Hoy sin duda, y más por el día en
el cual nos encontramos (22 de Diciembre), puedo decir que me ha tocado la
lotería. Sí, me afirmo con rotundidad en ello, ya que que de la lotería de la
cual os hablo, no es la que te otorga dinero.
Te otorga felicidad, satisfacción
y una alegría que no hay dinero que lo pague. Ehhhh?, tampoco quiero que penséis,
que porque no me haya tocado la lotería (es que hoy se anunciaba como todos los
años), quiera decir que con esto me conformo. Vamos, lo que se conoce como
consuelo de tontos. No, y os diré porque.
Resulta que en el día de hoy y
nada más viendo como se nos había presentado, en lo relacionado a la
climatología, no lo he dudado ni un segundo, en despertar a los míos y en
especial a mi Cuco, para en breve llevar a cabo una nueva ruta.
Hoy para mí sería considerada de
descanso activo, pero la intención sería ascender hasta lo más alto del
Castillo del Roldan desde los canales junto a mí cuco si él en este caso se
atrevía.
Levantado, equipado y preparado
para trasladarnos a precioso paraje y considerado para mí como mí campamento
base, casi a las 11.30 horas
estacionábamos nuestro vehículo,
y revisada mochila para que nada nos faltara durante la marcha (relacionado a
víveres , barritas y bebida isotónica), nos hemos puesto en camino no sin antes
nuestro Cuco, ponerse él el GPS para en todo momento saber cuántos km
llevábamos.
Puestos en materia, la intención como
en líneas arriba os anunciaba era llegar a lo más alto del Castillo del Roldan.
Esta etapa, por parte de mi Cuco
había sido realizada. Lo máximo que había hecho hasta el momento era subir al
Mirador del Roldan. En este caso, este recorrido comportaba una máxima
exigencia añadida, ya que el ascenso hasta todo lo alto del Castillo lo íbamos
a realizar por el zig zag.
Previo a comenzar esta Odisea, le
ponía en conocimiento a nuestro Cuco de la dureza del específico, conllevando
con ello a preguntarle, si estaba dispuesto a aceptar el reto.
Éste lo lleva en la sangre. A la
pregunta, respuesta rotunda, "Pues claro papi que vamos a subir, pero a lo
alto del pedrolo ese que se ve allí arriba", me ha soltaó.
Ja ja ja, que bueno, que momento,
la verdad que como os decía no tengo explicación a lo vivido y sentido en cada
paso que he compartido junto a él.
Poco a poco, hemos dado
comienzo al ascenso por veredas y
vertientes las cuales hacia su paso, cual más preciosa.
Y eso, no pasaba nada
desapercibido ante los ojos de nuestro Cuco ya que no paraba de decirme, mira
que árboles papa más bonitos.
De esta manera llegábamos al primer
vértice el cual ya el camino se pondría exigente. Como él me decía, papa,
cuando vamos a empezar a escalar.
Antes de llegar a esa zona, una
sorpresa buenísima la que nos hemos llevado al salirnos a nuestro paso nuestra Agúila
Roja llamada Dani Campos.
Él, en el día de hoy había salido
hacer un específico de una horita, lo que comportaba que nos lleváramos
tremenda alegría al coincidir con él en ese punto en concreto.
Nosotros, seguíamos a lo nuestro,
y cogida la primera vertiente exigente, dábamos comienzo a un ascenso que nos
llevaría hasta el mismo altiplano de comenzar a subir en dirección hacia el Zig
Zag.
Toda esa vertiente la hemos
llevado a cabo con sumo cuidado. El terreno en el día de hoy y por lluvias
pasadas se encontraba muy resbaladizo y de lo que se trataba era de asegurar y
no errar en el camino.
Salvada esa vertiente y dado el
salto al camino principal que nos llevaría por él, hasta el Mirador del Roldan,
nosotros hacíamos caso omiso y seguíamos ascendiendo hasta llegar al empedrado
justo que da inicio al ascenso por el interior del bosque del zig zag.
Todo ese tramo, con total
seguridad y confianza nuestro cuco lo ha hecho sin ningún tipo de problema. Si
que llegado a ese punto antes de adentrarnos en pleno ascenso hasta lo más alto
del Castillo, he determinado parar y recuperar con una ingestión tanto de
sólido como líquido.
Media barrita de chocolate y un trago de isotónica ha
hecho estragos en el metabolismo de nuestro cuco para que una vez ingerido, más
seguro que nunca se pusiera manos a la obra y cogiera camino hacia lo
desconocido.
La suerte en esta ruta ha sido
que en pleno desarrollo de la misma, nos hemos encontrado una vara la cual le
ha venido como anillo al dedo a nuestro cuco para servirle como apoyo en
determinados puntos del tramo.
Nada más que se la he dejado
llevar en las planicies y llanos, tan en subida como en descenso, se la cogía
yo de las manos para no entrañar peligro alguno innecesario.
Nada más de terminar la primera
ingestión de solido y liquido, nos hemos puesto en ruta y aquí he de decir que
entrabamos de lleno en materia.
Delante nuestra, teníamos casi
dos kilómetros de subida hasta coronar el castillo. Toda esa vertiente debo
decir que nuestro cuco le ha hecho frente de una manera implacable.ç
En plena ruta nos hemos
encontrado a compañeros los cuales a nuestro paso no han dudado en detenerse y
saludarnos. Especialmente a nuestro cuco el cual se quedaba sorprendido al ver
que le decían; ehh, es el cuco, bijainnnn.
Estaba alucinado, sorprendido y a
la vez motivado, porque me decía una vez dejábamos a los compañeros de ruta que
prosiguieran su camino; Papa, me saludan porque me conocen del Facebook, son
los que le ponen me gusta a mis fotos. Ja ja ja.
Este chaval tiene unas salidas y
unos puntos que me sorprende y a diario.
Así, de esta manera, llegábamos a
la última parte y más exigente por su verticalidad, de la subida por el zig
zag, hasta llegar a todo lo alto del Castillo del Roldan.
De verdad que me ha sorprendido y
mucho como ha llevado esos tres primeros km el makinón este.
Lo que yo os diga. Arriba del todo y en todo el punto geodésico del Castillo del Roldan, después de toda la carga que llevábamos en las patas, el cabrón éste, inesperadamente para mí, se ha permitido el momento en la fotografía para hacernos un "LOLLLLLLL". lo que yo os diga. IMPRESIONANTE.
Os puedo asegurar que el tramo se
las comportaba y zonas para sentir las patas y "cuore", las había.
Pues éste, ni un quejido ni lamento hasta que hemos llegado al castillo y me ha
soltado; "papa, estás flipando en colores eh?. No pienses que esto es un
sueño, porque sí que es verdad que he subido contigo al Castillo del Roldan.
Sin palabras me he quedado y solo
lo que me ha salido ha sido, hacer un alto en el camino, abrazarlo y decirle lo
mucho que lo quiero y más, lo orgulloso que estoy de él.
Arriba, elegida la roca de rigor
y con un sol de justicia y agradecido por nosotros, hacíamos una segunda
ingestión de víveres.
En este caso, un plátano y de
nuevo bebida isotónica para cargar energías y hacer frente a tan temido y precisos
descenso hasta llegar al Mirador del Roldan por su cresta más escarpada.
Arriba en el Castillo, os podéis
imaginar la cara de nuestro cuco cual era. Asombrado por las vistas y
maravillado por el momento.
El mar que nos hemos encontrado
en el día de hoy debo decir que precioso. Con unas vistas hacia Cabo Tiñoso
impresionantes, y más impresionante el petrolero que debajo nuestra se mostraba
que ha hecho que recayera toda la atención de mi hijo hacia él y me dijera,
" Alaaa papa que barco más grande".
Ha sido un momento mágico, increíble
para mí por la corta edad que tiene Marcos y ver que ha subido hasta allí
arriba junto a mí.
Este momento ya nadie va hacer
que se nos olvide, y eso es lo que tremendamente me siento orgulloso.
Se sabe de sobra, que todo lo que
ocurre por primera vez siempre se hace imborrable para una persona. Este
momento se que de por vida lo llevará con él y eso es lo que me va hacer
inmensamente feliz.
Decidido a comenzar el descenso
desde ese punto, no se ha hecho sin antes pasar por el punto geodésico y garita
en la cual nuestro cuco y en su interior se ha hecho su correspondiente foto.
A partir de ese momento, en este
caso y para mí, comenzaba una auténtica odisea.
El tramo al cual teníamos que
hacer frente, se las traía y en este caso debía de poner al tanto todos mis
sentidos por la peligrosidad del
momento.
Poco a poco, paso a paso, chino
chano, toda dificultad, toda vertiente peligrosa, la hemos ido solventando para
dar paso a unas vistas las cuales de nuevo inmortalizábamos con nuestra cámara.
Marcos durante todo el descenso
iba diciéndome lo mismo, papa "Zoooonaaaaa téccniicaaaaa". Jajajajajjajaja, que
cabrón, como se acordaba de la última ruta que hicimos junto a mi gran maestro
y hermano Andrés Moliner el cual puso en solfa esa famosa frase cuando teníamos
que hacerle frente alguna que otra parte técnica.
Solventado el tramo, toda esa
bajada para mí debo decir que ha sido especial. La he disfrutado como si la
hubiera hecho por primera vez. Y os puedo asegurar que la he subido unas
cuantas veces.
Pero ha sido tanta la atención
prestada en cada momento hasta llegar al Mirador, que ha hecho que toda esa
cresta la haya memorizado de por vida, y de que mejor manera que junto a mi
Cuco.
Ya en el mirado, y gracias a unos
compañeros que se encontraban en el citado lugar, nos han hecho una foto para
el recuerdo y sin más preámbulos por ser casi las dos de la tarde, hacíamos
frente a casi los tres últimos km, para llegar de nuevo hasta los canales.
Toda esa bajada la hemos hecho
consecuentes, porque ya en las piernas de nuestro Cuco se empezaba a hacer
patente la carga que llevaba.
Sujeto por uno de sus brazos en todo momento, la
seguridad ha sido extrema. De esta manera, poco a poco, hemos llegado hasta el
altiplano de nuestro campamento base con los deberes y reto conseguido.
Casi llegando, apenas quedaban
unos 500 m, nuestro cuco me decía; " Papa, tengo agujetas", ja ja ja.
Empezaba ya a resentirse del cansancio en sus piernas.
Mirándolo a los ojos le he dicho;
mi vida, no te puedo coger en brazos porque sino el reto no lo vamos a
conseguir. Es poco lo que nos queda para llegar al coche, y como recompensa
cuando lleguemos vas a tener una fanta de limón y una bolsa de patatas en el
kiosco de Miguel.
Chachooooooooooooo, mano de
santo. No me ha vuestro a decir más, estoy cansado papa.
Lo que sí que me ha dicho nada
más llegar al coche y llamarme la cerillica para ver donde estábamos y si
íbamos para casa a comer, al decirle yo que se hacía tarde y que se subiera al
coche ha sido;
"Papa, me has prometido que
si llegábamos al coche sin cogerme nos tomaríamos una fanta y una bolsa de
patatas en el kiosco de Miguel".
Uffffffffffff, sin mediar
palabra, nos hemos vuelto a bajar del coche y nos hemos dirigido hacia ese
bendito lugar .
Sabido es, que todo aquello que
prometas, cúmplelo, porque sino a la larga estás perdido.
Y cuánta razón tiene mi cuco.
Imaginarse a nosotros en plena carrera o competición y estando ya a las últimas
y motivado por esa camiseta la cual nos entregan al cruzar la meta, que en ella
nos digan que no nos la dan.
Con que cara nos quedaríamos
verdad?. Siempre hay un punto de motivación para llevar hacia adelante todos
los sueños y retos que tengamos.
Claro está, que para nuestro cuco
ese reto había sido conseguido y tendría que tener su premio.
Fantaka de limón, patatakas y
unas olivicas pa el papi, han hecho de ese rato, que se colocara la guinda en
el pastel que desde buena mañana habíamos comenzado a confeccionar.
Al final, según nuestro gps, han
salido un total de 6 km y medio con una duración de ruta de casi 2 horas y
cuarto.
Flipando, pero en colores como
decía mi cuco estoy una vez ha finalizado todo y he visto la respuesta que ha
dado sobre el terreno este pequeño genio.
Una vez más, agradecido estoy a
Dios por el momento que me ha otorgado. Y agradecido también a todos los que en
el día de hoy me he encontrado en plena ruta y nos habéis saludado.
Gracias, gracias y mil gracias.
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