Hoy decir que el día ha sido no tan
especial y bueno como los anteriores. Hoy ante mí, tenía una doble jornada
laboral que afrontar y mi único aliciente era disfrutar junto a mi grupo de la
tarde de una nueva sesión de ciclo Indoor.
Como os digo, a
las 04:30 de la madrugada tocaba alzarse en vuelo y ponerse el traje de faena
para hacer frente a 8 nuevas horas de trabajo. En este caso, cuando los días
vienen de esta manera, lo único que tengo en mi mente es que todo pase
rápidamente y pueda a partir de mañana volver a ser el de siempre, en lo que
concierne al ámbito deportivo.
Una vez he
terminada mi jornada laboral a las 14:00 horas, ha tocado descansar un par de
horas de siesta, para llegados las 18:30 y junto a un pequeño grupo que me
esperaba en el centro deportivo Deryon, disfrutar de una nueva sesión de ciclo
indoor.
En este caso, la
de hoy ha sido especial por haber asistido a la misma (como observador), mi
hijo pequeño Marcos (alias Cuco).
Siempre que puedo,
tanto a él como al mayor (Daniel), me los llevo al gym y a la montaña, para
compartir junto a ellos específicos o entrenamientos en conjunto.Esa es la
única y muy buena herencia que les voy a dejar. Quiero que de mayores, cuando
se acuerden. Les venga al recuerdo todos estos maravillosos y buenos momentos.
El grupo que en la
tarde de hoy nos hemos dado cita en la sesión, ha sido muy reducido (apenas 12
personas). Era comprensible por las fechas que se aproximan y las últimas
compras a realizar por estar tan próxima la noche de reyes.
Pero no quita que
haya sido especial. Para mí, buenísima. La hemos disfrutado a tope, y una vez
ha finalizado la misma, todos al completo hemos llegado a una única conclusión.
Poquitos, pero muy buenos. ja ja ja.
Por lo demás, y
una vez finalizada la sesión ha tocado de nuevo preparar las cosas para en
breve hacer frente a otra jornada laboral. En este caso más dura, al tratarse
de turno de noche.
Mañana por la
mañana, según me levante. Porque habré terminado sobre las 06:30 de la mañana,
saldré a realizar un específico de aproximadamente dos horas.
Con esa consigna
es con la que esta noche hago frente a mi nueva jornada laboral. Con ese único
pensamiento. El de saber que nada más me despierte tendré preparada mi mochila
y mis zapatillas para dar una vez más rienda suelta a todos mis sueños,
los cuales se ven realizados mientras corro y disfruto por la montaña.
Buenas noches mi
gente. Os quiero.
Muy buen legado el que les dejas, ese no se olvida ni se gasta facilmente. Un saludico.
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