. De verlos a ellos también tremendamente felices
por lo logrado.
Por lo demás
deciros que ha merecido la pena toda esta locura. Que estoy deseando que sea el
año que viene para volverlo a repetir, pero en este caso la Challenger entera.
AGRADECIMIENTOS:
Antes que nada ni
a nadie, a nuestro JAVIER MTEZ. Nuestro cámara el cual siempre ha estado junto
a nosotros sin ningún tipo de ánimo de lucro. Gracias hermano. Sabes que me
tienes para lo que te haga falta. Un fuerte abrazo.
PEDRO LA JAIMA y
FRAN FUERTES: Gracias a estos dos compañeros por otorgarnos el placer dos
semanas antes de la competición de poder entrenar por dicho paraje y a su lado.
De esta manera y gracias a ellos, en todo momento estábamos situados en
competición sabiendo en cada momento a lo que nos íbamos a enfrentar. Que os
puedo asegurar que es muy importante,
BÁRBARA JUDIT:
Gracias guapísima por otorgarme el inmenso placer de correr a tu lado. De
sentir tus zancadas detrás mías, y posteriormente tu respiración una vez me
adelantabas. Tremenda y súper motivante verla como desarrollaba cadencia en
plena subida al pozo de las Nieves. FELICIDADES por partida doble.
LOS YECLANOS: Que
voy a decir de mi otra gran familia. De mis amigos Los Yeclanos. Blas, Manuel y
tremendo grupo el cual los acompañaban. Gracias por ese pedazo de dulce que
quitaba el sentido y te hacía ponerte de nuevo en parrilla de salida para
afrontar una nueva competición por la carga calórica ingerida. UN ABRAZO.
Componentes de la
BDM X-TREM FM. Gracias Mister Morcillo. Gracias Ángel Mayor, Antonio Funes y tu
Amparo. Si no llega a ser por ella, todavía estoy por esos parajes intentando
abrocharme la cordonera.
De nuestro
(Alluyipegu), no podemos olvidarnos tampoco por tremenda gesta conseguida. Un
fuerte abrazo José Luís.
JUANDE: Como
siempre y las competiciones que hago frente si tu no estás maestro, para mí no
es lo mismo. Por ello pido que en cada una de las competiciones a las cuales
haga frente pueda tenerte delante para disfrutarla a tu lado. Un beso a Conchi
y tremendo abrazo para ti.
ANDRES MOLINER y
mi MAGO CORCÍN: A ellos y desde la distancia americana decirles que los he
llevado conmigo en los tramos más jodidos. Sobre todo en el cortafuegos y las
imágenes del momento darán fe de ello. Estoy deseando teneros cerca y volver a
disfrutar juntos de nuestros específicos. Cuidaros que para mí sois muy grandes.
FRAN NORTES: Gracias por las instantáneas compañero. Un fuerte abrazo yn os vemos en la próxima.
MANUEL BARRANCO:
Desde lo más alto. Desde ese lugar en el que se que te encuentras. Decirte que
te he sentido muy cerca al coronar el Morrón de Alhama. Hermano desde tu
ausencia en cada competición que llevo a cabo, de cada cuatro latidos que mi
corazón da, uno de ellos es tuyo. Fíjate si te siento y me acuerdo de tú. Como
se que tu también te acuerdas y cuidas de mi en cada una de mis competiciones.
Gran parte de que pudiera terminar la competición fue tuya y lo sé. Sé que
teniendo al lado tuyo a nuestro jefe supremo llamado JESUS, le dijiste; maestro
ayúdalo y que termine lo que ha comenzado. GRACIAS MANOLICO. Te quiero.
Y para finalizar a
MI FAMILIA. A mis dos hijos (Daniel y Marcos), Sin ellos todo esto no podía ser
posible. Y sobre todo, por mi mujer Alicia (La cerillica).
Gracias mi vida
por estar siempre ahí, y saber entenderme como me entiendes. Con mis subidas y
bajones. No todos los días salen soleados para mi persona, y ella es la única
que sabe situarme y darme ese calor que solamente el SOL sabe otorgarme. TE
QUIERO.
NOTA: De la
organización decir, que un plato de comida y una buena ducha gratis no se le
niega a nadie. Por lo demás , dentro de lo que cabe, perfecto.
ENLACE DEL VÍDEO DE LA COMPETICIÓN:
https://www.youtube.com/watch?v=etkHCBNeEFM&list=UUrEasi4OKO04Kx57BqOTpxA&index=1&feature=plcp
ENLACE DEL VÍDEO DE LA COMPETICIÓN:
Que bonita cronica y no por larga aburrida, como dice alguien. Carreron y detallazo con los agradecimientos. A mi me ha encantao. Un saludico.
ResponderEliminarOle,ole hermano, que bueno eres escriviendo. Parece que haya echo la carrera yo, piensa que te sigo des de vilanova i entreno para hacer la kilian el ano que biene con tigo
ResponderEliminarOle hermano como escribes.
ResponderEliminarPerò entrena tambien que jo des de vilanova hago lo mismo para que el ano que viene podramos correr juntos la especial de kilian.
Hola, saludos.
ResponderEliminarSoy Angel Valverde, y formo parte de la organización del YETI TRAIL.
Gracias por tu participación y por la crónica de la prueba.
Nos alegra que estés deseando repetir el próximo año la prueba (nada menos que el "CHALLENGE"), prepárate bien, los 35 km. de bici son cortos, ...pero duros.
Para terminar me gustaría que me dijeses que quiere decir el comentario sobre la comida y la ducha, ya que había comida para todos los participantes y duchas habilitadas, aunque estas en Alhama de Murca ya que en El Berro no hay duchas excepto las del Camping Sierra Espuña que pusimos a un precio de 2€ (cuando su precio real son 5€).
Por tener tenemos incluso servicio de Fisioterápia gratuito para los corredores, que espero utilizases para reponerte de tus problemas físicos durante la carrera.
Gracias de antemano por tu respuesta, eso nos ayudará a mejorar en el futuro.