lunes, 30 de julio de 2012

Semana de volumen preparatoria para la Subida al Veleta


MEDIO VELETA EN SIERRA ESPUÑA:

Este es el título con el que hemos bautizado al entrenamiento de esta mañana. El mismo ha sido realizado en lo que ya conocemos como Campamento Base 4. 

La zona de Sierra Espuña de nuestra queridísima Murcia ha sido testigo de un específico y de los buenos. A las 04:15 horas sonaban los despertadores para ponernos en pie y comenzar una nueva jornada de entrenamiento.



En este caso los que íbamos a coincidir y dar rienda suelta a todo lo que en breve os vamos a contar eran (como siempre en este caso), Mister Morcillo, un servidor, Ángel Mayor y un nuevo componente al grupo llamado José.

Los cuatro la noche antes (como os decía) mediante llamada telefónica quedábamos para salir desde Cartagena a las 05:10 desde el Paseo Alfonso XIII.

Puestos ya en camino y en dos vehículos por si una vez allí había algún contratiempo llegábamos a la zona de estacionamiento a las 05:50. Los vehículos los dejábamos estacionados justo en la Venta el Jarro de Oro.


Desde allí equipados comenzábamos una auténtica locura. Ya conocíamos la zona del entrenamiento anterior. Pero nos supo a poco y en este caso queríamos aprovechar la mañana para acumular lo máximo posible y ponernos en situación para la próxima competición que vamos a llevar a cabo por tierras granadinas haciendo frente a la subida al Veleta. 

La etapa a desarrollarse en el día de hoy es de poco contar y mucho sufrir. Muy fácil en ejecución, pero muy difícil en llevarla a cabo. Se trataba de ascender desde donde teníamos los vehículos estacionados hasta todo lo alto del Morrón.

Una subida exigentísima de 23 km nada más y nada menos. Con un desnivel en positivo una vez en lo más alto de casi 1600m.

Puestos en ruta, dábamos comienzo a los primeros metros del recorrido. Poco a poco y con sumo cuidado ya que no habíamos sido previsores (bueno el estratega Mister Morcillo como siempre sí), y gracias a él y su frontal pudimos resguardecernos de los peligros y hacernos visibles ante la inmensidad de dicha sierra.



De esta manera comenzábamos a sentir ya el volumen de verticalidad a lo cual hacíamos frente. Las piernas nos pesaban y el camino no era nada fácil.

Uno de los momentos que más me gusto de este entrenamiento fue justo el momento cuando comenzó a amanecer. Joder me decía a mí mismo, que afortunado soy de poder contemplar esta maravilla.

Se iba descubriendo lo que ante nuestros ojos se mostraba. Una tremenda y maravillosa Sierra que desde su inicio hasta su final no tiene ningún desperdicio. Y al final del todo, se divisaba nuestro destino final. El alto del Morrón.

Qué locura me decía mientras seguíamos ascendiendo. Pero no se trataba de lamentarse sino de disfrutar y llevar a cabo en su totalidad el entrenamiento según lo habíamos planeado.



Casi ya en el km 11 de subida llegábamos a la zona conocida como Mirador de la Fuente. Ahí Ángel Mayor y un servidor imprimíamos un ritmo un poquito más rápido que el del resto de compañeros. Queríamos poner la maquinaria al 100 X 100 y ver las sensaciones vertidas hasta llegar a lo más alto.

Con una tremenda fuerza Ángel iba ascendiendo lo que hacía que yo en este caso me pegara a él lo máximo posible y aguantar su ritmo.

Llego un momento que entre ambos concretamos realizar un pequeño específico y cada 500 metros ir uno delante del otro. De esta manera conseguiríamos que el entrenamiento fuera más ameno.

 Así fue, y también he de decir que entre nosotros tuvimos que decirnos "Amarra el pony", que si seguimos a este ritmo lo único que íbamos a conseguir era reventar y luego lo que nos tocaba era bajar todo lo subido y de sobra íbamos a sufrir de lo lindo. Tampoco se trataba de eso y con conocimiento ante la causa hicimos lo correcto e imprimimos un ritmo el cual nos hizo llega a todo lo alto después de 2h30 minutos de ascenso.



Arriba de todo lo alto. Desgranábamos lo que había sido esa parte de la subida. Tengo que decir que debido al último específico llevado a cabo en dicha zona junto a Juande y Miguel Baseras, los últimos 5 km se me hicieron tremendos.

Como sabía la distancia exacta que nos quedaba desde donde la última vez habíamos estacionado los vehículos y pensando que teníamos de ascensión 21 k, me di cuenta en seguida que saldrían algunos más. En este caso 2km más, y te puedo decir que a esas alturas 2km más, nunca mejor dicho y como nuestro gran compañero Jesús Ingles dice, el km se vende caro.

Agachando la cabeza y siguiendo los pasos de Ángel Mayor (como os decía) llegábamos a lo más alto con unas vistas insuperables. Inimaginables para mis ojos ya que la otra vez estaba todo con niebla y hoy el sol se hacía patente la inmensidad delante nuestra.

Que pequeños somos ante lo que es nuestra madre naturaleza. Que diminutos y cuanto daño le hacemos si nos lo proponemos. Con lo bien que se porta ella con nosotros y lo que nos regala a nuestros ojos no tiene precio.



Ascendiendo una vez más hemos tenido la oportunidad uno y otros observar la fauna de dicha zona. Una vez más hacían acto de presencia Arruís y ardillas. Estas a nuestro paso saltaban a la carretera y parecía que te invitaban a que las siguieras para mostrarte otro camino.

Ahora eso sí, había que estar bastante fuerte para seguir a las condenadas. Que delicia y que locura poder contemplar tanta belleza mientras se corre.

Como os decía, después de coronar dicha zona y hacernos las pertinentes fotos y esperar a que el resto del grupo coronara también el Morrón, descendimos afrontando en este caso y a la contra 23 km de descenso.

Uffffff, y nos creíamos que lo difícil era subir. Já, me rio. No os digo nada como se nos hizo la bajada. Por lo menos lo que concierne a mí. Ahí sí que tienes que tener cabeza y no dejarte llevar por las locuras. 



Ten en cuenta que durante mucho tiempo has ido en subida y de golpe ponerte a bajar hacían activarse músculos antagónicos y la lesión podía venirte en cualquier momento.

Asegurando. Sintiendo y disfrutando como se podía descendíamos metro a metro. Kilómetro a kilómetro hasta llegar de nuevo hasta el Mirador de la Fuente.

Ahí el chasco fue tremendo para el grupo. Una tremenda hostia inesperada para nuestra cabeza. Era aproximadamente el km 36 del específico y momentos antes habíamos decretado hacer una kit kat en dicha zona y reponer fuerzas.

Para pararnos si, pero reponer fuerzas como teníamos pensado no pudo ser. El chiringuito que había en dicha zona estaba cerrado a cal y canto. Lo único que nos aplacó un poquito nada más las malas sensaciones que llevábamos hasta ese momento fue una pequeña fuente (si se podía catalogar como tal), porque de lo que se trataba era de un pequeño conducto con una pequeña salida de agua que daba a un cauce. Y de esta manera llenar uno de nuestros botes y que llevábamos vacío para poder refrescarnos la cabeza y seguir hacia a delante.



Todo ese descenso para mí fue una auténtica locura psicológica. Mis sensaciones no eran buenas y quizás había pagado y de qué manera el esfuerzo de más en dicho ascenso previo.

Fui consecuente y fui analizando poco a poco lo que me quedaba. Sin agobiarme en su totalidad fue fraccionando los km restantes para que estos no se me hicieran muy pesados.

Primero partiendo del km 23 ver cuando se aproximaba el 25. Desde allí ver cuando se focalizaba en mi GPS el km 28 y una vez conseguido ver que ya entrábamos en el 30.

Ya en el km 30 sabía que nos quedaba poco para llegar hasta el mirador de la fuente. Pero para no agobiarme antes quería que todo fuera como hasta el momento. km32, km34 y así cuando menos me lo esperé llegábamos a la zona.



Ahí he decir que al escuchar a mi compañero Mister Morcillo anunciar que para llegar a meta nada más que nos quedaban 11km todo cambio. Seguía tremendamente jodido de piernas. Pero las sensaciones eran otras. 



Ya cada vez veía más cerca nuestra meta. Nuestro objetivo. Ese que la noche antes me había propuesto. Por eso de la misma manera que lo había hecho hasta ese momento, seguí con mi estrategia. No miraba cuando llegaría el km 47 no. Miraba que sin querer me aproximaba al 40. De ahí saltamos en poco tiempo al 42,  y en breve observamos el mojón que nos anunciaba que nos quedaban apenas 5 km para completar la etapa.

A mis compañeros durante todo este descenso los vi fuertísimos. Sin ningún atisbo de flojedad. Y si tremendamente seguros de todo a lo que les hacían frente.


José habían tramos que se adelantaba al resto e imprimía un ritmo que a mí me hacía asegurar y seguir en mis trece. De Ángel que decir. Ufffffffffff, si subía bien, bajar lo que era bajar de auténtica locura. Jugaba con el resto del grupo como le venía en gana. Parecía él el león y nosotros sus gacelas. Cuando quería se dejaba caer a un ritmo insuperable y cuando volvía a querer aguantaba y nos esperaba.

Es un auténtico bárbaro. Una auténtica máquina. Fortaleza pura la que tiene este compañero que si se suma a una buena cabeza el día de la subida al Veleta dará que hablar acordarse.

Sin más, el grupo decreto llegado el momento y en último km pararse por completo y andar hasta llegar a los vehículos. De lo que se trataba era de soltar piernas y no introducirse en el interior del vehículo hasta Cartagena.



Bueno he de decir que todos no. José, haciendo alarde a su experiencia y condición física, a última hora se separo del grupo y fue el primero en llegar a la zona de salida.

Allí y con tremenda amabilidad tuvo el detalle de prepararnos una mesa con el mejor de los manjares en la Venta del Jarro del Oro. 

Vosotros sabéis lo que es llegar exhaustos y encontrarse (como os decía) una mesa con mantel puesto y encima de esta una botella de litro de cerveza bien fresca, acompañada de un plato de jamón serrano con queso y almendras sin olvidarnos de eso otro plato de buñuelos de bacalao con alioli.



Sin palabras el momento. Desde ese mismo momento y al primer bocado y trago desaparecieron todos nuestros males hasta ese momento.

Ya de lo que se trataba era de disfrutar. De comentar la experiencia y de saber que no era la última vez que la íbamos a visitar.

Así sin más que contar y mucho que sufrir como os decía al principio de esta crónica terminábamos lo que hacía casi 5 horas habíamos dado comienzo.

Revisando nuestros GPS nos anunciaba lo que ya sabíamos. Que lo que habíamos hecho habían sido 47 km en un tiempo de 4h50 minutos.

ENLACE DE RUTA SEGÚN GPS: http://connect.garmin.com/activity/200164540


ENTRENAMIENTO "FORTACHIN 42 KM" ESPECIFICO POR CARTAGENA PREPARATORIO PARA EL VELETA:

En el día de hoy el planteamiento de entrenamiento era muy similar al realizado en la última ocasión. Por las molestias ocasionadas y la carga acumulada, decidía dejar descansar un día y de esta manera recuperarme al cien por cien para hacer este siguiente específico.

Hoy nos juntábamos dos corredores nada más. El resto del grupo por varios compromisos les resultó imposible sumarse al específico. Así de ésta manera Ángel Mayor y un servidor nos poníamos manos a la obra.

A las 04:15 horas sonaban las sirenas las cuales anunciaban el preludio de otro día de los grandes en el aspecto deportivo. El madrugón era tremendo y el arrancar a estas horas de la madrugada os puedo asegurar que cuesta.

Pero lo bueno de tener gente responsable y buena al lado tuyo, hace que todo se haga más fácil. Lo digo por la puntualidad que tiene la gente que entrena con nosotros. No hay escusas ni fallos al respecto. Si se queda a una hora (sea a la que sea) se está y a entrenar se ha dicho.



Es lo bueno y lo que sumamente me motiva. Yo os puedo asegurar que en el interior del vehículo y de camino al lugar de quedada puedo estar algo desmotivado, mejor dicho y en este caso, cansado. Pero cuando llego a las inmediaciones y veo los vehículos del resto de mis compañeros esperándome las pilas se me cargan y es cuando me digo a mí mismo. Ehhh??? Ya no hay escusas ni pretextos. Lo que toca ya sabes lo que es. Entrenar, sentir y sobre todo disfrutar de todo lo que se nos ofrezca en compañía en el día de hoy.

De esta manera como os decía al inicio de esta crónica Ángel y el que suscribe a las 05:00 en punto nos encontrábamos en los aparcamientos del Prica de Cartagena. En este caso y por las horas las cuales eran nuestro campamento base permanecía cerrado.

Desde allí dábamos comienzo al específico en cuestión. Hoy de nuevo asfalto en su totalidad. Y por delante nuestra nos separaban las temidas y sufrida Ruta de las Fortalezas.

La intención era realizar todo el recorrido exceptuando la última parte. Subida al Mirador del Roldan y Castillo. Queríamos asemejar la carga lo máximo posible a lo que nos vamos a encontrar en Granada próximamente en la subida al Veleta.

Nos poníamos en marcha con nuestros frontales en funcionamiento, que hacía que al resto (y pocos en este caso) de transeúntes se fijaran en nuestra presencia no si antes (y estoy completamente seguro), pensar que dos tipos a esas horas van equipados con semejante atuendos y para más inri e increíble corriendo.



Como digo yo, la locura es transitoria y a unos les da por hacer una cosa y a nosotros por correr. No creo que haya nada malo en ello. A pesar de estar cansado hasta la saciedad de escuchar que estamos locos. Yo ante dicha afirmación siempre respondo igual. Sí, estamos locos, pero ante todo sabemos lo que corremos y por lo que lo hacemos. Si ellos supieran lo que este loco mundo nos aporta a diario.

De esta manera nos adentrábamos en lo más profundo de mi ciudad de Cartagena. Que por cierto a esa hora debo decir que está preciosa. Silenciosa como ella sola.

Desplegándonos por todo su centro llegábamos hasta el comienzo de la Subida al Monte del Calvario. Esa subida y bajada fue preciosa. Por lo que os comentaba anteriormente. Por ver como poco a poco y según se iba ascendiendo, ver como se presentaba nuestra ciudad a nuestros ojos.

En este momento he de decir, que una vez en todo lo alto del Calvario no pude contenerme e introducirme por el interior de su paraje a pesar de estar la puerta principal cerrada, y llegar hasta lo más alto de la ermita, y desde allí y tocando (una vez más para mí el cielo), en este caso el madero, agradecerle a mi Virgen todo lo que está haciendo por mí, mi familia y amigos al respecto.

Abajo del todo y habiendo conseguido la primera cima, nuestro siguiente objetivo era ascender hasta todo lo alto y posteriormente descender del Monte de San Julián.



Uff, si bonita el ascenso al Calvario, no os digo nada esta ascensión hasta la misma entrada del Castillo. Esta en concreto fue especial porque fue cuando nos pillo que nuestra ciudad se despertaba ante un nuevo día. Un nuevo amanecer y de , manera se nos presentaba. Para mí de las mejores formas que se me pueden otorgar. Corriendo y disfrutando de mi ciudad, no puedo pedir más.

Abajo del todo y encaminado en el asfalto, proseguimos hasta coronar el alto del Castillo de la Concepción (Castillo de los Patos). Ahí una vez comenzábamos a bajarlo hubo una variante inesperada en el recorrido. No pudimos descender por el interior del Teatro Romano al estar este cerrado. Con lo cual tuvimos que recorrer por su parte trasera toda la muralla y llegar hasta la calle cañón para de nuevo proseguir con la ruta original de las Fortalezas.

Con casi 25 km en las patas, las sensaciones llevadas a cabo eran regulares. Me encontraba cansado. Ángel iba al pelo. Lo veía fuertísimo. En tramos que incluso le decía que se fuera y cogiera su ritmo, él fue cauto y siguió a mí lado.

Así, encaminábamos dirección hacia la Batería de Fajardo. Este fue el único tramo que cogimos que no fue de asfalto. Necesitábamos aunque fuera un poquito nada más volver a nuestro feudo. A la montaña. Así poco a poco, y aquí si he de decir que Ángel se quito una espina, ascendimos hasta todo lo alto. Yo a mi ritmo y Ángel Mayor como un rayo.



Arriba del todo tocaba recuperarse por el esfuerzo ocasionado. Yo empezaba a encontrarme mal. No sabía lo que me pasaba pero las piernas no me respondían y empezaban a darme unos pinchazos en la parte posterior que se me antojaba que en un momento dado se me pudiera salir el femoral de su sitio.

Cauto y con cuidado ascendimos hasta llegar al cruce donde de nuevo nos introducíamos en un mar asfáltico que nos llevaría hasta todo lo alto del Castillo de Galeras.

En este tramo la presencia humana ya se empezó hacer patente en bicicletas. Muchos ciclistas nos cruzábamos por el mencionado sitio que subían y otros bajaban el referido Castillo.

Nosotros, (y en este caso yo con las fuerzas bajo mínimos), llegábamos a todo lo alto del Castillo. Ahí le dije a Ángel que mis sensaciones no eran muy buenas. Que no quería repercutir en su entrenamiento y que se dejara caer a su ritmo hasta llegar a la misma entrada de ascenso al Castillo. Que recuperara y me esperara.



Una vez más he de agradecer su paciencia porque fue rotundo. Hoy no estamos inmersos en ninguna competición y lo que toca es ir junto. Lleves las sensaciones que lleves seguiremos juntos hasta la finalización del entrenamiento, y si hace falta parar paramos. Lo importante es asegurar y no lesionarnos.

Ufff, ante semejante afirmación lo único que me toco manifestar fue que una vez llegáramos a lo más bajo, andaría un tramo hasta llegar a la misma entrada de Navantía y a partir de ahí ya vería lo que decidiría al respecto.

Lo que nos tocaba todavía afrontar era otra tremenda subida con su no nada especial bajada, como es la del Castillo de las Atalayas.

Bueno pues hasta lo más bajo como os decía lo pase criminal. Dios que sensaciones cuando uno quiere y no pude. Cada vez notaba que acortaba el paso y que la parte específica se me resentía más.

Vista la puerta verde, le dije a Ángel que cuanta gana tenía de verla. Quería decir que el paso para andar un poco lo tenía en breve. Ahí en la misma puerta paraba por completo y nos poníamos andar. Era el km 36 de ruta. No sabía si iba a poder afrontar el último tramo que nos quedaba ya que inclusive me faltaba líquido. Me había bebido una vez más los 4 botes de isotónico que llevaba.



Pues en ese mismo momento que pensaba mandar al traste el entrenamiento en cuestión  e irme hacia los aparcamientos, Ángel dijo las palabras mágicas. Quieres reponer agua. Yo sorprendido y encontrándonos en la zona que nos encontrábamos me quede perplejo porque dije para mí, ¿de dónde vamos a sacar agua dónde estamos?, y más bien fresca como me resalto.

Yo sorprendido le dije que adelante, que me llevara hacia dicho paraíso. Hacia ese oasis inimaginable para mí llegado el caso.

Qué bueno. Tenía un as en la manga. De una fuente inesperada hizo que mis botes se recargaran al completo de la mejor agua de la zona y como bien dijo él fresquita, fresquita.

Si bueno fue ese momento aun quedaba lo mejor para mí cuando Ángel me dijo, como te encuentras de las patas. Le dije que jodido. Y ante tal afirmación me dijo: quieres un Ibuprofeno 600. Chachooooooooooooooooooooooo le dije; que llevas "pichicas de gato" y no me has dicho nada. Dame una que la necesito como el comeré.



Bendita sea entre todas las pastillas habidas y por haber. Pasados 10 minutos de la ingestión todos los males desaparecieron y el ritmo volvió a ser el de antes.

Ufffff que bien me encontraba y como subimos a todo lo alto del Castillo de las Atalayas. Si la subimos bien, no os cuento como nos dejamos caer y de esta manera llegábamos a los aparcamientos.

Que finalización de específico. Que sensaciones tan tremendas y que gracias tengo que darle de todo ello a Ángel.

Siempre se aprenden cosas buenas y hoy he aprendido una y gracias a él. Y es que por muy bien que te encuentres antes de salir al entrenar, tienes que ser precavido y saber lo que te puedes encontrar. Por ello, lleva siempre contigo, papel de cagar (que esa es otra que no os voy a contar y que de nuevo me ha vuelto a salvar), junto las maravillosas pichicas de gato y otras que hasta día de hoy no había probado y que van a formar parte de mis específicos y competiciones futura.




De las que os hablo son las pastillas de sales minerales de isostar. Son buenísimas. Ya había oído hablar de ellas pero no las había probado. Como en el día de hoy hasta si me hubierais puesto una pata de cabrito por el camino me la habría comido, pues las he probado. Y he de decir que de escándalo. Fácil de digerir en plena carrera y las cuales nutren de lo necesario a tu cuerpo por todo lo perdido hasta ese tramo.

Sin más, despedirme y deciros que en total hemos Hecho 42 km en un tiempo de 4h30.

ENLACE DE RUTA SEGÚN GPS: http://connect.garmin.com/activity/201365941


ENTRENO LLEVADO A CABO POR EL PUNTAL DEL MOCO:




En el día de hoy debo decir que el entrenamiento que hemos llevado a cabo (o mejor dicho, he llevado a cabo), ha sido excelente y maravilloso. Con una ruta corta en extensión pero exigente en su realización.

Hoy como os decía por avatares y circunstancias de la vida, me tocaba afrontar a mí solo el específico programado. De vez en cuando (alguna que otra ocasión ya os lo he comentado), también viene bien salir solo y conocerse a uno mismo.

Lo que os decía. Esta semana tocaba la semana de descarga. De poco volumen en km y máxima exigencia en ritmo a lo que se refiere.

Tenía programado para el día de hoy un máximo de 2h de específico. Un planteamiento que nada más llegar a nuestro campamento base a las 08:00 en punto de la mañana, lo determinaba mientras me calzaba mis zapatillas de montaña.



Nunca me gusta ir con un específico en concreto. Una vez en mi campamento base me gusta escuchar a mi cuerpo y que él en ese mismo momento me dicte lo que quiere que hagamos. De esta manera me concretaba que la etapa a realizar iba a ser fácil.

Comenzaríamos desde nuestro campamento base (propiamente dicho) cogiendo dirección hacia las carihuelas. Una vez en el altiplano de éstas, nos dejaríamos caer hasta llegar justo al cruce el cual determina poder coger sentido hacia todo lo alto del puntal del moco por el GR-92.

Aquí en concreto para mí después de 25 minutos de carrera comenzaba mi auténtico entrenamiento. El cometido estaba claro. Forzar la máquina (en su justa medida) y comenzar a correr dicho tramo sin dejarlo de hacerlo en ningún momento y coronar todo lo alto del Puntalako.

Uffff, que sensaciones de inicio. Es una subida de aproximadamente 2km con verdaderos tramos los cuales te hacen activarte y sentir mil sensaciones.

Es lo que buscaba en el día de hoy. Buscar mi límite y escuchar a mi cuerpo sobre ese terreno en concreto.



Ya arriba en todo lo alto del puntal del moco y con los cuádriceps a punto de estallarme, las sensaciones que presentaban mi cuerpo y mente a pesar del esfuerzo ocasionado, eran buenísimas. No me dolía nada y ante lo exigente he respondido como lo esperado.

Después de grabar el momento e inmortalizar con imágenes el lugar nos dejábamos caer por toda su vertiente hasta enlazar de nuevo con el GR-92 hasta llegar al Mirador del Roldan.

Toda esa vertiente del litoral mediterráneo la he realizado recuperando. A un ritmo el cual me ha hecho sentirme muy bien mientras corría por dicha zona. Desde el Altiplano del Mirador del Roldan me he dejado caer hasta llegar de nuevo hasta donde tenía el vehículo aparcado y desde ese mismo momento comenzaba el siguiente específico (y último) para terminar en entrenamiento de hoy.

De lo que se trataba era de afrontar los últimos 4km partidos de dos maneras. 2km de bajada y posteriormente lo bajado subirlo de nuevo y llegar hasta el vehículo.

Dicho y hecho. La bajada ha sido a ritmo. Intentando mantener (según GPS) a 4 minutos el mil. Una vez abajo tocaba dar ascenso de nuevo a todo lo bajado.



He de decir que he bajado por la parte no técnica de dicho camino. De esta manera sigo habituándome al asfalto para hacer frente en breve a la subida del veleta.

Abajo del todo como os decía tocaba coger ritmo y comenzar a subir. En esta parte del específico tengo que dar las gracias (indirectamente) a dos ciclistas que subían igual que yo, y han hecho que me marque un ritmo para pillarlos y seguir hacia adelante.

Lo que os digo, poco a poco los he alcanzado y los he llegado a adelantar. Circunstancia que ha hecho (pienso yo) que les molestara un poco porque a los tres minutos me han vuelto a pasar y de qué manera.

Bueno he visto que se alejaban y todavía me tocaba afrontar casi 1.5km de subida. Como el ritmo de pasada que han imprimido ha sido muy rápido, he visto momentos después y a lo lejos que comenzaban a decaer en su ritmo y me he dispuesto a cogerlos de nuevo antes de llegar a todo lo alto de la zona de aparcamientos de los canales.


Antes de dar por finalizada la crónica, quiero comentaros una cosa. Siempre deciros que estoy muy agradecido por las muestras de cariño a mi paso cuando coincido con compañeros por zonas comunes donde entrenamos. En el día de hoy se ha dado una de las circunstancias que siempre me ponen los pelos de punta. Antes de llegar a finalizar el entrenamiento me he cruzado con un compañero el cual a mi paso me ha dicho (Bijainnnnnnnnnnn). ¿Joder que bueno he pensado?. Circunstancia que ha hecho que me parara unos segundos y lo saludara personalmente.


Al compañero en cuestión no lo conocía personalmente y el único trato que había tenido con él había sido vía red social (facebook). Os lo digo, por que una vez más os doy las gracias. Y en especial a Vicente Javier. Por saludarme y por mantener durante unos minutos una charla junto a mí, cambiando opiniones sobre el específico realizado.


ël me ha dicho (y es lo que más me ha gustado) que hace poco que practica el correr por la montaña. Que toda su afición le ha venido gracias a los vídeos que hemos ido poco a poco colocando en la red. Por ello me ha alegrado tremendamente. Porque por esa causa (ya no el esfuerzo, porque como veis no lo es), pero sí, la ilusión que se pone en cada uno de nuestros específicos, se ven congratuladas con acciones como esta.


Para mí el saber que por un vídeo de los nuestros te ha hecho ponerte unas zapatillas y salir al monte a correr, ya es suficiente. Ahora (a partir de ahí) ya está en tí que quieras seguir disfrutando y superarte a ti mismo en cada uno de los entrenamientos o específicos que lleves a cabo. Si lo haces como tienes que hacerlo (no lo pongo en duda) que seguirás corriendo y por mucho tiempo.


Sin más Vicente, darte las gracias una vez más y un fuerte abrazo. Lo dicho nos vemos por esos parajes tan tremendos que tenemos por nuestra ciudad de Cartagena.

Siguiendo con el entrenamiento y los ciclistas encontrados en plena ascensión ( por el camino del colacaó), he de decir que mi progresión era muy buena, y ellos seguían bajando en lo que se refiere ritmo de subida. 


Teníais que haber visto la cara de uno de ellos (en este caso el que iba en último lugar), cuando llegado a su lado le he dicho; venga compañero que esto no es como se empieza, sino como se termina". Ufffff, si hubiera podido bajarse en ese mismo momento de la bicicleta y tirarme una piedra a la cabeza lo hubiera hecho. De verdad , lo he hecho con toda mi buena intención. Bueno y un poco picado (ja ja), porque cuando momentos atrás me habían adelantado, era en una zona donde la tierra estaba suelta y han levantado a su paso una leve pero molesta para mí, nube de polvo, que complicaba bastante mi respiración y recuperación mientras corría.



Por esa causa es por lo que me he propuesto intentar cogerlos y que vieran que una vez más, el género humano, vence a la maquinaria. ja ja ja.

Bromas aparte y volviendo a lo de antes. Les estoy agradecido porque dicho tramo me lo he tomado como una competición y ha sido tremendo como he subido.

Al final del trayecto y satisfecho por lo logrado mi GPS marcaba la distancia de 15 km recorridos en un tiempo no superior a 2h. Qué bueno.


SERIES EN RUTA PREPARATORIAS PARA SUBIDA AL VELETA:


El entrenamiento a llevar a cabo en el día de hoy estaba claro. Para darle sentido al mismo nos encontrábamos nada más y nada menos que Mister Morcillo y un servidor. De lo que se trataba era de darle máxima intensidad a la ejecución con un mínimo resultado de recorrido.

Llegado el momento y viendo como se aproxima la subida al veleta de lo que se trata es bajar en volumen de kilómetros y intensificar la intensidad del entrenamiento llevado a cabo.

De esta manera dábamos sentido a un específico que alguna que otra ocasión ya habíamos realizado. Se trataba de salir trotando desde nuestro campamento base hasta llegar a la falda de la batería de fajardo. Una vez allí, y en este caso la subimos al contrario ya que de lo que se trataba era de acumular km de asfalto. Nos dejamos caer por su vertiente (en este caso técnico y escarpado), para llegar al pequeño altiplano que nos regalaría unas vistas magníficas de nuestra entrada y bahía al puerto de Cartagena.

Desde ese preciso momento comenzaría lo bueno del entrenamiento. De lo que se trataba era de partir en dos dicho tramo hasta todo lo alto de la batería de fajardo y sacar en ellos 6 series de cuestas y de las buenas.

Puestos en materia y ya llegado el caso teniendo el nivel que tiene nuestro Mister Morcillo, acordamos para hacerlo más llevadero el entrenamiento, que llevaríamos a cabo una serie cada uno. De esta manera se sufre igual pero de diferente manera.




Comenzadas las tres primeras series de cuestas las sensaciones eran buenísimas. Poco a poco ya íbamos notando la acumulación de ácido láctico en nuestros músculos.

Pasado el primer tramo tocaba afrontar el segundo. Que no quería decir que fuese más fácil que el primero. Que va, este si cabe de decir (por mi parte) más  complicado y difícil de desarrollar por la vertiente donde se llevaba a cabo.

Puestos manos a la obra y con una motivación extra de ver a mi compañero como daba la cara, dábamos comienzo al segundo intervalo de cuestas.

Otras tres más pero de qué manera. Una vez finalizadas estas, tocaba dejarse caer por todo lo alto de la batería de fajardo hasta llegar al cruce el cual determinaba la ascensión por la tierra hasta dar comienzo a la subida por el asfalto del Castillo de Galeras.

Ese tramo de lo que se trataba era de hacerlo recuperando. Aguantando y preparándose para afrontar la siguiente serie que en este caso (y ya veréis porque) no tenía ningún desperdicio.

Llegados hasta el referido cruce y con las pulsaciones al pelo, dábamos sentido al siguiente objetivo. En este caso era ascender a ritmo toda la subida que teníamos delante de asfalto hasta llegar a todo lo alto del Castillo de Galeras.



Qué manera de correr. Que disfrute ver que los específicos anteriores estaban dando su resultado. Echaba la vista atrás (solamente un poquito atrás, no os creáis que mucho) y me daba cuenta lo que había prosperado nuestro compañero y amigo Mister Morcillo.

Ahí lo tenía. Comiéndome el terreno y sintiéndolo cerca en cada tramo. Sin rechistar se lo curro de lo lindo igual que el que suscribe para llegar a lo más alto sin llegar a pararse en dicho tramo y corriendo con unas sensaciones mientras ascendíamos que ya me gustaría a mí tenerlas el día de la prueba del veleta y en su último tramo.

Arriba del todo, recuperábamos de nuevo todo el esfuerzo realizado. Ahora lo que teníamos que hacer solamente era dejarnos caer hasta llegar a la cancela de entrada y desde allí a ritmo llegar al altiplano que daba comienzo a una nueva subida. En este caso al Castillo de Galeras.

Uauuuuuu. No os digo ná llegado el momento después de pasar todo el tramo desde Bazán hasta llegar a ese comienzo de subida. Comenzábamos a notar las piernas cargadísimas. Pero estando donde estábamos de lo que se trataba era de dar por concluido el entrenamiento y ya no nos podíamos echar atrás.

Yo, para probar a mi compañero de batalla una vez comenzábamos a ascender por la parte principal (y súper empinada del Castillo de las Atalayas), antes de llegar a ese primer tramo le comenté a mi compañero que si llegado el caso no se encontraba en condiciones de realizar como habíamos acordado el específico al inicio del entrenamiento, que teníamos otra opción llegado este momento. Y era en vez de subir dicho castillo, bordearlo por su parte frondosa y llegar hasta la rotonda que da inicio a la subida a nuestro Campamento Base.

Lo suponía y lo sabía. Nada más terminar de preguntarle lo dicho, se me quedo mirándome y sin muestra alguna de cansancio (me recordó a Induráin en sus mejores etapas), me dijo; SUBIMOS POR DONDE TU QUIERAS.

Ufffffffffffffff. Ya no volví a mediar palabra alguna con él. Me intimidó ( si cabe decir lo que sentí en ese momento) con esa afirmación tan rotunda. Como diciéndome, por donde me metas, voy a tirar hacia adelante y te voy hacer sufrir que no veas.






Pues como ya nos conocemos. Ante esa afirmación lo que tocaba realizar era subir por completo y sin parar, hasta todo lo alto del Castillo de las Atalayas.

Joder, joder y joder que tramo. Lo he entrenado ciento y ciento de veces. Lo he subido de mil maneras. Pero tengo que decir que llegado el caso. Cada entrenamiento específico por esta zona, te hace sentirte de diferente manera.

Nunca tienes las mismas sensaciones. Algunas veces buenas. Otras muy buenas (que esas son las que menos se presentan), y las que siempre están son las que te cuesta bárbaro afrontar todo ese tramo.

Es tremendamente exigente y más llegado el momento después de lo acumulado en el entrenamiento. Pues callados y sin mediar palabras. Nos encabronábamos y seguíamos ascendiendo. Hasta llegar (como os he dicho) a lo más alto. Allí, parábamos por completo y le dábamos la vuelta íntegra al referido castillo andando, para una vez de nuevo en su vertiente dejarnos caer íntegramente por el asfalto hasta llegar de nuevo a la carretera.




Abajo del todo y con unas sensaciones de cansancio tremendas ya nos tocaba afrontar lo último. Lo que daba por finalizado el entrenamiento de hoy. Se trataba de llegar hasta donde teníamos estacionados nuestros vehículos y dábamos comienzo al entrenamiento.

Poco a poco. A un ritmo llevadero y sin forzar por las sensaciones tenidas en los músculos (y sobre todo a mí en los femorales), llegábamos a todo lo alto. Contentos y satisfechos por el entrenamiento realizado dábamos por finalizado el mismo, observando en nuestro GPS que habíamos hecho 24 km en un tiempo de 2h.22 minutos.


RUTA DE ENLACE DE ENTRENAMIENTO: http://connect.garmin.com/activity/204692976

DE FARO A FARO Y KILÓMETROS QUE ME LLEVO:


Lo de faro a faro lo digo por lo que concierne al entrenamiento de hoy: Es sencillo y claro. Hoy más que nunca se trataba de llevar a cabo el específico programado exclusivamente por asfalto y llaneando para descargar un poco las piernas.

Los que nos habíamos juntado para llevarlo a cabo en el día de hoy. Únicamente Ángel Mayor y un servidor. El resto de la brigada por quehaceres cotidianos no pudieron darse cita junto a nosotros.



Sin excusas ni pretextos y los vehículos estacionados en nuestro campamento base nos dirigíamos hacia el faro de la Curra. Cartagena en su dársena de entrada a su puerto tiene dos faros. El de Navidad y el de la Curra. Pues en el día de hoy y en el mismo específico los íbamos a visitar a ambos, los cuales desde su entorno nos iban a regalar unas imágenes preciosas.

Poco a poco y con mucho cuidado por las sensaciones llevadas a cabo en el último específico nos dejábamos caer por la parte principal y pista de casi asfalto de los canales hasta llegar a la rotonda de la Urbanización Puerta de Hierro.
Allí y viendo que la bajada tampoco había sido muy despacio dábamos sentido y dirección hacia la barriada de Quita pellejos (barrio de la Concepción para los que nos son de Cartagena). Sino pensaran que a quién despellejan en dicha zona. Ja ja ja. Bueno que su nombre tiene ese sentido por una antigua fábrica de animales que (propiamente dicho) al parecer le quitaban los pellejos. ja ja ja.



Bueno volviendo al tema y es lo que nos interesa, puestos en ruta y cogidos la zona de la Calle real pasábamos por la majestuosa y preciosa puerta del Arsenal de Cartagena.

A ritmo y observando en todo momento a mi compañero, me daba cuenta que íbamos a muy buen ritmo. El específico del día de hoy para mí era especial, porque desde que competimos en la Ruta de las Fortalezas, no había corrido de nuevo por el interior de mi ciudad. Que debo decir una vez más, que es tremendo.

Ahí, ya llegado a la zona del muelle. Justo en Plaza de Héroes de Gabite, nos adentrábamos por dentro del paseo marítimo y cogíamos tremendo recorrido hasta llegar a las inmediaciones del muelle de Santa Lucía

Esa zona para mí siempre es significativa y especial. Es un pequeño muelle de pescadores donde el olor a vida se hace presente a nuestro paso. Olor a salitre. A mar pura y dura. A esa que hace que tus pulmones al respirarlo se carguen de una energía especial.

El último tramo del primer específico del entrenamiento de hoy quedaba poco para llegar a su fin. A penas nos separaban 2 km para llegar a nuestro primer destino. El Faro del Muelle de la Curra.. Una vez allí, veíamos que nuestro GPS marcaba una distancia de 9 km realizados estos en menos de 40 minutos.



Tampoco íbamos tan tranquilos como habíamos pensado ir desde un primer comienzo. Parada de rigor y recuperación al momento con sus correspondientes fotos, hizo que nos cargáramos de nuevo las pilas y afrontáramos el segundo objetivo. A lo lejos observábamos nuestro siguiente destino. Nos separaban unos cuantos kilómetros para conseguirlo y de lo que se trataba era de no enfriarse.

De esta manera de nuevo emprendíamos la ruta en sentido contrario y por el mismo camino por donde habíamos venido hasta llegar a la zona del puente de quita pellejos y ahí determinar coger dirección hacia Bazán y llegar a nuestro ansiado faro.

Por el camino lo bueno que a nuestro paso íbamos encontrándonos corredores que nos saludaban y nos daban ánimos. Inclusive en un momento del entrenamiento hubo un ciclista que a nuestro paso exclamo nuestro grito de guerra "Bijaainnnnnnnnnnnnnn".

De todo el entrenamiento en cuestión me quedo con ese momento. Una vez más debo decir que os doy las gracias. Es alucinante ver, como sin conocer a la gente, cuando coinciden con nosotros en algún momento determinado de la zona por la cual estemos entrenando, nos saludan y muy gratamente. Se nota que es un saludo agradecido. Desde aquí quiero deciros una vez más que muchas gracias. Esa es mi fuente de energía. Ni auténtica gasolina para seguir hacia adelante. Y deciros que en mis momentos más duros, lo que me hace seguir y salir del trance.



Prosiguiendo con el entrenamiento cogimos toda la parte de la zona de la Rambla de Benipila hasta llegar a la misma entrada de los Astilleros de Bazán. Desde allí y sin bajar en ningún momento el ritmo el cual llevábamos hasta ese mismo momento, veíamos cada vez más cerca nuestro destino.

Y así fue y que contentos nos pusimos cuando llegábamos a las inmediaciones del Faro de Navidad de mi queridísima Cartagena.

Fotos de rigor, y recuperación del momento, hizo que emprendiéramos el último tramo desde donde estábamos hasta llegar de nuevo a donde teníamos estacionado nuestros vehículos.

Este tramo para mí fue el más auténtico y duro del entrenamiento. Ángel y yo nos poníamos en materia y poco a poco contemplábamos como el ritmo se incrementaba en su ejecución y no parecía mediar en nuestras piernas.

Hubo un momento que mirando a Ángel le dije: compañero no me voy a poner otra vez al lado tuyo porque veo que cada vez que me acerco tu incrementas un poquito más el ritmo. A este paso vamos a reventar. Ja ja ja.



Bromas aparte. Lo que os comentaba. Fue impresionante todo ese tramo. Pero más impresionante fue ve, sentir y disfrutar junto a este pedazo de máquina, como llegado a la altura de dar comienzo a la subida de los canales (2km) lo hacíamos como si fuéramos en plena competición. A ritmo. Que digo a ritmo. A muy pero que muy buen ritmo. Llegado inclusive el caso de una vez en todo lo alto y terminado el entrenamiento comentar que si la cuesta hubiera sido de unos 300 metros más no hubiéramos aguantado el ritmo.

Al final nuestro GPS hablaba por sí sólo. 24 km en menos de 2h. Concretamente en 1h.50 minutos. 


Antes de concluir la crónica aquí os dejo mi último trabajo musical para que podais disfrutarlo mientras llevais a cabo algún específico o entrenamiento en cuestión. O simplemente para escucharlo mientras te relajas o conduces tu vehículo que también por las fechas que se aproximan deduzco que te irás de vacaciones.

Sin más lo dicho, espero que os guste y ante todo lo disfrutéis al máximo.


PARA CONCLUIR NUESTRA CRÓNICA:

Deciros que los entrenamientos que quedan para terminar la semana y competir en la Subida al Veleta, serán muy cortos en su ejecución. Saldremos mañana a rodar como máximo una hora y media y el próximo Jueves una hora más. Ya todo el trabajo está hecho. Lo que toca es descansar y recuperarse bien para el gran esfuerzo que vamos a realizar este domingo próximo.

Como siempre deciros que si no pasa nada y nuestros equipos cinematográficos y fotográficos funcionan, tendréis el correspondiente reportaje en breve desde primera salida de batalla. Yo como siempre en mi subconsciente os llevaré conmigo en todo momento. 

Sin más deciros que os deseo que tengáis una feliz semana y que me perdonéis por no haber colgado antes la crónica de específicos de entrenamientos. He tenido problemas al cambiarme de compañía de telefonía y he estado un largo tiempo sin ADSL.

Lo dicho, un fuerte abrazo y bijainnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn de sensaciones.



















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