domingo, 22 de diciembre de 2013

Primer ascenso a todo lo alto del Castillo del Roldan, junto a mi Cuco.



Hoy sin duda, y más por el día en el cual nos encontramos (22 de Diciembre), puedo decir que me ha tocado la lotería. Sí, me afirmo con rotundidad en ello, ya que que de la lotería de la cual os hablo, no es la que te otorga dinero.

Te otorga felicidad, satisfacción y una alegría que no hay dinero que lo pague. Ehhhh?, tampoco quiero que penséis, que porque no me haya tocado la lotería (es que hoy se anunciaba como todos los años), quiera decir que con esto me conformo. Vamos, lo que se conoce como consuelo de tontos. No, y os diré porque.

Resulta que en el día de hoy y nada más viendo como se nos había presentado, en lo relacionado a la climatología, no lo he dudado ni un segundo, en despertar a los míos y en especial a mi Cuco, para en breve llevar a cabo una nueva ruta.



Hoy para mí sería considerada de descanso activo, pero la intención sería ascender hasta lo más alto del Castillo del Roldan desde los canales junto a mí cuco si él en este caso se atrevía.

Levantado, equipado y preparado para trasladarnos a precioso paraje y considerado para mí como mí campamento base, casi a las 11.30 horas  estacionábamos nuestro  vehículo, y revisada mochila para que nada nos faltara durante la marcha (relacionado a víveres , barritas y bebida isotónica), nos hemos puesto en camino no sin antes nuestro Cuco, ponerse él el GPS para en todo momento saber cuántos km llevábamos.

Puestos en materia, la intención como en líneas arriba os anunciaba era llegar a lo más alto del Castillo del Roldan.





Esta etapa, por parte de mi Cuco había sido realizada. Lo máximo que había hecho hasta el momento era subir al Mirador del Roldan. En este caso, este recorrido comportaba una máxima exigencia añadida, ya que el ascenso hasta todo lo alto del Castillo lo íbamos a realizar por el zig zag.

Previo a comenzar esta Odisea, le ponía en conocimiento a nuestro Cuco de la dureza del específico, conllevando con ello a preguntarle, si estaba dispuesto a aceptar el reto.
Éste lo lleva en la sangre. A la pregunta, respuesta rotunda, "Pues claro papi que vamos a subir, pero a lo alto del pedrolo ese que se ve allí arriba", me ha soltaó.

Ja ja ja, que bueno, que momento, la verdad que como os decía no tengo explicación a lo vivido y sentido en cada paso que he compartido junto a él.



Poco a poco, hemos dado comienzo  al ascenso por veredas y vertientes las cuales hacia su paso, cual más preciosa.

Y eso, no pasaba nada desapercibido ante los ojos de nuestro Cuco ya que no paraba de decirme, mira que árboles papa más bonitos.

De esta manera llegábamos al primer vértice el cual ya el camino se pondría exigente. Como él me decía, papa, cuando vamos a empezar a escalar.



Antes de llegar a esa zona, una sorpresa buenísima la que nos hemos llevado al salirnos a nuestro paso nuestra Agúila Roja llamada Dani Campos.

Él, en el día de hoy había salido hacer un específico de una horita, lo que comportaba que nos lleváramos tremenda alegría al coincidir con él en ese punto en concreto.

Nosotros, seguíamos a lo nuestro, y cogida la primera vertiente exigente, dábamos comienzo a un ascenso que nos llevaría hasta el mismo altiplano de comenzar a subir en dirección hacia el Zig Zag.



Toda esa vertiente la hemos llevado a cabo con sumo cuidado. El terreno en el día de hoy y por lluvias pasadas se encontraba muy resbaladizo y de lo que se trataba era de asegurar y no errar en el camino.

Salvada esa vertiente y dado el salto al camino principal que nos llevaría por él, hasta el Mirador del Roldan, nosotros hacíamos caso omiso y seguíamos ascendiendo hasta llegar al empedrado justo que da inicio al ascenso por el interior del bosque del zig zag.

Todo ese tramo, con total seguridad y confianza nuestro cuco lo ha hecho sin ningún tipo de problema. Si que llegado a ese punto antes de adentrarnos en pleno ascenso hasta lo más alto del Castillo, he determinado parar y recuperar con una ingestión tanto de sólido como líquido. 





Media barrita de chocolate y un trago de isotónica ha hecho estragos en el metabolismo de nuestro cuco para que una vez ingerido, más seguro que nunca se pusiera manos a la obra y cogiera camino hacia lo desconocido.

La suerte en esta ruta ha sido que en pleno desarrollo de la misma, nos hemos encontrado una vara la cual le ha venido como anillo al dedo a nuestro cuco para servirle como apoyo en determinados puntos del tramo.

Nada más que se la he dejado llevar en las planicies y llanos, tan en subida como en descenso, se la cogía yo de las manos para no entrañar peligro alguno innecesario.



Nada más de terminar la primera ingestión de solido y liquido, nos hemos puesto en ruta y aquí he de decir que entrabamos de lleno en materia.

Delante nuestra, teníamos casi dos kilómetros de subida hasta coronar el castillo. Toda esa vertiente debo decir que nuestro cuco le ha hecho frente de una manera implacable.ç
En plena ruta nos hemos encontrado a compañeros los cuales a nuestro paso no han dudado en detenerse y saludarnos. Especialmente a nuestro cuco el cual se quedaba sorprendido al ver que le decían; ehh, es el cuco, bijainnnn.


Estaba alucinado, sorprendido y a la vez motivado, porque me decía una vez dejábamos a los compañeros de ruta que prosiguieran su camino; Papa, me saludan porque me conocen del Facebook, son los que le ponen me gusta a mis fotos. Ja ja ja.
Este chaval tiene unas salidas y unos puntos que me sorprende y a diario.

Así, de esta manera, llegábamos a la última parte y más exigente por su verticalidad, de la subida por el zig zag, hasta llegar a todo lo alto del Castillo del Roldan.

De verdad que me ha sorprendido y mucho como ha llevado esos tres primeros km el makinón este.




 Lo que yo os diga. Arriba del todo y en todo el punto geodésico del Castillo del Roldan, después de toda la carga que llevábamos en las patas, el cabrón éste, inesperadamente para mí, se ha permitido el momento en la fotografía para hacernos un "LOLLLLLLL". lo que yo os diga. IMPRESIONANTE.

Os puedo asegurar que el tramo se las comportaba y zonas para sentir las patas y "cuore", las había. Pues éste, ni un quejido ni lamento hasta que hemos llegado al castillo y me ha soltado; "papa, estás flipando en colores eh?. No pienses que esto es un sueño, porque sí que es verdad que he subido contigo al Castillo del Roldan.

Sin palabras me he quedado y solo lo que me ha salido ha sido, hacer un alto en el camino, abrazarlo y decirle lo mucho que lo quiero y más, lo orgulloso que estoy de él.
Arriba, elegida la roca de rigor y con un sol de justicia y agradecido por nosotros, hacíamos una segunda ingestión de víveres.



En este caso, un plátano y de nuevo bebida isotónica para cargar energías y hacer frente a tan temido y precisos descenso hasta llegar al Mirador del Roldan por su cresta más escarpada.

Arriba en el Castillo, os podéis imaginar la cara de nuestro cuco cual era. Asombrado por las vistas y maravillado por el momento.

El mar que nos hemos encontrado en el día de hoy debo decir que precioso. Con unas vistas hacia Cabo Tiñoso impresionantes, y más impresionante el petrolero que debajo nuestra se mostraba que ha hecho que recayera toda la atención de mi hijo hacia él y me dijera, " Alaaa papa que barco más grande".



Ha sido un momento mágico, increíble para mí por la corta edad que tiene Marcos y ver que ha subido hasta allí arriba junto a mí.

Este momento ya nadie va hacer que se nos olvide, y eso es lo que tremendamente me siento orgulloso.

Se sabe de sobra, que todo lo que ocurre por primera vez siempre se hace imborrable para una persona. Este momento se que de por vida lo llevará con él y eso es lo que me va hacer inmensamente feliz.



Decidido a comenzar el descenso desde ese punto, no se ha hecho sin antes pasar por el punto geodésico y garita en la cual nuestro cuco y en su interior se ha hecho su correspondiente foto.

A partir de ese momento, en este caso y para mí, comenzaba una auténtica odisea.
El tramo al cual teníamos que hacer frente, se las traía y en este caso debía de poner al tanto todos mis sentidos por la peligrosidad del  momento.

Poco a poco, paso a paso, chino chano, toda dificultad, toda vertiente peligrosa, la hemos ido solventando para dar paso a unas vistas las cuales de nuevo inmortalizábamos con nuestra cámara.



Marcos durante todo el descenso iba diciéndome lo mismo, papa "Zoooonaaaaa  téccniicaaaaa". Jajajajajjajaja, que cabrón, como se acordaba de la última ruta que hicimos junto a mi gran maestro y hermano Andrés Moliner el cual puso en solfa esa famosa frase cuando teníamos que hacerle frente alguna que otra parte técnica.

Solventado el tramo, toda esa bajada para mí debo decir que ha sido especial. La he disfrutado como si la hubiera hecho por primera vez. Y os puedo asegurar que la he subido unas cuantas veces.

Pero ha sido tanta la atención prestada en cada momento hasta llegar al Mirador, que ha hecho que toda esa cresta la haya memorizado de por vida, y de que mejor manera que junto a mi Cuco.



Ya en el mirado, y gracias a unos compañeros que se encontraban en el citado lugar, nos han hecho una foto para el recuerdo y sin más preámbulos por ser casi las dos de la tarde, hacíamos frente a casi los tres últimos km, para llegar de nuevo hasta los canales.

Toda esa bajada la hemos hecho consecuentes, porque ya en las piernas de nuestro Cuco se empezaba a hacer patente la carga que llevaba.

Sujeto por  uno de sus brazos en todo momento, la seguridad ha sido extrema. De esta manera, poco a poco, hemos llegado hasta el altiplano de nuestro campamento base con los deberes y reto conseguido.



Casi llegando, apenas quedaban unos 500 m, nuestro cuco me decía; " Papa, tengo agujetas", ja ja ja. Empezaba ya a resentirse del cansancio en sus piernas.

Mirándolo a los ojos le he dicho; mi vida, no te puedo coger en brazos porque sino el reto no lo vamos a conseguir. Es poco lo que nos queda para llegar al coche, y como recompensa cuando lleguemos vas a tener una fanta de limón y una bolsa de patatas en el kiosco de Miguel.

Chachooooooooooooo, mano de santo. No me ha vuestro a decir más, estoy cansado papa.



Lo que sí que me ha dicho nada más llegar al coche y llamarme la cerillica para ver donde estábamos y si íbamos para casa a comer, al decirle yo que se hacía tarde y que se subiera al coche ha sido;

"Papa, me has prometido que si llegábamos al coche sin cogerme nos tomaríamos una fanta y una bolsa de patatas en el kiosco  de Miguel".

Uffffffffffff, sin mediar palabra, nos hemos vuelto a bajar del coche y nos hemos dirigido hacia ese bendito lugar .



Sabido es, que todo aquello que prometas, cúmplelo, porque sino a la larga estás perdido.

Y cuánta razón tiene mi cuco. Imaginarse a nosotros en plena carrera o competición y estando ya a las últimas y motivado por esa camiseta la cual nos entregan al cruzar la meta, que en ella nos digan que no nos la dan.

Con que cara nos quedaríamos verdad?. Siempre hay un punto de motivación para llevar hacia adelante todos los sueños y retos que tengamos.



Claro está, que para nuestro cuco ese reto había sido conseguido y tendría que tener su premio.

Fantaka de limón, patatakas y unas olivicas pa el papi, han hecho de ese rato, que se colocara la guinda en el pastel que desde buena mañana habíamos comenzado a confeccionar.

Al final, según nuestro gps, han salido un total de 6 km y medio con una duración de ruta de casi 2 horas y cuarto.

Flipando, pero en colores como decía mi cuco estoy una vez ha finalizado todo y he visto la respuesta que ha dado sobre el terreno este pequeño genio.

Una vez más, agradecido estoy a Dios por el momento que me ha otorgado. Y agradecido también a todos los que en el día de hoy me he encontrado en plena ruta y nos habéis saludado.




Gracias, gracias y mil gracias.

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