Una semana entera me ha constado
digerir las secuelas de esta competición la cual (nunca mejor dicho), pasa ya a
ser Legenda.
La Quixote Legend, es de esas
competiciónes las cuales una vez la has llevado a cabo en su totalidad, te
cambian el concepto deportivo y tu vida.
Han sido momentos buenos, muy
buenos, duros y extremos, pero pasados estos, tengo claro ( y si se me diera la
oportunidad de nuevo), la repetiría en su totalidad a pesar de lo sufrido.
El día 29 de Mayo partía hacia la
localidad de Alcaráz parte de la expedición la cual iba hacer frente a tan
exigente competición.
Andrés Moliner, Pedro Cayuela y
el que suscribe, se embarcaban en una contienda la cual sin duda, iba a
marcarles para el resto de sus vidas.
Delante nuestra, tres días íntegramente
para disfrutar de lo que es montaña pura y dura, fraccionadas en tres etapas
sumando para ello casi la cuantía de 160 km y más de 8.000 metros de desnivel
acumulado en positivo.
Tanto física, como mentalmente,
íbamos preparados. Pero lo que allí nos depararía una vez puestos en ruta, de lo
pensado ni mucho menos.
Como os decía, sobre las 17:00
horas partíamos hacia esa localidad, la cual después de dos horas y media de
viaje, llegábamos a las inmediaciones, donde la organización de dicha carrera
había asentado el campamento. Para mí sin género de duda, otro Kampamento Base
y de los buenos.
Estacionado el vehículo, tocaba
aproximarse hacia el polideportivo y comenzar a realizar todas las labores
burocráticas, las cuales nos harían situarnos, tanto sobre el dorsal el cual se
nos asignaba para competir en la prueba (en mi caso el número 10), y resto de
enseres, los cuales eran de vital importancia para hacer frente a la misma.
Por
ejemplo, la pedazo de bolsa que se nos entregó, la cual, dejo clara evidencia
que en el interior de ella, cabía hasta nuestro Andrés Moliner. Momentazo este
el de la bolsa con nuestro muflón dentro.
Trasladados al polideportivo de
la localidad para situarnos, en el interior de sus instalaciones nos
encontrábamos todo un Kampamento montado y de qué manera.
Tiendas de campaña de color rojo
a dextrosum, y ubicadas de tal forma, que ni el mejor de los dominós puestos
encima de una mesa. Bravo por la organización.
Eso era lo que nada más llegar
nos encontrábamos. A partir de ahí, caras conocidas, amigos de batallas
pasadas, compañeros y hermanos de Cartagena los cuales llegaban a la misma paz
que nosotros, y comenzaban también a instalarse en el mencionado y precioso Kampamento.
Jose Amorós, Antonio e Isidro
Ibarra, junto con la incombustible Inma Tonda. Nuestra princesa Esther Sánchez,
Súper Suso y al paso de nuestro compañero David Martínez.
De esta manera, poco a poco, cada
una de las tiendas de campaña se iban habitando.
Como catalogue en ese momento,
ese pequeño iglú pasaría a ser mi casa los próximos tres días. Ufffffffff,
cuantas emociones, sufrimiento y sensaciones se han quedado en su interior
pasada esta gran batalla.
Ordenado todo y dispuesto para
pernoctar la primera noche, nos trasladábamos a un lugar de ensueño (una
iglesia), para que desde su interior nos diera la correspondiente charla para
ubicarnos en materia y saber a lo que nos enfrentábamos.
No sin antes de dar por concluida
a la contienda, de ofrecernos un coctel de bienvenida el cual nos dejaba perplejos
por su contenido.
Vino, cervezas, canapés, y hasta
morcillassss. Uffffffffffffff, pues si que comenzábamos bien la fiesta.
Cayuela y el Muflón, como buenos
gladiadores de la materia, ya supieron colocarse en el lugar idóneo para verse
alimentado y de qué manera. Y para más inri, terminado ese primer bocado y
creyendo que ya nos íbamos para el Kampamento, se centraron el una mesa de unos
portugueses y comenzaron a beber vino dulce y queso del bueno.
Lo que yo os diga, acojonaó era
poco de cómo me encontraba yo en ese momento. Mi gente una vez despiertan al
bicho que llevan dentro, no hay quién los pare.
Pero consecuentes y mirándonos a
la cara, no hizo falta mediar palabra para entenderlo de inmediato. Tropa,
retirada y a las trincheras.
Lo bueno del caso sabéis que es?,
que para tener acceso a esa iglesia, la primera cuesta que nos encontrábamos se
las traía y de qué manera.
Joderrrrrrrrrr, como se las
gastan en Alcaráz. Pero vencida esta, al regreso fuimos cautos para no tropezar
en su descenso y llegábamos sanos y salvos cada uno hasta la misma puerta de
nuestras tiendas de campañas. Allí, se nos anunciaba que en breve se iba a dar
por comenzada la cena.
Trasladados a ese lugar. En este
caso muy cercano a donde teníamos nuestro Kampamento. Decir que lo que allí nos
encontrábamos, era un lugar digno de ser habitado por Felipe II.
Tipo Catedral en ruinas, en su
interior y al aire libre, todo un bufete para recargar las pilas de las mejores
formas.
El catering que nos tenían
preparado, no dejaba duda de que a lo que en breve nos íbamos a enfrentar, se
las traía y había que alimentarse.
Pasta, arroz, pescado, pan,
ensalada, embutido (pechuga de pavo, y jamón serrano), sandías, peras y
plátanos, y para rematar y de postre,
danones y natillas. Lo que os diga, una dura y jodida batalla la que nos
esperaba.
Ya con los depósitos llenos y de qué
forma, nos fuimos a paso a paso y como (las muñecas de famosa), hacia donde se
encontraban nuestros aposentos.
Lo que sí, me sorprendió una
cosa. Y os preguntareis cual, no?, pues os voy a sacar de dudas enseguida.
La competición estaba programada
que diera su inicio a las 09:00 de la mañana del día 30 de Mayo, desde la misma
plaza del centro de la localidad de Alcaráz (Albacete).
Bueno, pues siendo esa la hora de
partida de la competición, y abriendo el comedor para desayunar para los
participantes, a partir de las 07:00 de la mañana, como puede ser, que sobre
las 04:30 de la madrugada, ya deambularan seres, zombis o no sé qué hostias,
por el interior del polideportivo, preparando cosas para la carrera.
Lo que hablábamos al respecto y
junto a mi grupo desayunando, si hoy la carrera empezaba a las 09:00, y de
madrugada la gente ya no dormía, la segunda prueba que empieza a las 08:00, que
nos va a deparar. Biajinnnnnnnnnnn de sensaciones. Lo que yo os diga. Ehhhh, y
todavía no habíamos comenzado a correr. Uffff, que bueno.
Desayunado como es debido. En
este apartado debo añadir, que en mi caso fui previsor y me lleve lo que
siempre suelo desayunar antes de los entrenamientos y competiciones exigentes.
Mi batido de chocolate con mis copos de avena.
Os debo decir, que esa
circunstancia me salvo de muchas cosas, pero sobre todo de una. La de evitar
guardar cola todas las mañanas nada más levantarme. Eso para mí, ya era jugar
con ventaja. Me daba derecho a descansar un poco más dentro de mi jama.
Con ello, no quiero decir que el
desayuno que allí se servía fuera carente en su contenido, al contrario.
Bollería, pan tostado, café con leche, te bien caliente, y un sin fin de
repostería, que a los allí presentes, les hacían poner en estado óptimo todas
sus arterias.
Quedaba poco ya para que esta
gran fiesta montañera diera comienzo.
Trasladados hacia el lugar y
equipados con nuestras mejores artes, nada más llegar a la plaza de donde se
daba inicio a la prueba, gracias a un voluntario de la zona, (tengo que decir),
que la prueba la pude disputar sin ningún problema.
Éste compañero ante mi presencia
y fijando su mirada en mis pies, se percato que carecía del chip el cual tenía
que ir envuelto a mi tobillo.
Cuando dirigiéndose hacia mí me
dijo; te falta el chip compañero, os podéis imaginar cómo se me quedo el
cuerpo.
Eran las 08:45 y en menos de 15
minutos se daba inicio a esta locura.
Pensar que de nuevo y echando
leches tenía que bajar al Kampamento (y luego subir otra vez ), esa temida
cuesta, encontrar el chip y ponérmelo, hizo que todas las alarmas saltaran en
mi cuerpo.
Os puedo asegurar, que de todos
los ultras a los cuales he hecho frente, este en concreto y sobre la primera
prueba, el calentamiento que hice, en la vida lo había llevado a cabo. Salí
corriendo sudando ya ,de cómo había bajado y subido del Kampamento Base.
Puestos en materia ya, no había
marcha atrás. Se había dado el pistoletazo de salida y ya estaba inmerso y de
pleno en esta competición tan dura y exigente llamada Quixote Legend.
Delante mía y para afrontar en
esta primera prueba, 50 km, con un desnivel de 2400 metros en positivo
acumulado.
Se trataba de unir las localidades
de Alcaráz y Villanueva de Guadalentín por sus sierras.
Y vaya si lo hicimos. Y vaya si
lo sufrimos. Y vaya si volvería a repetirlo, pero viniendo al caso de nuevo,
decir que fue para mí sin duda la etapa más dura. Y en líneas más abajo os contaré
el cómo y el porqué de lo dicho.
En grupo y como se tenía pensado,
Cayuela, Andrés y el que suscribe, se abrían paso por esas veredas, paisajes y
cumbres preciosas.
Pronto tuvimos la suerte de
conocer, y que éste fuera ya parte de esta maravillosa historia, a un D.Quixote
muy particular. Nuestro Tomás, venido de esa Isla maravillosa como es Palma de
Mallorca.
Es lo que tiene esto de correr
por montaña. Que sin conocernos de nada y por la pasión que nos comporta todo
esto que hacemos y corremos, la energía siempre es positiva y se conecta de
primeras.
Es lo que nos paso con él y
cuanto me alegro.
De esta competición saco este trofeo sin duda, lo demás, no
me interesa porque siempre he dicho, que los otros están decorados de hierro.
Este trofeo del que os hablo es
el de la amistad, el del compañerismo, el de compartir km y sufrimiento al
unísono y saber que uno está por el otro, sin dudarlo.
Poco a poco como os decía, íbamos
restando kilómetros a esta primera etapa. Pero poco a poco también me daba
cuenta de que algo no empezaba a ir bien en mi carrera.
Y el tarro del sufrimiento se
destapó pasado el primer avituallamiento (decir que en cada prueba nada más que
teníamos dos), teniendo que ser previsor al máximo para no quedarte sin víveres
en plena competición.
Y digo que se destapo, y más
concretamente coronada la primera cumbre, (km 23 aproximadamente), porque es
cuando empecé a sentir molestias en mis pies, y esa circunstancia auguraba que
a partir de ese preciso momento hasta la finalización de la etapa, me iba a
enfrentar a un verdadero infierno.
Una semana antes de la
competición, compre unas zapatillas nuevas. (malllllllll hechoooooooo lo
seeeeeee). Pero es lo que yo digo, por mucho que creas que ya sabes bastantes
cosas, siempre en cada competición se aprenden cosas nuevas.
Y en esta competición lo que he
aprendido ha sido que, no se me vuelve a ocurrir, correr con una zapatilla que
no me dé la garantía suficiente para hacer frente a los kilómetros requeridos.
Como os contaba, fue coronar esa
primera cumbre y empezar a descender por donde tocaba y según tenía tipificado
(mediante señalización), la organización, cuando me empecé a encontrar mal en
pleno descenso.
De hecho, hasta ese preciso
momento iba junto a Andrés Moliner, Tomás Blanes y Pedro Cayuela.
Pero por los fuertes dolores que
me venían en mis pies, me resulto imposible (y sobre todo en ese descenso tan
exigente), aguantarles el ritmo y poder proseguir la competición junto con
ellos.
A partir de ahí, hasta la
finalización de la prueba fue un auténtico calvario. De todo lo que me tocaba
afrontar, en el único terreno que me encontraba agusto era cuando se tenía que
llanear.
Y os puedo asegurar que sobre
este terreno y competición que llevábamos a cabo, llanear, llanear que digamos,
llaneamos poco.
No sé de donde sacamos las
fuerzas. No sé de qué manera ni como, pudimos llegar al final de la prueba.
Pero por el sobre esfuerzo realizado hasta ese momento, sabía de ante mano, que
pagaríamos las consecuencias.
Los últimos 20 km de la prueba
los solvente como pude. Coronada la última cima y sabiendo que para llegar a la
meta nos quedaban solamente 7 km, no pensé en el inmenso dolor que se me
acusaban en mis pies (sobre todo, en los dedos), y saque un pequeño extracto en
mi memoria de uno de los libros que leí del gran maestro Kilian.
En resumidas cuentas, ante
competiciones que vienen torcidas y hacen que se te acuse el dolor en alguna de
las zonas de tu cuerpo, lo mejor sobre ellas es no pensar que te duelen.
Lo mejor es desactivar esa
función y dar paso a nuevas sensaciones.
Aunque sepas que estás (o mejor
dicho, andas jodido), lo mejor ante esa situación extrema es pensar en otras
cosas y no que estás corriendo.
En esos precisos momentos donde
el dolor se me acusaba y de qué manera, lo que traslade a mi mente fueron
imágenes de sesiones de ciclo indoor en las cuales lo pasaba en grande y
disfrutando de mi gente.
Me ayudo y mucho a desconectarme
del dolor, la música que llevaba en mis walkman. Eran sesiones musicales, las
cuales días antes ( y a caso hecho), había disfrutado junto a mi grupo en el
centro deportivo donde imparto clases.
De ahí, de esas sesiones, extraje
todas las máximas imágenes posibles, para pensar que de nuevo pedaleaba junto a
ellos, olvidándome por completo lo que en esos momentos mis pies sufrían y se
dañaban por el esfuerzo.
Tener en cuenta, y sé que os situáis
porque no sois nuevos en esto), cuando corres con unas zapatillas las cuales te
dan molestias, no solo implica que te duela en esa parte afectada ( tratándose
de los dedos), sino que también al ya no ser la pisada neutra, empiezas a
deteriorarte muscularmente.
Esa es la sensación final y con
la que me quedo antes de entrar por la línea de meta.
Lo mejor, que pude hacerlo junto
a mi Cayuela ( que por sí, también llevaba su procesión interna). Él, en este
caso se le acusaba un dolor tremendo en la zona de sus talones.
Lo que comporto que con mucho
valor y coraje, también terminara junto a mi esta primera etapa de la Quixote
Legend.
Abrazándonos en la misma línea de
llegada, nos lo dijimos, "enhorabuena hermano, porque solo tú sabes lo que
has sufrido para cruzar esa primera línea de meta".
6h40 minutos era lo que marcaban
nuestros GPS y 48 km.
TRAC DE RUTA: http://connect.garmin.com/activity/512230092
Sobre el tiempo el cual se hizo
está claro que no entraba dentro de nuestros pronósticos.
En esta primera etapa, se pensaba
pasar por esa línea de meta, bajando de las 6 horas. Pero como nadie nace
enseñado y ante las vertientes que te encuentras es como se trabaja, el
resultado final era el que era, y con ello nos fuimos a descansar a
recuperarnos a nuestra tienda de campaña.
Lo que debo admitir que nos salvo
y mucho en el recuperarnos muscularmente fue, que una vez finalizada la etapa,
nos metiéramos parcialmente y hasta la altura de la cintura, en un rio
existente al lado del campamento el cual traía un agua, limpia, fresquísima y
pura.
Mis compañeros de batalla, por la
tarde repitieron experiencia, yo no quise arriesgarme en materia y preferí se
conservador para no resfriarme.
Pero si que debo decir, que ese
primer baño, nos desentumeció músculos, e hizo que nos recuperáramos de
inmediato. Inclusive en pleno baño, se nos puso a llover y todo. Ufffffffff,
perfecto.
VIDEO DE LA 1ª ETAPA, facilitado por nuestro compañero, amigo y hermano, JAVIER MARTINEZ.
Antes de darme ese primer baño y quitadas
las zapatillas de mis pies una vez había finalizado la prueba, pude contemplar cómo
estos se mostraban. Y más concretamente, mi dedo meñique de mi pie izquierdo.
Destrozado, en carne viva y
sangrando. Así se mostraba y sabía de antemano, que esa circunstancia iba a
mediar y de qué manera al resto de días y competiciones venideras.
Previsor en materia y gracias a
la organización, me traslade hasta el lugar donde habían instalado unas carpas
con servicio de podología y masajes para los participantes en la prueba.
La salvedad (agradecido en mi
caso), fue que el servicio de podología era gratis. Los masajes en este caso se
tenían que pagar a un módico precio de 10 euros.
Puestos en manos de profesionales
estos valoraban a primera instancia las lesiones las cuales presentaban. Lo que
se predeterminaba en el momento no era que fuera muy halagador, pero curadas y
tapadas con ungüentos y restos de tiritas, conforme me lo dejaron, corrí al día
siguiente, a pesar de la insistencia del facultativo de que por la mañana me
realizara yo las pertinentes curas y cambiara las tiritas.
Lo tenía claro. No toco nada de
lo que ya está arreglado. Así lo hice, y llegado el momento y sin duda alguna,
lo mejor que pude hacer.
Una vez ya duchado y
reconstituido, tocaba cenar en la zona habilitada para tal efecto, y en este
caso después de realizada la toma oportuna de carbohidratos y proteínas, me
metía en el interior de mi tienda de campaña hasta el día siguiente.
NOTA: En relación a la crónica en
la cual estoy inmerso y elaborando, debido a su extensión, prefiero
confeccionarla en tres partes, dando el verdadero sentido a cada una de las etapas
a las cuales nos hemos enfrentado y al final de la misma, os dejaré también el
vídeo íntegro de una hora que hemos confeccionado.
Mientras tanto y como os ponía en conocimiento en líneas arriba, hasta llegar a esta 3 etapa y última, os dejaré unas imágenes facilitadas por mi hermanico de fotografias, JAVIER MARTINEZ.
Mientras tanto y como os ponía en conocimiento en líneas arriba, hasta llegar a esta 3 etapa y última, os dejaré unas imágenes facilitadas por mi hermanico de fotografias, JAVIER MARTINEZ.
Gracias como siempre por la
confianza depositada en mi persona, y los escritos y palabras dejados en mi
facebook y blog persona, las cuales me motivan y mucho para seguir haciendo lo
que estamos haciendo.
Un fuerte abrazo mi gente. Os
quiero..
No hay comentarios:
Publicar un comentario