miércoles, 11 de diciembre de 2013

Parada obligada y entrada en boxes.





Hoy, no puedo decir que son de esos días los cuales una vez has finalizado el específico, puedes decir que haya salido todo perfecto.

Hoy, en plena ruta del específico me he vuelto a torcer un tobillo (en este caso el izquierdo), y han vuelto a saltar todas las alarmas.

Os cuento;
En la tarde de ayer y junto a mi hermano Cayuela ("El Abuelo"), predeterminábamos la salida en la mañana de hoy para entrenar, y en este caso por nuestra zona de Cartagena.

Concretamente y según me comentaba cayuela, desde nuestro campamento base hasta las parajolas, y desde allí y por una nueva vertiente, llegar hasta Cala Fatares.

09:15 en punto, en línea de salida y predispuestos a llevar a cabo lo propuesto.

Sincronizado nuestros gps, dábamos inicio a otro gran sueño.

Poco a poco, y a un ritmo tranquilo (pero sin parar), coronábamos el alto del Mirador del Roldan para dejarnos caer por la senda del Oso,(para cruzar toda esta), y llegar al cruce que determina coger dirección Senda del Vigilante.

En ese mismo cruce y dirección hacia la Cresta del Pupa, a su paso por la vertiente que nos llevaría hacia la Cruz de los Buzos, me he parado y le he dicho a Cayuela que me dejara subir a todo lo alto y rezar allí mis plegarias.



Hoy, a su paso por esa zona (tan sagrada para mi persona), era de especial obligación llegar a lo más alto y besar a mi Cristo.

Después de mis rezos y plegarias por una persona a la cual admiro, quiero y respeto mucho, hemos retomado la ruta con dirección hasta la Isla de las Parajolas.

En todo ese nuevo tramo debo decir que parecía que nos encontrábamos en guerra, y nosotros eramos lo fugitivos al estar corriendo.

Tiros, cañonazos y más tiros, era lo que a nuestras espalda se escuchaban, al estar a lo lejos el campo de tiro y maniobras de la Base del Centro de Buceo de la Armada (CBA).

A pesar de tremendos estruendos a nuestro paso por esas colinas, hemos seguido hacia abajo hasta llegar a una vertiente que nos desviaba a derechas para encauzar una nueva senda y que esta nos llevara hasta Cala Fatares.



Ahí es donde ha venido el fatídico momento. Ahí, en ese preciso momento es donde la magia a desaparecido para encontrarnos con un mal rato.

Inesperadamente en un salto el cual no me dejaba opción de pisada neutra, uno de mis tobillos (en este caso el izquierdo), se ha visto resentido al habérmelo torcido.

Momento de quejido y silencio. Cayuela se me ha acercado de inmediato y me ha dicho; hermano bien.

Mirándolo a la cara le he dicho, Ufffff, pero tranquilo. No me voy a parar porque sino se que la hemos liado.

Ha sido un momento complicado, porque donde nos encontrábamos exactamente era a mitad de recorrido el cual teníamos pensado, y daba lo mismo ir hacia adelante que volvernos hacia atrás.

Por eso una vez más encomendándome a ese cristo el cual momentos antes besa en su cara y pecho, le he dicho; por favor mi Señor, sácame de aqui, aunque luego tenga que estar parado dos semanas.

y como si un Ángel bajara del cielo y me masajeara la zona para que pudiera seguir corriendo, es lo que he sentido en ese momento, no sin olvidarme, que dicha zona la tenía resentida y que a partir de ahí hasta la finalización del mismo, tendría que tener sumo cuidado.

Así ha sido, y así lo hemos hecho. Bendita paciencia la de mi compañero Cayuela que ya desde esos precisos momentos sabía que el específico había terminado.

Nuestra principal premisa desde ese tramo era llegar sanos y salvos hasta nuestro campamento base.

Y os puedo decir que lo he pasado un poquito mal. Por que desde ahí hasta llegar a Cala Fatares, el terreno que digamos no era muy llano.

Pero, chino chano, con mucho cuidado y sabiendo en todo momento donde se ponía el siguiente paso, hemos llegado a la citada cala y con una tremenda subida hasta encauzar de nuevo la Senda del Oso, hemos ido poquito a poco.

En esa subida, una gran sorpresa nos hemos llevado para paliar tanto sufrimiento.

Nos hemos encontrado a dos compañeras de camino las cuales a nuestro paso y una mirándome a los ojos me ha dicho; ¿Tu eres el bijain?.

Que momento, la verdad que me ha sorprendido y mucho, porque en sus rostros ( sin conocernos), se veían claros síntomas de aprecio.

Yo les he dicho que si, y después de las presentaciones varias me han vuelto a decir, que se alegraban mucho de coincidir conmigo y con Cayuela porque desde hacía mucho tiempo que nos siguen por Facebook.

Isabel Maria y Salud, respectivamente eran estas princesas. Desde estas líneas deciros que os agradezco mucho vuestro saludo y muestras de cariño. Ha sido un auténtico placer coincidir con vosotras, esperando que no sea la última vez que lo hagamos.

Por cierto, espero que la ruta haya sido buena, porque en pleno ascenso, mi compañero y yo, hemos escuchado un grito, quedándonos un poco preocupados pensado si os habría podido pasar algo.

Queremos pensar, que habrá sido nada más llegar a la Cala, y al acercarse demasiado a la línea de mar bravo, os habeis mojado. Bijainnnnnnn de buenas sensaciones os deseo siempre que lleveis a cabo vuestros entrenamientos.

Nosotros, mientras tanto a la nuestra. O mejor dicho, yo a lo mio, pensando que cada vez era menos lo que nos quedaba para terminar con este calvario.

Cada metro conseguido. Cada kilómetro realizado, cada vez más se acusaban las molestias en la zona afectada como en la pierna contraria.

Ya el paso que llevas o la carrera empleada, implica que no estés cómodo, por ello, una vez hemos llegado a todo lo alto del Mirador del Roldan de nuevo, a Cayuela se lo he dicho; hermano, voy a asegurar y toda esta bajada la voy hacer andando.

No podía más. No me veía con fuerzas y por ello he preferido asegurar porque es mucho lo que me juego.

Al final conseguido, 13 km, con una ruta que ya lo hemos comentado antes de finalizarla.

Para haberla hecho en condiciones, a la altura y llegados a la vertiente de la subida a la Senda del Jabalí, haberla subido hasta todo lo alto del Castillo del Roldan, y desde allí, habernos dejado caer por el zig zag, hasta la llegada a los aparcamientos.

Pero me que con lo positivo. Que gracias a Dios, he podido llegar a casa, porque donde me he torcido el pie me hubieran tenido que sacar, el día de hoy, hubiera sido para enmarcarlo.


Sin más, un fuerte abrazo y como siempre y en especial a Isabel María y Salud, GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS.

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